09|Explicaciones y Referencias

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—¿Podríamos dialogar esto como la gente civilizada y ponernos aunque sea un pantalón?

—JA, ahora sí quieres estar vestido, maldito ninfómano.

Johnny se acercó hasta Ten, pero éste comenzó a golpearlo con una almohada. Y procedieron a gritarse entre sí frases inentendibles. Si acaso, Kun alcanzó a escuchar algunos insultos por parte del tailandés.

Aún sin entender qué es lo que ocurría exactamente, el dueño de la casa se dispuso a abandonar su habitación.

—Bueno, creo que ustedes deben arreglar lo que sea que pasó aquí. Solo limpien lo que utilizaron, no quiero ver ninguna clase de fluido humano en mi armario.

Los dos chicos giraron hacia Kun. Chittaphon dejó de atacar a Johnny y corrió hacia su amigo.

—No es lo que tú crees— El pelinegro se puso frente a Kun. Con una mano intentaba que la sábana no cayera y la otra la usaba para expresarse —Ese desgraciado se robó mi pureza.

YoungHo al ser señalado se dirigió también a donde se encontraban los otros dos chicos. Al verlo acercarse, Chittaphon se colocó detrás del chino, escondiéndose.

—Eso es mentira, si tan solo escucharas entenderías porqué estamos en ésta situación— El más alto intentaba llegar hasta el tailandés, pero éste empujaba a Kun hacia delante, utilizándolo como escudo humano.

Cansado, Johnny envolvió a los dos más bajos entre sus brazos. Ten se retorció para liberarse, logrando que la sábana que lo cubría no lo hiciera más.

—¿Oye, Kun, qué es todo ese escánda...— Al entrar al cuarto de su pareja, YukHei encontró a ésta en medio de dos desnudos hombres —¡¡QIAN KUN DE WONG, TÚ ME ESTÁS ENGAÑANDOOOO!!

Kun puso los ojos en blanco -ya se le estaba haciendo costumbre hacerlo-, empujó a Johnny y Ten, y caminó hasta YukHei. Miró a los otros dos.

—¿Podrían explicarme qué está pasando aquí?

Entre gritos e interrupciones que se hacían el uno al otro, YoungHo y Chittaphon dieron sus versiones de la historia.

—Ahora deben prometer que no contarán esto a absolutamente nadie— Demandó Chittaphon, mostrando su dedo meñique y la pareja no tuvo de otra que acceder. Luego se giró hacia Johnny y con una mirada le dijo que él también debía hacerlo —Muy bien, a quien rompa la promesa se le cortará el dedo, como lo hacían nuestros ancestros— Amenazó el tailandés y YukHei se carcajeó.

—Tú tranquilo, yo nervioso. Puedes confiar en nosotros.

Chittaphon lo miró con sospecha, y lo dejó pasar, no tenía alternativa.

Una vez Johnny y Ten abandonaron el lugar, YukHei abrazó por detrás a Kun.

—¿No te recuerda la situación de aquellos dos a como nos hicimos novios?— Kun sonrío cuando el recuerdo llegó a su mente y asintió ante lo preguntado por su novio.

—Al menos Johnny se ve más listo.

Ofendido, YukHei giró a Kun mirándolo de frente.

—Pues al menos Ten no se tardó más de 5 meses en dar un beso.

Con molestia Kun se soltó del agarre del más alto. Y se encaminó a la salida.

—Oye, amor, no te creas, solo era una broma. Perdóname.

—Te perdono si me ayudas a arreglar todo el desastre que hay abajo.

—Te ayudo si me das un beso.

Kun se acercó hasta YukHei, y poniéndose de puntitas depositó un corto beso en los labios del rubio.

—Ahora, ven a ayudarme si no quieres dormir con el perro.

Con una sonrisa en su rostro y de buena gana corrió con su novio a hacer el aseo. Al mirar a su pareja, YukHei deseó que Johnny y Ten corrieran con la misma suerte y lograran tener una relación como la que él tenía con Kun.

«Quizá podría darles una pequeña ayudita...»

Atrapados en el Armario → ᴊᴏʜɴᴛᴇɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora