los terroríficos 18

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Al cumplir 18 creí que todo cambiaría, que solo eran pesadillas de cabra chica, miedos de cobarde, dolores de débil y pensamientos de tonta, que equivocada estaba por dios...
Cómo les conté, bese muchos sapos, a uno de ellos le pondremos Juanito, este muchacho fue el que creí el amor de mi vida, Juanito se portaba bien conmigo, era algo tóxico pero se portaba bien, o así lo defendía yo pues creía que era el único hombre que me amaría, mi autoestima era tan baja que creía que no merecía amor de nadie, ni de mi familia y Juanito reforzaba ese pensamiento diciéndome que no me amaban, enserio que fui tonta... Nunca le conté a nadie como era realmente esa relación para luego no quedar como la "amiga date cuenta" quiero creer que todas pasamos por esa etapa pero se que defendí lo indefendible como dice mi mamá.
Pasaban los días y yo decidí contarle a mi mamá que andaba con Juanito, ahí fue donde quedó la grande y dónde mis problemas realmente empezaron, claro gracias a mis excelentes ideas...la primera fue irme de mi casa, me sentí devastada, nadie me hecho, nadie me hizo nada, y es que ese fue el problema, me ignoraron de la forma más dolorosa, mi mamá luego de contarle me hizo la ley del hielo, y si... De nuevo mi niña interior se sintió lastimada, y me fui, ahí caí en la peor depresión, no me la creía, lo mal que estaba, lo rápido que empeore cuando me fui, después de todo mi familia me mantenía estable, sobre todo esos dos seres de luz que amo con mi vida, mis hermanos... Solo podía pedir que parará la vida, que lo que me dolía terminará, sabía que todo era responsabilidad mía pero ya no sabía cómo volver atrás. Yo no sabía cómo había llegado a tal punto de sentirme tan basura, ahí fue donde empezó mi primer intento suicida...
Creía que con 18 y con independencia podría salir adelante, podría salir de ese maldito agujero, pero no... Me equivoqué otra vez, me la jugué por un tipo que no se jugaría nada nunca por mi, elimine a mi familia por el (y por mi depresión) me fui de la casa para darle en el gusto y nada, solo recibí cachos, y cachos de esos dolorosos, de los que no te esperas porque yo a él lo tenía en un altar, pero bueno, con el aprendí a no creer en nadie, a no confiar, a no entregarme, el me enseñó que mientras más amas, más vulnerable te vuelves.
Me permiti otra relación luego de él y fue un fracaso, desconfiaba de todo, dudaba de que tan buena polola fuera, me sentía insuficiente y creía que cualquier niña que se encontrará le daría mejores cosas que yo, a pesar de que el fue excelente conmigo, era atento, detallista, cariñoso, todo lo que yo soñé y quería, pero una parte de mi me decía que no lo merecía y que nadie me daría amor pues en la primera oportunidad me fallaron.
De ahí solo quise olvidarme del amor, fue terrorífico ese año, lleno de desamor, lleno de tristeza, malas decisiones, hospitalización en psiquiátricas que me llevaron a caer más en el agujero, fueron por lo menos 5 hospitalizaciones que me fueron rompiendo poco a poco, hasta que en la última mi vida se destruyó con la muerte de mi mejor amiga, de mi hermana y compañera de hospitalización, de ahí no quise nada, no recibía visitas, no comía, no me tomaba las pastillas, no quería saber nada de nadie ni de nada, me dolía todo lo que estaba pasando, como se fue tan joven, como me dejó sola, como no la pude ayudar, son cosas que hasta el día de hoy revuelven mi cabeza...

Conviviendo Con La Depresión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora