Maestro de la contradicción

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Y es que sos...maestro de la contradicción.

Cómo osas turbar mi mente?, sé que esta añora y esta desazón, se reducen al pensar en todo aquello que pudo ser más que sólo charcos.

Ahora, estoy constantemente torcida.

Te odio porque me demostraste estabilidad y tranquilidad, sin embargo destruías con aquellos fantasmas que cargabas.

Te odio porque sólo pudiste aguantarme y no aceptarme entera.

Te amo porque jamás vi tal ilusión en un ser que a pesar de vacío y solitario, me llenaba.

Te odio porque me ocasionaste un problema al berraco, y no he podido con tu recuerdo.

Llaman serendipia a aquello que se presenta sin planeación alguna y ocasiona una revolución bellísima.

Tal vez lo fuiste. Posiblemente lo fui.

Definitivamente lo fuimos.

Aún no te olvido, pero sí me olvido. Y tengo la sensación de anhelar tu tacto y calor, pero me conozco: no diré nada.

Que sea lo que la suerte quiera.

Que sea, lo mejor para los dos.

Pintura: Salvador Dalí, "Rosa meditativa" (1958)

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Pintura: Salvador Dalí, "Rosa meditativa" (1958)

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