Tiempo Restante (1)

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Ordenar en específico cada hecho que se ve y se relata es a veces pan comido, pero no siempre es así; este es uno de esos casos. Un lugar, varios invitados, el fuego y un destino. Mientras pasa algo con uno de los que yacen en el sitio, en otra parte de éste, sucede otra cosa distinta con algún otro de los invitados.

Las manecillas del reloj continúan moviéndose, ¿cuánto faltará para que todo termine? La verdad, no hay respuesta fija. Solo un par de palabras pueden usarse en este momento: Esperar y observar.

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Estaba agotado, cada noche se aseguró de mantenerlos, a su vez, tenía que llamar a los que quedaban. Tanto trabajo dio sus frutos, por fin estaban todos aquí, al fin podía descansar. Después de que ella y los otros entraran a su cuerpo, ahí, se dio cuenta, se dio cuenta de lo que era, no debía parar hasta que todos tuvieran su descanso. Por fin se cumplirá ese anhelo, pero seguía aquí, la oficina apenas y solo irradiaba calor, todavía el fuego no llegaba.

En cualquier momento...solo debo esperar... Finalmente...todo esto por fin acabará.

Observó a su alrededor, veía por esos conductos como aquella anaranjada luz comenzaba a acercarse, aun le faltaba para llegar, pero no mucho, sonrió.

Acércate...solo un poco más.

No esperaba nada más, cerró los ojos y dejó que su cilla le permitiera a su cuerpo momificado de color púrpura recostarse, era la hora de descansar, y no volver a despertar.

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Suspiró con pesar. Finalmente lo hizo, ha cumplido su parte, activó el fuego y accionó las puertas para atrapar a los invitados.

Seré el último...aun así...podré descansar en paz ahora que sé que pude salvarte...hija mía.

Miró todo a su alrededor, varios objetos sin importancia, un traje rojo parecido a un cocodrilo, al lado una caña de pescar, bocetos, papeles arrugados, unas máquinas pequeñas y nada más que sea resaltable, luego de observar su entorno, dirigió su mirada hacia el monitor que había usado para que todo el show que montó empezara.

La pantalla estaba solo con dos opciones, una estaba en negro, la otra en blanco, presionó el de color blanco, la pantalla mostró un ícono de un botón azul, lo oprimió. Al poco tiempo todo el cuarto empezó a enfriarse, algo que lo relajó.

Enfrente del monitor se elevó una palanca, la bajó; el ícono del monitor entonces cambió y mostró un mensaje de alerta.

─ El proceso tardará debido a que los engranajes están funcionando erróneamente......

Tendrá que esperar un poco, pero eso valdría la pena, dio una mirada más a todo el entorno. Una vez más fijó su vista en el frente en donde está la mesa con el monitor, observó todo lo que dicha mesa traía encima. Una botella de vino destapada pero casi llena, un vaso de copa ya vacío, seguramente antes poseía lo que le faltaba a la botella, y por último, una vieja foto, algo afectada con el largo paso del tiempo.

Tomó este último objeto y miró a los integrantes de la imagen. Cuatro adultos, tres niños y un bebé; eran él, su antigua esposa Carol, su viejo amigo William antes de enloquecer,  su esposa Gretel, su hijo mayor Gabriel, el pequeño Michael, la pequeña Elizabeth, y por supuesto, su pequeña tesoro, Charlotte.

Una inocente imagen que marcó un antes y un después de una gran tragedia que marcó a las dos familias.

─ Aquí es...donde todo eso debe acabar...─

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