Capítulo 19

3.1K 323 21
                                    

-Ella necesita descansar, su mente no está preparada para esta clase de información...

-Si no se lo dices tú, lo haré yo.

Abrí los ojos y busque de inmediato a los causantes de los murmullos que me despertaron, Eliot estaba caminando de un lado a otro mientras Kale estaba sentado a mi lado, me vio al darse cuenta que había despertado y me sonrió.

-¿Dormiste bien?

-Si- me senté en la cama y también vi a Mike aún perdido en sus sueños. -¿De qué estaban hablando?

Ellos cruzaron miradas. No confiaba en ese gesto pero en cuanto los ojos de Kale se fijaron en los míos todo cambió.

-Nos iremos a tu casa, es momento de regresar.

-¿El plan no funcionó?-pregunte tragando saliva discretamente.

-No lo sabemos -dijo Eliot.

-Aún- le interrumpió Kale.- pero estamos seguros de que si queremos una señal, no va a estar aquí.

-Está bien, yo- me levante de la cama y comencé a ver por todo el suelo- tengo que...reunir las cosas que saque.

Ambos chicos se pusieron de pie.

-Nosotros daremos una última vuelta solo para asegurarnos de que todo está bien.

Asentí.

Los vi dejar la pequeña habitación y puse manos a la obra en acomodar las pequeñas cosas que tome de mi hermano, las guarde todas y cuando me estaba sujetando nuevamente las agujetas de mis tenis él se despertó y comenzó a llorar así que lo tome en mis brazos y lo calme dándole un chupón, si mamá me viera me regañaría porque detesta que se lo de, sería algo como...el último recurso que se nos permitiría para calmarlo...mamá, como la echaba de menos, cuando volví a escuchar la puerta abrirse me limpie las lagrimas.

-¿Todo listo, nena?

-Sí, tengo todo controlado -le sonreí al tomar la mochila y caminar hacia él.

Era mentira, no tenía nada controlado pero quería creer que así era, necesitaba darme fuerzas en estos momentos de desesperación.

Kale me sonrió mientras tomaba la mochila de mis manos, Eliot subió detrás de nosotros encendió la camioneta una vez que todos estuvimos dentro, el camino se volvió una eternidad para mí y debía admitir que sentía que el miedo me comía viva por dentro, el sol ya estaba ocultándose y me mordí el labio para no llorar, al parecer mi antiguo ángel de la guarda se dio cuenta porque a pesar de que conducía se dio el tiempo para tomar mi mano izquierda y entrelazarla a la suya. ¿Era posible sentir un poco de amor durante esta tormenta? porque yo lo sentía.

Una vez que llegamos a casa sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo.

-Algo no me gusta...-dije mirando mi casa oscura, las hojas que rodaban por el suelo y el viento haciendo un ruido al soplar sobre nosotros no me ayudaba a tranquilizarme.

-A mi tampoco -concordó Kale.

-Vamos a dar un vistazo -Eliot le toco el hombro y asintió de inmediato.

-Espéranos aquí- Kale me beso la frente antes de que Eliot y él mostraran sus alas y volaran al cielo.

Siempre que lo veía irse, a pesar de que sabía que lo volvería a ver, me embargaba un sentimiento de angustia.

En cuanto sus pies dejaron de tocar el suelo abrace a Mike mientras veía alrededor, las luces de las casas de los vecinos estaban apagadas y me pareció raro ya que acababa de oscurecer y me era extrañó que se fueran a dormir tan temprano. Quizá era por el cambio de horario.

Ángel de la Muerte. [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora