Everything is ˗ˏˋ Reinakoˎˊ-

˗ˏˋSólo cartasˎˊ-

«¿Cómo puedo decírselo?» esa pregunta daba vueltas una y otra vez en mi cabeza. «¿Acaso esto es real?»

De verdad que estaba muy confundida, bien: nuestras personalidades suelen repeler de vez en cuando pero entonces me pierdo en su mirada con esos ojos azules un poco apachurrados, casi al borde del llanto después de haberla reprochado de algo que había hecho mal y ya ni siquiera recuerdo que era pero, rayos... ¡Minako era tan linda!

«No puedes solo llegar y decirle: "oye Minako eres la persona más boba que conozco pero... Eres muy hermosa y quiero que nos casemos ahora"» pensé para luego darme un golpe en la frente, si hago espose giro voy a asustarla... Estaba a punto de que mi cerebro explotara cuando mi abuelito me llamo.

—Rei, por favor, ¿podrías llevar estas hojas para la tienda del templo?

—Claro abuelo, enseguida—le sonreí y me lleve una buena pila de hojas decoradas, últimamente se estaban vendiendo muy bien ya que las chicas comúnmente las llenaban con deseos de tener un novio próximamente...
Fue ahí donde se me ocurrió. Rebusque entre todos los diseños y me deje llevar por una con decorados de flores amarillas, y corazones; la verdad es que eran muy cursis, justo como yo ahora, quizás cupido me había flechado.
Con mi mano derecha tome la pluma con tinta, tenía miedo de escribir, de arruinarlo pero pronto las palabras salieron a flote y conforme mis sentimientos se plasmaban en aquella carta me daba cuenta que esa rubia me había envenenado con su tremenda dulzura.
Tan pronto termine, firme con mi nombre para después llamar a Artemis, citarlo en el parque y pedirle que le entregara la carta a Mina lo más pronto posible.

—¿Es algo importante?—preguntó el gatito blanco, yo sé que él es buen amigo de Minako y no quiero que le arruine la sorpresa.

—Es una sugerencia para la líder.—dije sin más, pretendiendo que aquel sobre no tendría nada irrelevante en absoluto.

Vi como el minino se marchó y corrí por unas calles, hasta encontrar la parada de autobús y regresar, una vez arriba, en el segundo asiento recargue mi cabeza a la ventana. Me sostuve el estómago al sentir algo extraño dentro de este, un revoltijo quizás, era una mezcla extraña de sentimiento, casi como náuseas pero sin vomitar.
Así me retuve un rato, hasta que mi mente divago en todas las cosas que le había puesto en esa carta.

De Rei

Para Minako

Hola Mina, espero que te encuentres bien y estés leyendo esto y espero que no me odies o tomes asco de mi persona después de leer esta carta que está hecha y pensada especialmente para ti.
¿No tienes la mínima idea de lo que sucede? Yo tampoco, sólo sé que es un sentimiento que brotó cuando menos me di cuenta. Pero después de meditarlo me di cuenta que cada vez que estás conmigo a pesar de que aveces puedes pensar distintas cosas de mí, me gustas.
Me gustan tus ojos azules, tu cabello rubio acomodado con ese bello lazo rojo, tú sonrisa y tú irónica risa, me gusta como vez al mundo.
Lo sé, ¿suena raro, no? Porque con frecuencia nuestras personalidades suelen chocar. Sé que puedo llegar a regalarte cuando estás cometiendo una estupidez pero lo hago por ti, para salvarte y protegerte porque quiero tenerte cerca y porque tu presencia me hace estúpidamente feliz, como e casa.
Pero eso es lo que siento y sé que no me vas a corresponderme porque tú esperas a alguien más y no soy yo. Pero me gustaría que en lugar de ver las cosas que yo hago, simplemente me vieras a mi, así como me gusta observarte cada vez que te emocionas por algún grupo que admiras.
Siempre suelo decir las cosas cara a cara pero no encontré otra manera más para decirte lo que siento sin sentir pena o un rápido rechazo antes de terminar de confesar lo que siento que quizás es sumamente incompleto.

Espero no te alejes, Mina.
Con mucho cariño, Rei

Sacudí la cabeza para darme cuenta que estaba cerca de mi parada, así que decidí levantarme de una vez y caminar hacia la parte trasera del autobús. Una vez el autobús paro, procedo a bajar.

«Ahora mismo no tengo ganas de subir» pensé al contemplar las casi infinitas escaleras para llegar al templo Hikawa, mi casa.
«Bueno, ahora me va a odiar por el resto de la vida, hasta el siglo treinta quizás...» dije divagando una vez más. La verdad tenia cero esperanzas, tenía ganas de escapar y no ver a las chicas ni a Minako por un largo tiempo hasta que se me pasara el 'enamoramiento'.

Elevé mi mirada, cuando aún iba en el escalón número seis antes de llegar. Vi una silueta recargada en la entrada del templo, pero no era cualquier silueta, era ni más ni menos que la silueta de Mina. En cuanto me vio, corrigió su postura y de inmediato se acercó a mí.

—Minako Aino, ¿qué te trae por aquí?—dije como si no supiera nada.

—No lo sé—dijo ella recargando su dedo índice sobre su mentón.—Tal vez... Una carta.

En seguida sentí como todo el color rojo se me vino a la cara, casi sentí como si desprendiera humo de esta.

—¿Q-qué ta-tal si hablamos más tarde?

Ni siquiera me hizo caso. Lo único que hizo fue jalar de mi antebrazo y atraparme con ambos brazos.

—Rei, también puedo esperar a alguien como tú—me dijo esto muy cerca del oído. El humo de los nervios se esfumó pero llego un frío de nervios pues sentí escalofríos en toda mi columna vertebral.

—¿Mina, eso quiere decir que tú...?

No me dejo continuar porque me tomo del mentón. Sonrió así como amo verla y después hizo que juntáramos nuestros labios para sellarlos en un tierno y cálido beso que jamás me habría esperado. Luego de un rato nos separamos y lo único que dijo y que nunca olvidaré fue:

—Tú también me gustas, Rei Hino.

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Ahre pues este one shot lo hice para un concurso de Sailor Moon Amino xD y gane èwé
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