2.

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7 meses después.

Castiel despertó con un horrible dolor de cabeza y muy lentamente se incorporó de la cama.

Ser humano era un asco. Los dolores de la actividades nocturnas se lo recordaron. Mientras sus caderas dolían en los huesos, allí donde los moretones de dedos se formaban. Suspiró, antes de levantarse de la cama y de mala gana se acercó a la causa de su despertar.

Dentro de la cuna, el bebe lloraba a gritos, demandando una atención que Castiel no deseaba darle.

Ciertamente, el desapego que el ex-angel sentía por su hijo era devastador. No era la primera vez en que el negaba tomarlo en brazos. Por lo tanto Castiel lo siguió observando, hasta que lo encontro irritante. Sus ojos azules le miraron enfadados. Parecía que no le bastó destrozar su cuerpo al nacer, todavía insistía en su atención todos los malditos dias.

Con un suspiro se arrodilló en el suelo, frente a la cuna y juntando sus manos se puso a rezar. Reso a los que alguna vez fueron sus hermanos, suplicandoles que llegarán a el y lo matarán.

Pero rezar parecío inútil, como siempre, y los gritos del bebe aumentaron mas si era posible. Castiel lo miro entre ojos de mala gana y planeó tomarlo, dejarlo en la tina vacía del y encerrarlo. Así ya no sería su problema. Por desgracia su plan se vio anulado, al momento en que una mano lo empujó de la cara fuertemente, haciéndolo a un lado. Dean entonces tomo al niño quien siguió llorando y lo miró de forma desagradable.

A Castiel le dió igual, mirándolo desde el suelo estoico.

— eres una basura inservible — solto el demonio. Pero a Castiel no podia importarle menos. No cuando el padre del niño, se fue de la habitación con la criatura en brazos, entonces Castiel se arrastró hasta la cama y sin culpa alguna se cubrió.

Volver a dormir era lo que quería, por que el bien sabia que habian perdido. Y que nada había valido la pena.

Estuvo en la cama por horas, observando por la ventana, mientras dejaba que el tiempo pasará, hasta que escuchó los pasos de quien seguramente debía ser Dean.

Escuchando, Castiel se imaginó como el demonio dejaba al niño, ya dormido, en la cuna. Entonces lo sintió acercarse y lentamente, tras quitarse los zapatos. Dean ingreso en la cama, abrazándole.

El silencio solo hacía que Castiel se sintiera mas mal y que aquel posó en su estómago se hiciera mas profundo.

— debo irme — susurró entonces el demonio. Castiel guardó silencio, aun mirando el paisaje. — volveré esta noche. Porfavor, cuida de Bobby.

Parecía una petición lastimosa, entonces Castiel volteó. Los ojos verdes lo miraron con una sinceridad tan real, que había veces, en las  que Castiel creía que no todo estaba perdido.

Que había  algo humano después de todo. Algo vivo dentro de ese hombre. Por que, ¿Que otra razón tenía el demonio para nombrar Robert a su hijo?. Algo debía haber.

O tal vez, solo eran los años, que habían calmado al demonio un poco. Que lo habían vuelto más sabio y mas paciente.

Pero sea lo que sea. A Castiel le calmaban aquellos ojos verdes, que lo llevaban a un viaje al pasado, donde el era feliz.

Fue por ello, que, cuando los labios ajenos se posaron en los suyos, Castiel correspondió. No demasiado emocionado, mas bien herido.

Pero correspondió y no opuso resistencia, cuando el cuerpo se subió encima de el, apricionandolo en el colchón. Las manos fueron gentiles, está vez. Mientras las suyas se encontraban inertes a un lado de su cuerpo.

Su ser fue acariciado piadosamente, mientras Castiel soltaba suspiros bajitos. El se sentía tan cansado.

Fue desnudado con cuidado, y luego fue besado por todos lados, mientras el rubio separaba sus piernas.

Una vez acomodado dentro de ellas, se quitó su propia remera y se desabrochó los pantalones.

Cuando entro en el, a Castiel le dolió. No muy seguro de si su dolor era físico o espiritual. Pero lo dejo pasar, mientras dejaba que Dean se escondiera en su cuello.

Sentencia de muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora