Narra: io ps kien mas
Aquel gesto por parte del rizado hizo que Cuauhtémoc regresará a su sitió con la tristeza invadiendo su pecho ¿a caso es tan malo lo que hacía? Un par de minutos después la presencia del maestro hizo que el jóven López cambiara su atención a la clase nuevamente aún con esos pensamientos negativos por su cabeza
—Bien, el proyecto es simple. Van a hacer una presentación por parejas de los temas que hemos visto en el parcial, tienen 10 minutos para elegir su pareja y darme una hoja con sus nombres— La voz de la profesora retumbaba por el salón mientras la clase le ponía atención. Tras terminar de dar la explicación del proyecto rápidamente todos buscaron a sus parejas excepto una persona, el niño nuevo que llegó a mitad de curso, Cuauhtémoc López. Volteaba a todos lados viendo rostros familiares a los cuales sugerir la idea de formar parte del proyecto, pero todos ya eran tomados por alguien más hasta que sintió una mano posarse sobre su hombro lo cual hizo voltear a ver al dueño.
—Temo ¿Puedo juntarme contigo? Cuestionó Adrián con una leve sonrisa
—Claro—Temo accedió automáticamente, no tenía el lujo de rechazar un compañero de equipo y mucho menos una posible amistad.
Tras aquella respuesta el azabache solo reaccionó con una amplia sonrisa haciendo notar unos lindos hoyuelos que se le formaban a cada lado de su boca, rápidamente entrgaron el papel con sus nombres al profesor haciendo oficial el equipo.
Después de eso el tiempo pasó como de costumbre, aun que de una forma más amigable para el jóven López, su nueva amistad no lo dejó solo por lo que pudo pasar el receso con alguien que no fuera su hermano lo cual lo hizo sentir mejor, no por que no le gustara estar con las calcomanías sino por que sentía que a veces era buenos pasar tiempo con alguien aparte de tu familia.
Mientras salía de las instalaciones escolares una notificación en su móvil llamó la atención de Temo y al ver el contacto no pudo evitar asustarse. Era Aristóteles Córcega.
Desconocido:
Hoy. Azotea a las 5:00 no llegues tarde, odio que me hagan esperar.
Todo el camino hacia casa el pobre Cuauhtémoc López estuvo viendo para todos lados esperando no encontrarse a quien lo había citado tiempo atrás, ya que, para su desgracia ambos vivían en el mismo edificio, pero para su suerte aquel encuentro de camino a casa no sucedió. Logró llegar sano y salvo a su departamento al llegar simplemente tomó un baño para poder sentirse mejor.
Cuando volvió a checar la hora faltaban 20 minutos por lo que se apuró en cambiarse, ya listo se despidió de su familia diciendo que iba a terminar la tarea con Aristóteles.
Vió las escaleras un par de segundos y tomar valor para subirlas, miraba hacia el suelo hasta que llegó al final de estas. Al levantar la mirada se encontró con la del rizado el cual veía al Toluqueño con una ligera sonrisa.
—Bien, ya llegue... — El menor rompió el silencio que lo estaba matando.
—Ya llegaste. — Dijo el rizado aún con aquella leve sonrisa levantándose de su asiento entregando al menor una mochila negra. —Ten, vamos a mi departamento— Ordenó Aristóteles mientras caminaba rumbo a su casa, abrió la puerta y dejó entrar al joven a su lado mientras lo veía con detenimiento. Cuahtémoc entró inspeccionando la casa sin percatarse que estaba siendo observado por el rizado.
—¿Qué quieres que haga?— Temo fue el primero en hablar para luego recibir una de las peculiares sonrisas de Aristóteles.
—Te dí la bolsa para algo ¿No? Cámbiate, el baño está allá— Dijo el rizado sin más apuntando hacia el lugar ya mencionado.
Temo sin poder oponerse tomó la bolsa y entro al baño siguiendo las indicaciones contrarias, todo era muy extraño, el conjunto elegido para él no tenía ningún parecido a lo que había usado antes. A nada. Su cuerpo se había ruborizado completamente y lo comprobó al verse al espejo notando sus orejas y hombros enrojecidos, no había de otra.
Salió de la habitación encontrándose al rizado concentrado en el computador. Quien al escuchar los pasos de Temo en la sala dejó lo que estaba haciendo para ver al contrario frente a él, una ladina sonrisa se formó en su rostro analizando el cuerpo ajeno con mayor detenimiento.
—Te queda muy bien— Dijo Aristóteles acercándose un poco al menor.
—Jódete—
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Ke onda amigues ¿cómo están?:)
¿Que piensan que se puso Temo? ¿será el traje de baño amarillo?:)Weno, antes que nada perdón por no actualizar, no sabía que escribir;; he de decir que este fanfic me gusta mucho jaja
En fín, espero que les guste:)-Haru Yamada Cambio y fuera✨
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{Incorrecto};- Aristemo
Fanfiction¿Que pasa cuando tu más grande secreto está en manos de la persona más inesperada? Este es el caso del jóven López.