Conviviendo Con La Depresión

mis intentos por partir

Era lunes por la mañana, iba caminando dónde mi psicologa, me tocaba mi sesión de quincena, mientras iba caminando no paraba de llorar, cuando iba llegando tenía que cruzar y Vi un auto que venía a toda velocidad, no lo pensé y cruce aún así, solo sentí el choque, el chófer desesperado, alcanzo a frenar pero yo solo lloraba y no respondí nada de sus desesperadas preguntas, llegué dónde mi psicologa y le conté... Para que contarles que me dijo, me mando directo a urgencias, fui y me interne por primera vez, los doctores me decían que esperar cama para el Salvador (hospital psiquiátrico de la región) demoraba muchísimo, a la semana me dicen que tengo cama, mis lágrimas no paraban y mi miedo aumentaba con cada paso hacia la ambulancia, ¿Como paso todo tan rápido? Mi corazón estaba en mil pedazos, mi mente confundida, mi alma rota, mi cuerpo destruido entre cortes y rasguños...
Ya no sabía que hacer con mi vida, menos encerrada en un hospital psiquiátrico, ya no quería más guerra, pero seguí intentando matarme incluso estando dentro, uno tras otro, pastillas, cortes, ahorcamiento, todo lo que se pueden imaginar yo lo intente, ya no sabía cómo más dañarme, yo no quería vivir, yo solo quería paz, entraba y salía del salvador como Pedro por su casa, mi mente solo sabía sufrir y no salir de ese estado.
Hasta el día de hoy no sé cómo salir de ese lugar tan oscuro, pero ahí le voy, si alguien está pasando por esto, por favor, no te aisles, no alejes a tus seres queridos, yo lo hice y no termine bien, gracias a lo que sea logré mantener contacto con mi madre y hoy recupero a mi familia poco a poco, digamos que mi historia familiar fue tan complicada que apenas se enteraron que intente matarme todos me quisieron ir a ver, volver a hablar y cuidarme, mis tías murieron de esa forma y digamos que no querían otra tumba en el cementerio n•3
Mi último intento y el que me inspiró a escribir este libro fue con pastillas, contaron por lo menos 80, yo sé que fueron más pq los demás envases los tire a la basura a medida que me los tomaba, fue un momento de impulso y desesperación por no ser quien quiero ser, por no hacer feliz a los demás, por no dar lo mejor de mi, en fin por no ser ese ser humano que todos desean que pueda llegar a ser, siento que no seré nunca el orgullo de alguien y eso me mata lentamente, es difícil esforzarse y sentir que no das para nada de igual forma...