06|Vírgenes y Ebrios

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Cada minuto que pasaba parecía ser una eternidad.

Chittaphon ya había perdido la cuenta del tiempo que llevaba encerrado ahí dentro.

El pelinegro y el castaño se encontraban en lados opuestos del armario, intentando mantenerse lo más alejados posible, pero el tamaño del clóset no se los permitía, debía medir metro y medio de largo y alto.
Al más alto se le habían entumido las piernas de tanto tenerlas en una sola posición, se moría de aburrimiento, podía escuchar la música, risas y gritos que venían desde abajo, se estaba perdiendo de una gran fiesta y todo por culpa de Chittaphon.

Johnny miró su reloj, si la vista no le fallaba, porque ahí dentro estaba más oscuro que el corazón de la escritora, eran alrededor de las 2 de la mañana.

Ten buscó entre los abrigos algo que le pudiera ayudar a matar el tiempo, encontró una botella de vidrio llena.

«No sabía que Kun fuera un alcohólico»

El pelinegro quitó la tapa y olió el contenido, no era un experto en bebidas alcohólicas, sin embargo, pudo deducir que se trataba de vodka.

Bebió un trago, pues ya qué a más daba, y le pasó la botella al castaño.

—Bebe un poco que esto va para largo.

Seo obedeció y tomó un poco del transparente líquido.

Tomaron un par de tragos más.

—¿Puedo saber por qué me odias?—  Preguntó YoungHo, siempre tuvo esa duda en su cabeza, y creyó que este era un buen momento para saber la respuesta.

—No lo sé. Tal vez es porque eres demasiado idiota y te la pasas molestándome— Chittaphon miró con fastidio al contrario aunque la oscuridad del lugar no dejó ver la expresión que cada uno tenía en sus rostros —¿Tú por qué me odias?— Preguntó Ten, fingiendo desinterés aunque por dentro tenía muchas ganas de saber la razón.

—Porque eres un engreído, crees que tienes a todo el mundo a tus pies y eso es algo que odio— soltó Johnny, pero no era toda la verdad.

El haber dicho eso hizo que los dos se sintieran liberados, la tensión que existía en el lugar se dispersó ligeramente.

Ten y Johnny siguieron bebiendo y platicando como si de dos amigos se tratase; hablaron de sus peleas de secundaria, peleas recientes, más razones para odiarse, entre otras cosas por el estilo. Incluso descubrieron que tenían el mismo tipo de humor.

Y no, su odio no se había acabado, ahora simplemente podría decirse que podían tolerar estar juntos y hablar como gente civilizada.

Después de un rato, los chicos escucharon la puerta abrirse junto a unas risillas y sonidos de besos, YoungHo y Chittaphon se quedaron en silencio y quietos como estatuas.

Pudieron escuchar la voz de una chica y la de un chico, y los dos jóvenes encerrados sabían que esto solo significaba una cosa.

«Van a tener sexo»

No pasaron ni 2 minutos y el lugar ya se había llenado de agudos gemidos por parte de la chica, el rechinido de la cama, y otros cuantos sonidos lascivos.

Ten y Johnny estaban incómodos, sobretodo el pelinegro, al que le sudaban las manos y respiraba con dificultad.

El más alto se dio cuenta de ello y decidió jugar un poco con el pequeño, nunca hay que perder la vieja costumbre.

—¿Eres virgen?

Ten abrió los ojos lo más que pudo y tragó grueso.

—P-por supuesto q-que sí, ¿por qué lo preguntas?

El castaño sonrió por el notorio nerviosismo del pelinegro y decidió cambiar su respuesta.

—Es que sueles mover el culo como una puta cuando caminas.

Al escuchar aquello a Ten se le olvidó lo que ocurría afuera del armario y se enojó, pero antes de insultar a el gigante se le ocurrió algo mejor que golpearlo.

—O sea que te la pasas todo el tiempo viendo mi trasero— Dijo con un tono juguetón.

—P-para nada— YoungHo tenía las mejillas rojas y agradecía que Ten no pudiera verlo —Yo no soy gay— se abofeteó mentalmente por decir aquella estupidez.

  —¿Tienes algo en contra de los gays? ¿Acaso eres el típico macho homofóbico?— Ten se escuchaba molesto y se acercó hasta Johnny, sentándose en su regazo, tomó al pelinegro por la camisa y juntó sus rostros, sus labios estaban casi por tocarse cuando el tailandés comenzó a reír, separándose del alto, que aguantó la respiración todo ese tiempo.

—Descuida, jamás te besaría por voluntad propia, no eres mi tipo— El chico regresó a donde se encontraba sentado.

—¿Y quién sí es tu tipo? ¿Hansol?— Johnny seguía impactado por la acción del más bajo y habló sin pensar.

—¿Celoso?— Sonrío Chittaphon sorprendido.

—¡JAMÁS!— Johnny se cruzó de brazos y los dos guardaron silencio.

El tiempo pasaba y los dos chicos que estaban teniendo sexo parecían nunca terminar.

Chittaphon tomó de un jalón el contenido de la botella que compartía con YoungHo, éste tenía más experiencia con el alcohol y sabía que el vodka es una bebida peligrosa, puedes tomar y tomar ya que es una bebida dulce pero cuando menos te das cuenta ya estás cayéndote de borracho, y eso es lo que le pasó al pelinegro.

Ten empezó a hablar incoherencias sobre cuanto odiaba a YoungHo y que por su culpa estaban ahí encerrados.

Pero todo se salió de control cuando Ten dijo algo que cambiaría el destino de ambos.

—Me odias porque soy virgen, ¿verdad? Pues entonces haz que deje de serlo.

Atrapados en el Armario → ᴊᴏʜɴᴛᴇɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora