Capitulo 2

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Dejé el cuadro en su lugar para volver camino a la cocina, iba a voltearme, pero una voz hace que pegue un brinquito del susto.

—Micol?!—Reconozco esa voz.

Giro sobre mis talones—Abuela!, me asustaste.

—No reproches y ven a abrazar a esta vieja oxidada—Dice extendiendo sus brazos.

No dudo y corro a abrazarla—No estas oxidada, si lo estuvieras no podrias ni caminar.

—Solo eso me dirás?, ni un "te extrañe"?, que nieta más cariñosa tengo—Dice fingiendo dolor.

Levanto las cejas—Claro que te quiero!, y obvio qué te extrañe!—Digo frunciendo el seño —Hey!, yo si soy cariñosa—Me cruzo de brazos.

Suelta una risilla—Eres igual que tu madre—Dijo nostalgica.

—Mamá...—Miro mi collar—Ya van 18 años de su muerte.

—Micol, ya son 18 años, tienes que seguir adelante, se qué duele, pero la vida sigue—Me toma de las manos—Además, tu eres joven aun, no tienes que vivir la vida deprimida, sonrie, explora, descubre nuevas cosas, capaz y te consigues un galán—Me guiña un ojo.

—Abuela!, ya hablamos del tema—Hago un puchero.

Rie—Lo se, lo se. Queria sacarte una sonrisa—Sonrie—Y tu hermana?, ¿Donde esta?—

Iba a responder, pero algo cae por las escaleras.

—Noo!!—Toma algo del piso—Tonta, tonta, tonta!—Dice dándose leves golpes en la cabeza.

—Alex para, no quiero qué quedes retrasada—La detengo—Ouh...

—Me costo mucho este celular, gaste todos mis ahorros en esto!.

—Solo es un celular Alex, se puede recuperar—Miro el celular—No está tan mal, solo se rompió un poco la pantalla, se puede reemplazar.

—Estuve trabajando el triple de tiempo en las vacaciones para comprarmelo, y vengo de tonta a romperlo!—Dice con cara de angustia.

—No seas dramática, a tu edad no existía eso y mirame!, no me atormentó la vida por un celular—Dice la abuela poniendo las manos en su cadera.

—Estamos en otra época abuela, así son los adolescentes de ahora—Miro de reojo a Alex.

—Me estas diciendo viciosa?!—Se cruza de brazos.

Sonrió—Mmm, tal vez.

Me encontraba en mi habitación, después de una mini pelea con Alex, no duro mucho, púes nos abrazamos y empezamos a bromear durante el almuerzo, hay veces qué somos bipolares, y peleamos por cualquier tontería, no pasa ni un día y ya estamos abrazandonos mientras bromeamos. A mi me encanta molestar a Alex, se ve tierna cuando se enoja, aunque hay veces qué dramatiza un poco y en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos viviendo en una novela, a pesar de eso siempre nos vamos a querer. Recuerdo una de las tantas veces qué acaricie el vientre de mamá y le hablaba a la bebe qué crecía dentro de ella. Estaba muy ansiosa porque Alex naciera, ya quería conocer a mi hermana, aunque como toda hermana también me ponía algo celosa, pero igual la quería y sigo queriendo, siempre le contaba cuentos para dormir y le cantaba, todo eso duro hasta qué cumpli los 10 años, desde esa edad solo hablaba a escondidas con la abuela y de paso hablaba con Alex, durante largos años solo nos comunicábamos por teléfono, aveces terminábamos peleando por cualquier tontería y no pasa de 5 segundos cuando nuestro humor cambia y ya nos encontramos riendo, debido a eso la abuela nos llama bipolares. Ahora qué estoy devuelta, voy a recuperar todo el tiempo perdido con Alex.

Había empezado a llover otra vez, el cristal de la ventada qué había en mi habitación ya estaba empañado por el frío y las gotas de lluvia qué se deslizaban sobre el. Me asome por la ventana para ver la casa de alado, a pesar de estar empañada la ventana, pude ver un poco hacia afuera. Mi ventana daba con la ventada de una habitación de la casa, las luces estaban apagadas y la ventana abierta, menudo genio al qué se le ocurrió dejar la ventana de su habitación abierta. En eso miro hacia el jardín qué yacía húmedo por la lluvia, estaba lloviendo fuerte, tanta como para qué en el techo se escucharan los golpesitos de las gotas al caer. Iba a alejarme de la ventana, pero una luz en la carretera llama mi atención, era una moto, la cual se detuvo en la casa de alado, se parecía mucho a la qué había visto hace unas horas atrás. No podía distinguir bien por el cristal empañado, pero pude distinguir una figura masculina, estaba encapuchado, vestía todo de negro. Bajo de la moto no sin antes estacionarla, el chico saco unas llaves y se dirigió a la puerta de la casa, se detuvo en frente de la puerta por unos minutos, podría decir qué esta debatiendo si entrar o no. En un movimiento se voltea para mirar a mi ventana, alcanzo a ver sus ojos, su mirada es penetrante. Un escalofrío recorre mi espalda, reacciono y rápidamente cierro las cortinas.

En eso mi celular suena.

—Alo?.

—HASTA QUÉ TE APARECES MUJER.

Una palabra, mis tímpanos.

—Am, ¿Quién eres?—Digo de lo más calmada.

Bufa—Después de 13 años y ya te olvidaste de tu mejor amiga, me ofendes—

¿Mejor amiga?, espera un segundo.

—¡Seyoung!—Exclamo.

—Ese es mi nombre—Ríe.

—¡Mis tímpanos pendeja!—Reclamo.

—Me lo esperaba, pero...ni un "Hola como estas, te extrañe, uh"—Imitando mi voz.

—¡Oye!, yo no hablo así.

—Ah, no?, entonces qué imito, a un camionero?.

Olvide qué le encanta molestarme.

—Tonta—Ruedo los ojos.

—Asi me Quieres—Ríe.

—Espera, ¿Como conseguiste mi número?.

—Tu hermana. Me llamo diciéndome qué llegaste a la ciudad, y me paso tu número.

—Veo qué se siguen juntando—Pongo el celular en mi hombro mientras doblo mi ropa.

—Si, faltas tú en el grupo, todas te extrañan. Además, Verónica cada día esta más rebelde, a Jungkook y a mi se nos hace difícil controlarla, ya sabes, solo te hace caso a ti.

—Ay, esa niña, solo tiene 15 y ya es toda una rebelde, qué orgullosa estoy—Me limpio una lágrima imaginaria.

—Haha, muy graciosa—Se quedo callada—¿Como sabes qué tiene 15??

—Alex.

—Veo qué te mantiene informada. Cambiando de tema, ¿Qué paso con tu padrastro?.

Esa pregunta me dejo congelada.

—¿Micol?.

—Hablamos luego, adiós—Cuelgo la llamada.

Recuerdos invaden mi cabeza, el infierno qué vivi, los maltratos, todo.

Por más que intente dejar el pasado atrás, no puedo. Tengo miedo, a qué esto se repita.

Cicatrices |M.YG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora