doce

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"Chico lindo".

El día estaba caluroso, no de forma bochornosa ni menos, sólo un caluroso  normal y para disfrutarlo.

Hace apenas un par de horas que le habían concedido su permiso para salir de vacaciones, unas muy bien merecidas y ya estaba rogando por regresar a trabajar-exageración-. A decir verdad no se sentía tan entusiasmado, su trabajo le daba algo en que distraerse. Así, lograba dejar de pensar en Jungkook lo poco o mucho que lo hacía, por que sí, de vez en cuando Jeongguk aparece en sus pensamientos únicamente para atormentarlo. 

En la tienda, todo estaba muy tranquilo. Había poca gente, pero los días anteriores habían estado muy llenos, muy apurados, de aquí para allá con montones de ropa. Sinceramente, le gustaba trabajar allí, se encontraba con muchas personas con las que podía hablar, además de que el sueldo le alcanzaba para pagar la renta de su nuevo departamento, y hacer varios gastos extras.


Justo estaba en su hora de descanso, tomando una pequeña comida cuando un nuevo cliente anuncio su entrada.

—Lo siento, estamos cerrados por el momento, puede regresar en otro momento sí así lo desea. —Exclamó Taehyung con un tono amable, sin despegar la vista de su plato que parecía más interesante que nada.

—¡Pero mira! Así no se le trata a la gente amiga, eres un mal chico lindo, sí sigues así mis ganas de regresar se irán por completo. —A juzgar por el tono de voz, parecería que el cliente estaba sonriendo.

Un interrumpor se encendió en su cabeza... esa frase, sólo una persona se la decía además, esa voz, era algo masculina, muy suave y parecida a alguien, pero era totalmente improbable que fuera él.

Taehyung levanto la vista de su comida rápidamente, topándose con una imagen en exceso agradable. Ahí, como sí nada hubiera pasado, como si nunca se hubiera ido, se encontraba la persona que como nadie hizo su corazón latir.

Se paró de su asiento con un brinco y observo con una sonrisa al chico de pie frente a su "mesa", mirando de igual forma. Tan irreal, ni siquiera eso parecía estar pasando. 

Era una escena muy linda: ambos chicos sonriendo entre sí, y sintiéndose como en los viejos tiempos; como cuando eran grandes amigos y todo era lindo. Unidos por el amor y la amistad.

—Jimin... —Susurró casi sin aire Taehyung aún sin creer que eso era real. —¿De verdad eres tú?, ¿Qué haces aquí? —Taehyung de poco en poco se fue acercando a Jimin, hasta quedar a una distancia considerable.

—Regrese Taehyung y esta vez no tengo que irme. —Sus sonrisas se hicieron más grandes. —Me quedaré junto a ti, Tae. Y esta vez nada podrá separarnos.

Esto dejo a Taehyung estático, ¿Ya no se iría? ¿Se quedaría por siempre? Eso fue lo que siempre quiso...

—Vamos Tae, ven a darme un abrazo. —Jimin abrió sus brazos lo suficiente para el cuerpo de Taehyung. —Parece que no me extrañaste. —Dijo el mismo cuando Tae ya estaba entre sus brazos.

—¿Cómo me puedes decir eso sí siempre pedía tu regreso? —Exclamó Tae mientras envolvía sus brazos en la cintura de JiMin mientras enterró su rostro entre el cuello y el hombro de Jimin; respirando su aroma a chocolate, un delicioso olor que inundaba sus fosas nasales, provocándole calidez, una calidez inexplicable, por qué no la sentía desde hace mucho tiempo. Era como regresar a la etapa donde no tenía preocupaciones.

Delicioso.

Entre sus brazos eran como siempre debió estar, como ahora y por toda la eternidad quería estarlo sí se le asegurara que iba a tener ese delicioso calor.

Había tanto que contar, sin embargo, las palabras eran mudas para explicar lo mucho que se habían extrañado y necesitado en ese tiempo.

¡𝐏𝐚𝐫𝐤, 𝐫𝐞𝐠𝐫𝐞𝐬𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐦𝐢 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐨!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora