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Narra Hori

          Mi situación es especial, antes de que yo naciera mis padres dejaron de ser mis padres, bueno mi madre no, pero mi padre sí. Para explicarlo mejor contaré la historia que me contó mama Astrid:

          "Antes de nacer yo mis padres empezaron a distanciarse y a discutir. Ninguno había dejado de quererse así que intentaron una última cosa se fueron a la India a un régimen de meditación Donde todo era paz para hablar, pensar y reflexionar. El único imprevisto fue el baño del avión o mejor dicho yo. Mis padres habían jugado en el baño del avión, dejando a mi madre sin que lo supieran embarazada. Cuando empezó a hacerse obvio mi padre creyó que mi madre le había sido infiel. En vez de preguntarle a mi madre el decidió no contarle sus sospechas. Las dudas, la tensión, el dolor y el resentimiento fue más allá. Mi madre pensaba que mi padre sabía, como es obvio, que el feto era suyo. Comprobó que se equivocaba cuando mi padre muerto de celos y odio se acercó a mi madre por la espalda, la agarró del brazo oprimiéndoselo y le dijo:

          - ¿¡DE QUIEN ES EL HIJO, MALDITA BASTARDA!? - Gritó mi padre haciendo que mi madre se asustara.

           - De quien va a ser. Este bebe- dijo señalándose el lugar donde yo llevaba casi 4 meses- es tuyo.

          >>Al decir esto mi padre agarró el cabello de mi madre, ella aullaba de dolor, dio una vuelta sobre sí mismo con mi madre todavía enganchada y la estampó contra la pared. Ella se quedó en el suelo pensando que así mi padre pensaría que estaba inconsciente y se iría, pero se equivocó la levantó bruscamente del suelo agarrando sus codos y la mantuvo sujeta por la muñecas por encima de la cabeza.

          - NO ME MIENTAS MUJER LLEVAMOS SIN HACER NADA DESDE QUE LLEGAMOS- En ese momento se le pasó una idea por la cabeza que le desfiguró el rostro mostrando una expresión desquiciada vacía de compasión.

          >>Empezó a besar a mi madre presionándola contra la pared en un desesperado intento de meter la lengua, se separó un poco y le dio un puñetazo en el estómago que le abrió un poco la boca, momento que aprovechó para besarla y retener sus brazos en un abrazo. La echó al suelo y se sentó encima mientras iba quitándole prendas a mi madre escuchó un ruido que provenía del armario que había a suspiro espaldas. Mi padre se levantó y fue con sigilo hacia el armario, mi madre intento huir, pero no puedo, no tenía fuerzas. Al abrir la puerta salió corriendo una niña de unos 2 años con el pelo castaño casi negro.

          - ¿Has venido a unirte a la fiesta?- Dijo mi padre con un tono que haría que hasta el más valiente quisiera huir.

          >>Dicho esto alargo la mano para agarrar a la pequeña, pero ella era más rápida. Mi padre fue tras ella hasta que a unos pasos de mi madre, agarró a la niña del tobillo haciendo así que cayera, mi madre con las fuerzas que le quedaban le dio con el talón a las muñecas de mi padre para que la soltara. La niña huyó por la puerta trasera de la habitación que daba al jardín/bosque exterior del edificio mientras que mi madre le gritaba que huyera. Cuando mi padre cerró la puerta mi madre se había desmayado.

          >>Poco después llegaron la anciana guardiana del templo, un profesor de artes marciales y una chicas poco menor que mi madre con la niña. El profesor se llevó arrastras a mi padre, la anciana ayudaba a mi madre mientras maldecía a mi padre y sus despreciables acciones.

          >>Mi madre se despertó y lo primero que vio antes de volverse a dormir fue la preocupada carita de la niña que tenía unas lindas orejitas. Cuando se recuperó se quedó en aquel lugar en el que estaba segura. Pasaron unas semanas cuando se volvió a encontrar con la pequeña y la chica. Ahí le preguntó sobre las orejas, la que supuso que era su madre le echó una regañina sobre usarlas sin permiso y ahí mi madre rió al caer en que era un adorno que seguramente no le dejaban usar y se las había puesto sin permiso. Entonces le dijo.

          - Seguramente fue un sueño, estaba muy cansada y todo era borroso."

          A los 8 meses y medio nació un nuevo amor. Mi madre se enamoró de una chica un año mayor que ella llamaran Astrid. Cuando yo nací, el 28 de julio, se fueron a vivir donde ahora nos encontramos las tres tan felices. Mis madres me dijeron que no todos los hombres son así y que no hay nada de malo en estar con uno. Pero debo tener cuidado, porque las peores personas se esconden tras las mejores mascaras.

Caperucita Roja (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora