𝕿𝖍𝖊 𝖇𝖔𝖞 𝖜𝖎𝖙𝖍 𝖙𝖊𝖆𝖗𝖘.

Chapter 10

Era el día 10 de Enero de 2018, Seungmin, JeongIn, Chan y yo nos encontrábamos en casa de Félix, estábamos haciendo una parrillada pues por fin Seungmin y JeongIn se habían graduado de la escuela media.

–Vamos Minho hyung, quédate un rato más.– suplicó Seungmin con un puchero.

Reí por su expresión, era como la de un cachorro. –No puedo Minnie, ya tengo que irme, mañana tengo que ir a trabajar.– expliqué tomando mi abrigo antes de colocarlo sobre mi frío cuerpo.

–Entonces voy contigo Minho hyung.– habló de nuevo Seungmin, era como un hermano menor para mí, siempre tan amable y atento, lo quería demasiado.

–Yo también iré con ustedes hyung.– se apresuró a decir JeongIn mientras se levantaba de aquella silla de madera.

–Está bien, vamos, ¿Ya tienen todo?– cuestioné, JeongIn apenas se ponía los tenis, después de eso asintió.

–¡Nos vamos!– grité para Chan y Félix quienes sólo respondieron con un "hasta luego".

Salimos de la casa y caminábamos los tres juntos por las frías calles de Seúl, charlábamos animadamente y entre los dos menores se hacían bromas, íbamos a cruzar la calle, pero un coche cerró nuestro camino.

–Denme todo lo que tengan.– gritó aquella persona que tenía un cubrebocas negro y la capucha de la sudadera le tapaba el resto del rostro.

Pude ver el miedo de Seungmin y JeongIn en sus ojos, me acerqué a la persona y le di mi reloj, era lo único que llevaba, en ese entonces no tenía celular.

–Ustedes también.– exclamó fuerte e intimidante.

–No-no tenemos nada señor.– habló tembloroso Seungmin

La persona sacó una pistola y apuntó a Seungmin, sin amenazar y sin titubear le disparó.

–¡Minnie!– gritamos JeongIn y yo al ver como el cuerpo de nuestro amigo caía en la fría acera.

Corrí a Seungmin quién ya tenía una mancha de sangre atravesando su abdomen, un segundo disparo se escuchó, me había dado a mí en el hombro, caí de rodillas y un tercer balazo más, le había dado a JeongIn.

El pequeño JeongIn cayó al igual que Seungmin; la persona rápidamente subió a su auto y arrancó, esperé a que estuviera un poco alejado para acercarme a los menores.

–Innie, Minnie.– hablé abrazándolos. –No se vayan, por favor, no se vayan.– sollocé al ver las lágrimas de JeongIn resbalar por sus mejillas.

Sus ojos negros brillaban por las lágrimas, su brillo natural se iba al igual que su vida, besé a Seungmin en la frente al igual que a JeongIn, los abracé con la fuerza que mi cuerpo me permitía.

Las sirenas resonaron por aquella calle.

–Minho hyung.– habló entre sollozos JeongIn. –No nos dejes ir, por favor Minho hyung.–

–No quiero Innie, realmente no quiero.– sollocé un poco más, hasta que escuché el último suspiro de JeongIn.

Seungmin por su parte, él sólo me veía, sus ojos se cerraban poco a poco, tomé su mano desesperadamente.

–Te quiero mucho Minho hyung.– habló débilmente antes de fallecer.

Las sirenas se escuchaban más cerca, hasta que quedé inconsciente.

(...)

–Están muertos.– escuché una voz. –sólo uno quedó con vida.–

Un sollozo se escuchó.

–Chan, amor, no llores.– dijo la pareja de mi amigo en aquel entonces.

–¿Cómo puedes decirme que no llore cuando dos de nuestros amigos están muertos y uno está herido? Eres un cínico Felix.– escuché un golpe, seguido de eso, entró Chan a la habitación.

Él sollozaba, estaba roto, casi tan roto como yo.

–Debí haber muerto yo.– hablé débilmente. –Soy el peor hyung, perdón por no protegerlos Chan hyung.– sollocé haciendo que un dolor recorriera todo mi cuerpo.

Chan sólo acarició mi cabello y depositó un beso en mi frente. –Descansa Lee.–

Ojalá yo hubiese sido el que descansará una eternidad y no los pequeños de JeongIn y Seungmin, sólo eran unos niños, unas personas inocentes.