Naruto Uzumaki, un chico de 16 años extrovertido, carismático y un poco insoportable, amante del ramen de Ichiraku
Sasuke Uchiha un chico algo serio y frío con la gente, él es un vengador, un cobrador de almas o al menos eso creía...
Me lleve al pequeño Menma a la casa, decidí ponerle así ya que este platillo, además de ser el favorito de Naruto, me ayudó a mí a calmarlo muchas veces.
Llegamos a casa y el pequeño estaba dormido, se veía tan lindo así. Estaba agotado, no había dormido desde que llegamos al hospital, así que encendí la tele para entretenerme y recosté al niño en mis piernas. Amaba verlo cada segundo de mi vida y es que.. ¡Era perfecto! El verlo tan parecido a la persona que amo y a mí es un sentimiento indescriptible.
Sasuke: Tú mi pequeño, serás la persona a más amada de todo el mundo, serás feliz y muy fuerte, estoy muy seguro.
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Dije pasando mi dedo por su nariz, me daba ternura ver cómo retorcía su carita debido a las cosquillas. De repente sonó el timbre despertando a Menma, tomé al pequeño en mis brazos tratando de tranquilizarlo, lloraba mucho. Abrió la puerta y su sorpresa fue grande cuando vio a su hermano y a Dei.
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Deidara: ¡SASUKEEEEE-KUUUN! QUIERO VER A MI NUEVO SOBRINOOO
Grito Deidara dejando a Menma callado y mirándolo como si estuviera loco al igual que yo.
Itachi: Lo siento, pero apenas nos enteramos sobre lo sucedido, acabamos de llegar de una misión y nos enteramos, Deidara vino corriendo para tu casa, lamento si interrumpí algo.
Sasuke: Para nada Nii-san pasen, adelante.
Ambos pasaron a la casa y se sentaron en el sillón, Deidara me veía con ojos brillosos, sus ojos azules eran lindos, pero no tanto como los de mi Naruto. Mientras Itachi solo entrecerraba sus ojos esperando el té.
Deidara: Vamos ya, deja la cocina, dame a ese pequeño-hm
Sasuke: Espera, acaba de salir del hospital apenas ayer, no sé si....
Deidara: Solo cállate y dame a ese bebé-hm
Sasuke: Bien, pero si llora tú lo vas a callar.
Le dí a Menma mientras miraba el agua para el té. Se escuchaban pequeñas risas de Menma, era hermoso oírlo reír así que decidí asomar mi cabeza y ví a Itachi haciendo caras raras y Deidara lo imitaba. Reí fuertemente, pues quien no lo haría, hasta Menma lo hacía, se veían ridículos.
