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— ¡Yu-! —Jugkook se cortó, parpadeando con un "oh" al verme abrir la puerta de la habitación número uno justo al mismo tiempo que él iba a llamarme.

Salí primero, suspirando, recogiéndome el pelo largo y oscuro en una coleta baja al mismo tiempo que me acercaba al mostrador, pasando junto a Jungkook, seguida por la chica a la que acababa de tatuar, que se colocó en el otro lado de la mesa.

Este sábado era el día del juicio final para mí. Definitivamente.

Apenas había visto a Jungkook durante más de cinco minutos entre cliente y cliente. Estaba apoyado sobre sus codos, colocados en el mostrador, con un lápiz de dibujo entre los dedos y un diseño sobre la mesa. Llevaba un jersey negro pegado al cuerpo y unos pantalones oscuros también algo ceñidos, marcando su figura delgada, la hebilla plata del cinturón alrededor de sus caderas rompía la armonía del negro y a mí solo me apetecía mantenerme durante el resto del día colgada como un koala a él, envolviendo los brazos en su cintura, apretándolo mucho contra mí.

Estaba segura que al final del día de hoy tendría un dolor de cabeza importante. No había sido buena idea mantener tanto trabajo para hoy, y eso que había conseguido traspasar uno de los tatuajes al miércoles, pero no podía echarme atrás, no podía.

— Hey, Yun. — Levanté los ojos tras Jungkook, encontrándome con la sonrisa de Dean frente a él. Una de las vistas de diseño que Jungkook tenía hoy debía ser la suya.

— Dean —sonreí, con los ojos entrecerrados, poniéndome un poco de puntillas para ver el boceto por encima de la espalda de Jungkook—. Ese diseño es increíble. ¿Hombro y cuello?

— Hombro y cuello —asintió— ¿Cómo estás?

— Agotada —bufó Jungkook por mí, y volví mis ojos hacia él.

Me miraba con los hombros rectos, el ceño ligeramente fruncido y los labios cerrados uno contra el otro. Tenía las mejillas tensas y marcadas, con la mandíbula apretada. Mis ojos revolotearon por la cicatriz visible de su mejilla y por la forma almendrada de sus ojos oscuros, las pestañas negras apuntaban en mi dirección y por un momento me distraje en contarlas.

Perdiendo el hilo.

— ¿Vas bien? —preguntó, inclinándose un poco sobre mí, el tono de voz le salió preocupado y cuadré los hombros, sonriendo y pellizcándole uno de los pendientes para que se alejara. Lo hizo, chasqueando la lengua, sin dejar de mirarme con los ojos de cachorro.

— Voy perfecta. — Aun así volvió a apretar la boca, asintiendo y señalando detrás de Dean con la barbilla.

— Ha llegado el siguiente.

Taehyung.

Por fin había llegado su hora.

Nos miraba con el ceño ligeramente fruncido, sentado en uno de los sofás, de nuevo con los codos apoyados sobre las rodillas y una bolsa de plástico entre los dedos. Y sonreí inmediatamente al ver que llevaba sandalias a pesar del frío. La madre que...

— ¿Vienes? —pregunté, haciendo un gesto con la cabeza. Taehyung se levantó de inmediato, con la bolsa balanceándose entre sus dedos y di un apretón al hombro de Jungkook, caminando de vuelta a la habitación en la que había pasado toda la mañana.

Aun no me había tomado mi descanso para comer, pero suponía y esperaba que me diera tiempo después de hacer el primer tatuaje de Taehyung. Por fin.

— Pareces cansada —susurró, cerrando la puerta detrás de él al mismo tiempo que yo volvía a estirar sobre la camilla una nueva sábana de papel azul. Era la cuarta del día y la papelera ya estaba llena.

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⏰ Última actualización: Apr 30, 2019 ⏰

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Tattoo - Kth and JjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora