Enamorada De Un Idiota

Capítulo 5

Un mes después

Hoy era el día de la obra y todo iba bien salvo el hecho de que Theo seguía sin hablarme, ni si quiera me miraba y y no sabía qué hacer para solucionarlo, él y yo habíamos sido amigos desde hacía mucho tiempo y no podía ni imaginarme la vida sin él.

Me levanté temprano ese día y cogí mi traje para la obra. Hoy las dos primeras horas las dedicaríamos a ensayar, por lo que no daríamos clase y no podría ver a Theo para hablar con él en todo el día. Después de vestirme y desayunar salí al porche y vi a Kenneth aparcado en la puerta.
Me acerqué y él quitó el seguro del coche.
-Kenneth- dije sorprendida pero agradecida de que hubiera venido- ¿Qué haces aquí?
-He venido a recoger a mi princesa- me sonrió- como es más temprano que otros días y vas sola y con el vestido he pensado que te vendría bien un chófer.
-Has acertado- le devolví la sonrisa, me subí al coche y le besé, me correspondió el beso y arrancó.

Al llegar al instituto nos bajamos del coche y Kenneth cogió su traje del maletero, entramos y nos dirigimos al salón de actos, dónde tendría lugar la obra y esperamos junto al resto de alumnos que ya estaba allí a que llegara el profesor Agustín.
Una vez hubieron llegado todos comenzamos a ensayar y cuando apenas faltaban unas horas para representar la obra por primera vez, comenzamos a vestirnos.
Cogí unas extensiones pelirrojas que llevaba en mi bolsa junto al vestido y me las puse, me planché el pelo y me lo recogí en una larga trenza de espiga, después me maquillé y me puse un vestido azul de tela con encajes dorados en el borde del escote, las mangas y la parte inferior del traje, el cual me llegaba hasta los pies.

La primera representación sería solamente para los alumnos de primer y segundo año, la segunda para los de tercero y cuarto y la última sería para todo el quisiera entrar a vernos.
La hora había llegado y la obra estaba por comenzar, a través del telón veía como los alumnos llegaban, y buscaba a Theo con la mirada, pero no le vi. Las puertas se cerraron y las luces se apagaron, todo se quedó en silencio y esa fue la señal de que la obra daba comienzo.

Salí al escenario y me senté en la cama que había como decorado, los focos se encendieron e iluminaron todo el escenario.
-Lady Morgana ¿Estáis bien?- preguntó la chica que hacía de mi criada
-Lo cierto es que no
-¿Qué os ocurre?
-Me gustaría salir de este castillo, saber que se siente al ser una campesina
-Pero mi Lady podrían haceros daño
-No me importa correr ese riesgo, Gwen, solo quiero salir de aquí por primera vez
-¿Y que le diréis al rey para que os permita salir?
-No le diré nada si tú me ayudas
-Pero... podrían colgarme por eso
-Lo sé, es arriesgado para ambas pero que tenemos que perder
-Nuestra vida.

Tras varias escenas más después de la conversación que la sirvienta y Morgana debían tener llegó el acto cuatro.

Me desperté aturdida en una pequeña y estrecha cama, miré a mis alrededores y lo único que vi fue una mesa vieja de madera y una vela que iluminaba la estancia con una tenue luz.
-¿Dónde me hallo?- pregunté confundida y dolorida
-Por fin despiertas- dijo un joven campesino
-¿Quién sois?- le miré fijamente
-Soy Colin¿y tú eres?
-Soy Lad...- me detuve en seco- Soy Morgaus
-Morgaus, un nombre precioso- hizo una mueca
-Gracias- aparté la mirada- ¿Cómo he llegado hasta aquí?
-Te encontré en el bosque, herida, y te traje hasta aquí
-¿Y mi herida dónde está?
-Curada
-¿Tanto he estado incosciente?
-Así es
-¿Cuánto exactamente?
-Una semana
-¿Una semana?- dije levantándome de golpe- Oh Dios mío
-¿Qué ocurre?
-Me deben estar buscando, estarán preocupados por mi
-Lo sé, Lady Morgana
-¿Cómo lo sabes?
-El rey y la reina te buscan desde hace semanas
-¿Y por qué no me habéis llevado al galeno de la corte?
-Por que si supieran que sigo con vida me matarían
-¿Por qué? ¿Qué has hecho tan malo?
-Utilizar la magia
-Claro, sois Colin Blackburn- le volví a mirar- No te preocupes, te aseguraré protección
-¿De veras lo decís?
-Me has salvado la vida ¿Qué más podría hacer?
Él sonrió y nos miramos fijamente.