Everything is ˗ˏˋ Reinakoˎˊ-

{:💘:} día O2: Caricias/toques en cualquier lado.

"Un plan mal desarrollado"
By: April
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Luego de una tarde de chicas, todas comenzaron a dispersarse e ir a sus respectivas casas. Con excepción de Minako, sus planes no eran exactamente volver a casa tan temprano. Fingió tomar rumbo a su casa pero en la primera esquina aprovechó para seguir a Rei.
Y del otro lado de la acera la vio, con su larga y fina cabellera azabache, despampanante y brillante a la luz del atardecer. Viéndolo así, parecía ser más una grabación de un comercial para shampoo que una simple chica de secundaria prestigiosa caminando a su casa.

Minako iba sigilosa. No sabía qué excusa pondría para decirle lo mucho que quería que pasarán la tarde juntas viendo películas. Cuando giró la mirada y volteo a los dos lados, se apresuró a cruzar la acera donde iba su amada. Los latidos de su corazón iban en incremento, la alegría de estar a su lado, de poder estar a solas... Entonces sintió un sonrojo no sólo en sus mejillas sino en toda la cara.
Una sonrisa reinó en toda su cara, dejó de andar en puntillas para apresurar el paso, casi casi iba trotando, como en las nubes, la satisfacción de tener a una novia como Rei era algo que no podía explicar, esas mariposas de las que tanto hablaban, eran reales pero golpeaban con más fuerza de lo que se imaginaba, de lo que le contaban a los niños cuando preguntaban el que se sentía estar enamorado.

— ¡Rei! —Mina tomó impulso y brinco exageradamente. Creyendo caer en el sitio correcto, cerca del cuerpo de su amada para poder atraparla y abrazarla por la espalda. Pero la azabache brinco del susto, y se giró por sus talones hacia la derecha, lastimosamente la rubia cayó varios, muchos centímetros hacia el lado izquierdo, cayendo de bruces.

— ¡¿Mina?! —la azabache se hincó hasta contemplar que la que se había caído y tenía pose de bicho aplastado era su Minako.

— No, soy Usagi. —dijo cubriendo su rostro para que nadie la viera y haciendo notar su sarcasmo. Su cabello rubio, le escondió el ya de por sí cubierto rostro. Varias personas estaban quedándose ahí, observando tremenda caída y total drama.

— Entonces si eres Usagi, no te importará que te deje ahí tirada, ¿o si?

Con la mano derecha, la joven se hizo a un lado su cabellera rubia, con la izquierda se tapaba la nariz. Trató de voltearse para para ver a Rei, pero cuando lo notó, sus rodillas estaban más que raspadas.

— Déjame ayudarte. —la azabache le tomó del antebrazo y jaló a su chica como si fuera una bebé. Afortunadamente había una banca ahí cerca, de un establecimiento, un hombre ofreció su lugar para que Minako se sentará.

— Voy a ir a la farmacia que está a la vuelta, para desinfectar tus rodillas. Así aprovecho para armar mi mini botiquín de primeros auxilios porque a este ritmo, no creo que sea la última vez que te avientes así...

Mina asintió. La verdad es que estaba muy avergonzada. Pero también le dolía el cuerpo, la caída había sido muy aparatosa. Trataba de no echarse a llorar, pero sus ojos se mantenían nublados que no le quedaba más que mirar el suelo, y las lágrimas por obviedad cayeron sobre su ropa. ¿Acaso siempre tenía que arruinar todo? O era quizás parte de esa terrible maldición.

— ¡No! —se llevó las manos a la cara, eliminando todas las gotas saladas que ansiaban salir por el dolor de su cuerpo. Por un instante sintió rabia al sentir un poco de razón pero no flaqueará, lo juró, se lo juró a Rei también. No dejaría que una estúpida maldición de su vida pasada le jodiera lo increíblemente genial que se sentía al estar al lado de Rei, de SU Rei.

Pasaron unos minutos y por fin la azabache llegó, desde lejos ya le venía señalando a Minako aquella bolsa de plástico transparente con un montón de cosas.