Con la voz entre cortada, lleno de miedo y pavor le gritaba una y otra ves que me soltara, que me dolía mucho. Yo no entendía por que me hacían eso. Por que me dañaban de esta manera. Su cara solo reflejaba que disfrutaba lo que me hacia. Creí qu...
Llevo años visitando diferentes terapeutas y ninguno ha podido sacarme de la depresión con lo que vivido desde que era un niño.
Las personas de mi entorno casi no conocen mi voz, me limito sólo a asentir con la cabeza como signo de saludo cuando cruzó por el frente de alguien conocido. Para no tener que lidiar con nadie ni hablar, me dedico a escribir libros. Libros que solamente hablan de Soledad, dolor, amargura y encierro.
Mis libros sorprendentemente han sido un éxito y han tenido ventas masivas. Gracias a esto puedo mantenerme y vivir como quiero.
Días y más días pasan y no tener noción del tiempo es normal en mi vida. Apenas sé cuándo es de día y de noche porque el ventanal frente a mi habitación me lo confirma. Las únicas veces que he salido de la casa han sido cuando la empresa que edita mis libros los requiere y sólo lo hago cuando es con carácter de urgencia.
Todo los que me conocen saben qué odio tener contacto físico con las personas y que me molesta que me obliguen a socializar, saben perfectamente cómo soy y con el tiempo aprendieron a tratarme y a no irritarse con mi comportamiento, ya que no importa lo que ellos hagan yo no cambiaré.
Tengo 3 años debatiendome entre salir a conocer algunas partes para enriquecer las historia de mis libros o quedarme encerrado en casa y seguir inventando cosas, como la naturaleza.
En el día soy escritor a tiempo completo y en las noches sólo me dedico a llorar porque todas las noches tengo la misma pesadilla.
Todas las noches tengo una cita con mi verdugo que me hace el mismo daño, porque cada vez que cierro los ojos las imágenes de lo que pasó aquel día atroz, se hacen presente como si las viviera en carne propia cada noche.
He llegado a pensar que soy una mala persona que no tengo derecho a la vida que el día que nací fue el peor error que el mundo cometió
Cuando tenia 9 años era un niño muy alegre.
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Siempre tenía una sonrisa en mi rostro, amaba compartir con mis amigos, estar en familia y reír. Me encantaban los colores de la vida. Era un niño que disfrutaba ver el atardecer naranja en el cielo y amaba ver la salida del sol como una creación maravillosa. Y ni hablar de la luna, era fanático de ella, como es que algo tan bello fue creado. Tenía tanta curiosidad por la vida y por todo lo que movía el mundo, hasta ese día.
Recuerdo que jugué a la pelota toda la tarde, mi madre recibió una llamada y debido a eso mis padres tuvieron que salir. Me dijeron que era una reunión de trabajo muy importante, por esta razón me dejaron a cargo de mi tío walas.
Él era hermano de mi padre yo lo amaba, era muy atento y cariñoso pero desafortunadamente también conocí su parte oscura. Ese día estaba enojado, su semblante no era el mismo, su cara reflejaba enojo y desprecio. No entendía muy bien ya que era un niño, pero pude percibir esos sentimientos en él porque nunca lo vi de otra manera que no fuera sonriendo.