Pura

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La capital de la confederación habia quedado en ruinas. Cientos de miles de muertos sobre una población de tres millones. Barrios enteros destruidos. 

La vida era difícil. Los suministros eran escasos y caros. Los ciudadanos se las rebuscaban para sobrevivir. 

La gente habia encontrado soluciones para casi todo. El suministro de agua se cortaba frecuentemente, por lo que las familias comenzaron a recojer el agua de lluvia. El alimento escaseaba, por lo que cada terraza, cada balcón, cada jardín se conviritío en un lugar propicio para sembrar algo. Los perros y gatos habian desaparecido casi completamente, devorados en los peores momentos de hambre. 

Pero luego la carne se volvio algo bastante regular que se podia conseguir con trueque. Pocos  se preguntaron de donde venia y como llegaba regularmente. Algunos decian que varias familias tenian granjas secretas donde criaban ratas. Otros decian que los cuerpos de los muertos en los bombardeos eran reciclados.  Todos comian la carne igual. 

Baiseslicht habia sido una ciudad explendorosa. Su arquitectura barroca era una de las mas  bellas del mundo. Templos, museos, palacios, puentes y plazas se repartian por toda la ciudad. Para los provinicianos que llegaron como refugiados en los últimos años esta ciudad debió parecer algo salido de las leyendas y cuentos. 

Una de esas familias eran los Landa. Habian vivido de la agricultura, aunque en los años anteriores a la guerra algunos hermanos consiguieron trabajo en las fabricas de la capital de su provincia, Ruano, a la cual fueron llevando al resto de su familia. 

Hacia un año, cuando Ruano estuvo a punto de caer, dos de los hermanos fueron reclutados para preparar las defensas de la ciudad. 

La noche anterior a entrar en servicio la familia se junto para planear que iban a hacer. 

Belcio, el patriarca de la familia queria volver al campo, decia que lo mejor era esconderse en lo profundo de los bosques, que él conocia tan bien, que saliendo esa misma noche podian llegar en menos de un dia. 

Tracio, el hermano mayor no estaba de acuerdo. El seguia los acontecimientos de la guerra de cerca y sabia que los bosques en los cuales su padre queria encontrar refugio ya estaban llenos de tropas enemigas. Tracio media mas de un metro noventa, rubio, con unos ojos marrones claros. Su mirada se habia endurecido en los últimos años y toda la frescura de la juventud se habia borrado, parecia mas viejo que los 30 años que tenía.

Ambos discutieron acaloradamente, pero finalmente fue Tracio quien dio las directivas de que iba a hacer cada uno de la familia. 

El y Joa eran los que fueron reclutados e iban a quedarse a preparar las defensas y luchar, no iban a huir. El resto de la familia tenia que ir hacia el noroeste, hacia Baiseslicht, la capital de la nación, donde se estaba reorganizando gran parte de la industria que habia sido evacuada de las provincias mas vulnerables a los ataques cimoranos. 

Tracio dijo: "Filip ya tiene experiencia en las fabricas, seguramente va a conseguir trabajo rápidamente, el será el sósten de la familia, asi que quiero que lo cuiden mucho. El resto de los varones pueden ir consiguiendo trabajo en distintos lados. La capital tiene muchos trabajos. Solo tienen que poner todo su empeño en hacer eso"

Hizo una pausa y miro fijamente a Kracio. "Tu labor es distinta al resto. Quiero que me escuches bien. Estamos en guerra. Lo mejor y lo peor de las personas sale a la luz en estas épocas. Tienes que proteger a la familia. No quiero que busques trabajo, ni que te concentres en hacer otras cosas. Tu deber es velar por el bienestar de esta familia."

La eleccion parecía a simple vista un poco extraña ya que Kracio no tenia un aspecto físico particularmente imponente. Apenas media un metro ochenta(estatura baja para un hombre del sur), tenia una musculatura normal, su rostro era muy común y contrastaba bastante con los rostros recios del resto de los hermanos. 

Una máscara con sonrisaWhere stories live. Discover now