Capítulo 1

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—Entonces...ya vienes de camino?–Dijo una Alex emocionada al otro lado de la linea.

—Si, aunque son algunas horas de viaje, pero si.—Suelto una pequeña risa.

Chilla—No puedo esperar a verte Micol, tantos años sin vernos. No puedo esperar a mostrarte todo Seul!–Se escucha un libro caerse– Ups.

Suelto una carcajada–No te emociones tanto, Alex. No queremos que rompas algún jarrón de la abuela—Se escucha una risilla de parte de Alex.

—Tengo que colgar Micol. La abuela me llama.

—Adios, te llamare cuando llegue. Saluda a la abuela de mi parte—Digo con una sonrisa.

—Claro, nos vemos mañana—Cuelga la llamada.

Me acomodo en mi asiento y dejo caer mi cabeza hacia atrás. Suelto un suspiro. Estaba cansada, adolorida, frustrada. Solo quería cerrar los ojos, y olvidarme de todo. Al menos regresaría a mi hogar. A mi verdadero hogar.

Me pongo los auriculares. Desbloqueo mi celular, buscando alguna canción que me ayude a relajarme, o quizás que me ayude a dormir. 2U de Justin Bieber invade mis oídos, volteo a ver la ventana, el día es nublado; en cualquier momento podría llover. Veo mi reflejo a través del cristal. Me veia fatal, con ojeras, algo que arreglaría después con maquillaje.

Me quedo por un rato mirando fijamente la ventana, cuando mis párpados se hacen pesados; hasta cerrarse completamente.

Estaba escondida en el armario, mirando por el pequeño hueco que este tenia; rogando porque no me encontraran. Temblaba de miedo. Abrazaba mis pequeñas piernas, acariciando mis brazos. Tenía miedo, miedo a lo que estuviera apunto de pasar. Escucho la puerta de mi habitación rechinar, dando señal de que alguien había entrado, trago saliva al ver quien entro.

—Pequeña perrita...sal de donde estés. No te haré daño, yo jamas te dañaría—Dibuja una sonrisa malévola en sus labios— Venga...no quieres jugar un rato con tu padre?.—Se queda callado por un rato—Bien..., parece que voy a tener que buscarte—Se acerca a mi cama—Estarás...Aquí!—Al ver que no estoy ahí, se levanta lentamente del piso—Hmmm, te gusta jugar a las escondidas, veamos quien gana primero—Va Hacía el baño.

Al ver que entro al baño me relajo un poco, empecé a sentir cosquillas en mi nariz. Oh no...no por favor ahora no. Rápidamente pongo mis manos sobre mi boca, evitando estornudar. Después de un rato de dejar de sentir ese cosquilleo en la nariz, quito mis manos de mi boca. Justo el sale del baño.

—Mmm, eres buena escondiendote, pequeña. Te voy a dejar, pero en cualquier momento tendrás que salir. No puedes vivir toda tu vida escondida—Agarra uno de mis peluches— O no señor oso?—Se acerca a la puerta.

Justo en ese momento mi cuerpo me traiciona, dejando escapar ese estornudo que hace rato me estaba molestando. El voltea sobre sus talones, acercándose a paso rápido al armario.

Abre las puertas del armario—Te encontré, pequeña Perrita—Sonrie.

Me sobresalto sobre el asiento. Estaba temblando, agitada me abrazo a mi misma, tratando de tranquilizarme.

—Solo fue una pesadilla...solo fue una pesadilla—Susurro—Una que no volvere a vivir—pienso.

Tenía mi teléfono en mi regazo, lo enciendo, para ver la hora. 7:00 AM, el tren ya se detuvo, volteo a la ventana y veo que ya hemos llegado a la estación de Seúl. Agarro mi maleta y mochila. Guardo mis audifonos y empiezo a caminar para salir del tren. Una vez afuera tomo mi celular y marco el número de mi hermana. Un tono, Dos tonos...tres.

Cicatrices |M.YG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora