Ch IV. Commiment

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la persona que me hizo el examen de inglés estaría avergonzada si supiera que no sé si la palabra que usé para el título de este capítulo es la correcta XD

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Ch IV. Commiment

Muy temprano por la mañana, y como siempre solía hacer, Seth caminó por todo el palacio asegurándose que todo estuviese en orden. Quizá más tarde iría a "visitar" a su medio hermano, pensaba; pero al pasar por la entrada del palacio, vio un inusual cúmulo de soldados empujándose y peleando para ver algo. El castaño se acercó a ver qué causaba tanto alboroto.

- ¡Ustedes!- les gritó, haciendo que los soldados se dispersaran un poco- ¿Qué es tan importante como para causar todo esto?- se abrió paso entre la multitud, y al llegar al frente no pudo contener su sorpresa; en brazos de uno de sus soldados estaba un joven de níveos cabellos y perlada piel, en la cual los rayos del sol ya habían hecho algunos estragos

- ¿No es hermoso, excelencia?- dijo el sujeto que sostenía al muchacho- Nunca había visto a alguien con la piel tan clara

- No es un extranjero- comentó otro- Es un ángel- los presentes comenzaron a murmurar y a asentir

- ¡Silencio!- gritó el sacerdote, callándolos enseguida- El joven se queda conmigo- se acercó al albino y lo tomó en brazos, alejándose de ahí. Algunos soldados suspiraron decepcionados- [¿Qué hace este niño aquí?]- pensaba Seth mientras caminaba por los pasillos y miraba al chico. Llegó hasta la habitación de Atem, y con ayuda de los soldados que lo custodiaban, entró.

- ¡Ryou!- exclamó asombrado el tricolor al ver a la persona que Seth traía en brazos

- Entonces sí es ese niño...- rio levemente- No pensé que pudieras traer a personas de otra época hasta aquí, pero eso no importa- se arrodilló en el suelo y cuidadosamente recostó a Ryou sobre él- Como puedes ver, está enfermo. Si logras recuperar su salud para mañana, no le haré daño, pero si no puedes hacerlo, tendré que decirle a alguien más que lo haga y se quedará conmigo- sonrió malicioso y salió de la alcoba.

En cuanto escuchó que los candados de la puerta se cerraban, Atem corrió hacia Ryou y comenzó a revisarlo. Ryou respiraba agitadamente y con cierta dificultad, tenía mucha fiebre y su rostro estaba en extremo ruborizado; en los brazos y piernas tenía marcas rojizas hechas por el sol.

- Insolación- murmuró preocupado. Se levantó y fue por una sábana de su cama y la tendió en la esquina más fresca de la habitación; cargó a Ryou y lo recostó en ella.

Lo desvistió cuidadosamente hasta dejarlo en interiores y fue por el jarrón de agua que siempre estaba en su alcoba. Con ayuda de un recipiente empapó un pequeño trapo, lo dobló y con él empezó a mojar el cuerpo de Ryou y a abanicarlo con su mano libre, intentando que su temperatura se normalizara. Después de un largo rato en tratamiento, la fiebre de Ryou empezó a ceder; el peliblanco abrió los ojos, encontrándose con el rostro afligido de Atem.

- ¿Faraón?- dijo en voz baja, mirándolo

- Ryou, al fin despiertas- el tricolor estaba al borde de las lágrimas, se sentía tan contento

- ¿Dónde estoy?- se sentó y se recargó en la pared- ¿Y dónde está mi ropa?-esto último lo dijo avergonzado

- En mi habitación del palacio. Tenías insolación y tuve que desvestirte, ¿Pero cómo fue que llegaste hasta aquí en primer lugar, Ryou?

- No lo sé... estaba en el río recogiendo un poco de agua y creo... creo que había alguien más ahí... pero no recuerdo...

- Entiendo, pero no me refería a eso; ¿Cómo fue que terminaste en el Egipto antiguo?

- Ishizu nos ayudó a Yugi y a mí a llegar

- ¿Yugi también?- el menor asintió- Entonces, en verdad yo...

- ¿Tú lo hiciste faraón? ¿Nos ayudaste a llegar hasta aquí?

- Bueno, yo sólo deseé que estuvieran aquí, pero no pensé que en verdad sucedería. Lamento si los puse en problemas

- ¡El que está en problemas eres tú! ¡Por eso vinimos!

- Gracias Ryou- sonrió- Espero que Yugi esté bien

- Claro que lo está, mi yami está con él

- ¿Entonces Bakura está a salvo?- el menor asintió con alegría- Qué alivio- suspiró y tomó un recipiente de madera y en él sirvió un poco de agua- Ten, te ayudará a sentirte mejor- Ryou bebió el agua y pidió un poco más-¿Cómo te sientes?

- Mejor, gracias- Atem se sentó a su lado, sonriéndole amigable mientras lo observaba

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- Yugi, tranquilízate. No llores- trataba de consolarlo Bakura- Ryou está bien, lo puedo sentir

- Sí, pero... pero...- su voz fue interrumpida una vez más por el llanto. El mayor le dio unas palmaditas en su cabeza y le entregó a un hombre el par de camellos y la mayoría de sus pertenencias; el hombre le entregó al peliblanco una bolsita de cuero llena de monedas de oro y se alejó junto con las dos bestias- ¿Qué haces?- preguntó un poco más calmado

- Tenemos que aligerar la carga si queremos llegar antes al palacio- explicó-Nada de eso nos hace falta ahora. Después de comer iremos al palacio- el tricolor se enjuagó los ojos, tomó al caballo por las riendas y siguió al mayor mientras recorrían el pueblo

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Al otro día por la mañana, cuando el sol acaba de salir del horizonte, la puerta de la habitación de Atem se abrió violentamente, despertando a los dos ocupantes, que dormían juntos en una cama. Seth entró junto con tres soldados más; el tricolor abrazó a Ryou protectoramente, mas pronto el sacerdote lo haló del brazo y lo tiró de la cama; enseguida, un par de soldados apresaron al joven príncipe. El castaño tomó el mentón del albino con una mano y lo acarició levemente, Ryou sólo temblaba.

- ¡Quítale tus sucias manos de encima!- gritó Atem furioso, tratando de liberarse

- Tranquilízate, soy un hombre de palabra- dijo y levantó a Ryou por el brazo para luego tomarlo por la cintura y bajarlo de la cama, pegándolo levemente a su cuerpo- Te prometí que no le haría daño, y así será...- empujó al menor, tirándolo al suelo- Pero él no nos acompañara

- ¿Qué quieres decir?- preguntó el tricolor. Seth sólo sonrió de medio lado, se inclinó donde estaba Ryou y lo levantó por la cintura. Volvió a arrojarlo al piso, tomó sus brazos y los pasó alrededor de una columna. El tercer soldado le colocó unos grilletes en los brazos y puso el candado; así que el albino quedó bien sujeto a la columna de piedra- ¡Maldito, suéltalo!

- El que menos te debería importar ahora es ese mocoso- le hizo una señal a los guardias y éstos sacaron al príncipe del cuarto a rastras- Tú, cuida del niño- le ordenó al tercer guardia y abandonó la habitación también.

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El pueblo estaba reunido en el patio frente al palacio, mirando expectante hacia aquel imponente balcón donde su faraón siempre se paraba y les hablaba. De pronto, la figura de uno de los guardianes del faraón apareció, seguida por la de los otros 5 y la del príncipe

- Querido pueblo de Egipto- comenzó a hablar Seth- Su alteza se disculpa por haber ignorado a su gente por tanto tiempo, pero circunstancias mayores lo obligaron. Hoy, honorable pueblo, el príncipe Atem me ha pedido comunicarles grandes noticias; el príncipe ha regresado para tomar el lugar de nuestro querido faraón y celebrará su tan esperada coronación junto con su casamiento- los presentes quedaron en silencio- Esta tarde, querido pueblo, el joven príncipe se desposará conmigo y será coronado el nuevo faraón de Egipto- el silencio fue roto por el potente grito de la gente, quienes alababan a su joven faraón y al sacerdote que se convertiría en su esposo, sin notar, debido a la distancia, que su joven rey no estaba contento con aquella declaración, incluso algunas lágrimas corrieron por sus mejillas.

Seth lo abrazó y lo besó, ocasionando que los gritos de alegría del pueblo estallaran nuevamente. Atem quiso apartarse pero fue rápidamente sometido por su medio hermano y ahora prometido. Mientras, entre la bulliciosa multitud, dos sombras encapuchadas veían lo que ocurría en aquel balcón....

Continued....


Past and Future [Remake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora