el mejor amigo de mi hermano [ADAPTACIÓN JOERICK]

25

Niego con la cabeza y me siento, apoyando mi espalda en una roca cerca del lago.

Se queda observándome y entonces sale del agua caminando hacía mí. Su sonrisa ahora es maliciosa y me pongo de pie, al saber las intenciones que tiene.

-Joel no.-Intento correr pero me alcanza fácilmente. Pasa un brazo por mi espalda y otro debajo de mis rodillas.

Moja parte de mi ropa y pelo, mientras yo me remuevo en su pecho desnudo. Pongo una mano en su torso para intentar separarme, pero es en vano. Y cabo dentro del lago, en sus brazos. Mi ropa acaba toda pegada y pesada, siendo cada vez mas incómoda.

Comenzamos una guerra de agua, en la que él gana claramente. Me persigue nadando rápidamente mientras que yo riendo casi me ahogo. Me escondo en una roca que hay en un extremo y me muerdo el labio aguantando las ganas de reír.

-¡Erick! ¿Dónde estás?

Siento unas manos en mi cadera y grito. Joel me levanta en el aire en y me coloca en sus hombros. Apoyo las manos en su pelo y tiro levemente de él para que me suelte. Pataleo en su pecho pidiendo que me baje pero lo único que consigo es que me arrincone en la roca donde me había escondido antes.

Pone sus brazos a cada lado de mi cabeza y se acerca lentamente a mi cara. Pega su frente en la mía y sus labios se acercan a los míos.
Nos fundimos en un beso, donde no tardan en juntarse nuestras lenguas. Sus ojos están fijos en los míos mientras seguimos con el beso. Me da la vuelta apoyándose él en la piedra y enredo mis piernas en su cintura. De mi boca se escapan pequeños suspiros al pensar que ya no podré vivir más estos momentos con él, lo extrañare tanto que hasta duele.
Cuando nos separamos paso los brazos por su cuello y recargo mi cabeza en su hombro. Mis ojos se va cerrando, cuando él comienza a acariciarme la espalda y cabello.
Noto movimiento y luego caigo en brazos de Morfeo.

Cuando mis ojos se abren, observo mi alrededor y veo que estoy apoyado en una roca, fuera de la cueva, en la playa. Llevo una manta rodeando mi cuerpo y la ropa que llevaba no está. De pronto pienso que joel me la ha quitado y me pongo colorado.

Lo busco con la mirada y lo veo en la orilla, con la mirada fija en el mar. El sol ya se está escondiendo y el calor se va con el.
Joel mira hacía donde estoy y al ver que estoy despierto, camina hacía mi. Se sienta a mi lado y yo apoyo la cabeza en su hombro. Deposita un beso en mi mejilla y yo paso un brazo por su espalda.
Y así nos quedamos hasta que se hizo de noche.

¿Quién dice que no pareceriamos una pareja?

Con un malestar en el estómago abro los ojos y me doy cuenta que sólo fue un sueño. Froto mis ojos y me levanto de la cama.
Me doy una ducha rápida antes de vestirme y arreglar mi pelo.

Ayer llamó papá para decirme que el vuelo es reservado y será a las 7 de la tarde. El hecho de que se haya molestado en que mi viaje sea cómodo y lo mejor atendido posible, no hace que sea menos doloroso. Esbozo una sonrisa lo más creíble que puedo y bajo las escaleras para ir a la cocina.

Allí solo está Zab y por su cara intuyo que no ha dormido muy bien. Levanta la cabeza y mi sonrisa decae de inmediato. Puedo ver ojeras adornando sus lindos ojos castaños y el pelo revuelto. Aunque esto no lo hace menos atractivo sé que se encuentra mal.

-Zab...-Balbuceo sintiendo un nudo en mi garganta.

-No digas nada, Erick. Empeorarás las cosas.-Me quedo calladl y corro a sentarme a su lado.

Lo que más necesito ahora es un abrazo de mi hermano. Y como si leyera mis pensamientos, Zab me atrae hacía él y nos fundimos en un cálido abrazo que tanto necesitaba.
Sus manos acarician mi espalda, haciéndome sentir mucho mejor. Una solitaria lágrima escapa de mis ojos y cae por mi mejilla. La quito molesto por llorar y no mostrarme fuerte, empeorando así las cosas.

Después de esa triste escena, subí a mi habitación a hacer la maleta.

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Coloco toda la ropa que compré aquí, aunque de nada me sirve en Londres ya que allí no hace este clima, es totalmente diferente. Meto también la ropa que llevaba el día que vine y algunos jeans que traje también.

Cierro la maleta y me subo encima de ella. Suspiro y paso las manos por mis ojos. Oigo alguien que me llama desde abajo y bajo las escaleras corriendo. Es mamá y me dice que vaya a comer. El ambiente en la mesa está tenso y Zabdi no para de mirarme como queriendo decir algo.

Mamá es la primera en cortar el silencio y se limpia la boca con la servilleta antes de hacerlo.

-Erick... ¿tienes todo preparado? Erito (mi padre) me llamó para avisarme de la hora y quería saber si necesitas ayuda con algo.-Su sonrisa me transmite que lo dice con buenas intenciones.

Le sonrió o al menos lo intento y me tomo mi tiempo para responder.

-No, ya lo tengo todo preparado y me gustaría que fueran al aeropuerto.

-Eso no lo dudes, cariño.-Un golpe hace que dé un pequeño salto y miró al causante.

Zab tira el tenedor antes de levantarse de la silla e irse de la cocina, dando un portazo y encerrándose en su habitación. Su actitud hace que me sienta culpable de todo y las ganas de llorar me invaden de nuevo en el día. Las retiro rápidamente y me animo diciéndome que pronto lo olvidaré todo. Sin embargo no, eso en vez de ayudarme me hunde más.

-No te preocupes, si está así es porque te quiere.-Sé levanta de la silla y se pone de cuclillas para estar a mi altura.

-Lo sé, pero no lo soporto más.-Rompo a llorar y me desvanezco en los brazos de mamá.

Me susurra palabras bonitas y todas las cosas malas que pensé acerca de ella, se borran. A pesar de todo, sigue siendo mi madre, sangre de mi sangre.