Sex games [Saeran Choi]

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|| Saeran x Echo girl ||

Advertencia:
◾Spoilers de la ruta de Zen.
◾Humillación "leve."

—¿No quieres llegar al paraíso?

Era una presa fácil, fue destruida por la crítica mientras la RFA tenía un final feliz. La vida de una estrella puede ser exhibida, manipulada y maltratada con tal de satisfacer el morbo del público, se podría decir que todo decayó al momento que su manager decidió abandonarla. Malas decisiones, odio de las fans de Zen, son factores fundamentales para destruir la mente de alguien que en un momento bailó envuelta en gloria.

—Mírate, patética.— Sostuve su barbilla, ella evitaba insistentemente mis ojos. Fue suficiente con atraerla de la cadera para que emita un suspiro placentero, los roces le han estado enloqueciendo hace minutos. —Ni siquiera puedes defenderte...

Respiré contra su cuello y ella pareció ceder ante el peligroso juego de la seducción, deslizando sus manos sobre mi pecho. Observé su rostro una vez más antes de despojarla de sus prendas, era el gesto de una cantante fracasada, las ojeras que expresaban cansancio y sus ojos que suplicaban por consuelo. Relamí mis labios, provocador era poco para calificarlo.

La acorralé contra la pared, ella alzó su pierna derecha y se aferró a mis caderas. Mordí su cuello, tenía un sabor dulce aún si toda su esencia había sido manchada con el aroma a alcohol y tabaco. Era un desastre, algo perfecto para usar como muñeca antes de desechar.

El vestido terminó en el suelo de su camerino, acompañado de algunas de mis prendas. Ella se dejó someter, la senté sobre el tocador y las pinturas cayeron al suelo, un detalle insignificante contado que todo su cuerpo tiembla por el placer.

—Dime, ¿Cuál es tu nombre?— Ella pareció congelarse ante mi pregunta, pero le obligué a regresar a la realidad al manipular su clítoris. Lo atrapé entre mis dedos, jugué con la presión y lo tiré con suavidad, suficiente para sumir a la chica en un excitante estado de trance.

Rodeó mi cuello, sus uñas se aferraron a mi espalda cuando mis dedos tomaron el papel de intrusos en su interior. Entonces, aceptando que su cuerpo arda ante las llamas del pecado, susurró con voz temblorosa a mi oído: "Kyungju Choi."

Había confiado en mí un dato que ella parecía detestar, no era más que un cuerpo que podía desechar su orgullo con tal de buscar la satisfacción. La recompensa que obtuvo fue la completa unión de nuestros cuerpos, aún si ella en un principio chillaba de dolor.

Sostuve sus manos sobre su cabeza, arremetí contra ella aún si suplicaba por piedad, ni siquiera las lágrimas acumuladas en sus ojos me generaron un deseo por compasión. Le rogaba a la persona equivocada, quizás sólo por el deseo de que sintieran pena por ella, al fin y al cabo el demencial movimiento era aceptado con gratitud por sus piernas, su cuerpo ardía y ni siquiera era capaz de imponer un límite sobre sus gemidos.

Mi codiciosa siniestra se aferró a uno de sus senos, debo reconocer que tenían una forma encantadora. Eran redondos, suaves y rebotaban con cada movimiento, es casi una lástima que pertenezcan a una chica tan débil.

Llegó al orgasmo antes que yo, motivo suficiente para enseñarle una sonrisa socarrona al verla rendida sobre el mueble, con su espalda recargada contra el espejo y su respiración con un ritmo despiadado.

—Kyungju...— Le llamé sosteniendo una vez más su barbilla. Esta vez no evitó el cruce de nuestra mirada, lo aceptó como si su vida dependiera de ello. Mantenía sus labios separados, hilos de saliva descendían entre ellos y las lágrimas seguían su paso cruelmente, era patética por sí misma, yo sólo le ofrecía un escape. —Si aceptas seguirme al paraíso, puedes deshacerte de todo esto. Puedes dejar las críticas, las impurezas... Mint Eye tiene un lugar reservado para ti.

Deslicé mi pulgar sobre su labio inferior, limpiando parte de la saliva. Ella sonrió por eso, es la expresión de alguien que por fin ha experimentado algo de cariño.

—Te seguiré...

Al cabo de tres días, las noticias estaban plagabas con la desaparición de la polémica cantante.