CAPITULO 2

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Lali

Dicen que hay momentos de tu vida que te marcan para siempre y este era uno de ellos, ver en persona al hombre cuyo rostro lleva atormentandome tanto tiempo me paralizó, quise correr detrás de él pero no pude. Las piernas no respondía, sudor perlaba mi frente y cuando quise darme cuenta ya era demasiado tarde, el hombre de mis sueños había desaparecido. Se formó gran barullo entre los invitados y todos preguntaban que porqué el rostro del importante Doctor Peter Lanzani aparecía en uno de mis cuadros, sonreí y intenté salir de sus preguntas lo mejor que pude porqué no podía responderles cuando ni yo misma entendía todo lo que estaba pasando. Al fin lo había encontrado y sentía una extraña mezcla de sentimientos entre ellos la euforia de encontrarlo por fin, aunque viéndolo bien tal como pasaron las cosas y el como huyó el no estaba contento de verme. Porque el tenia que conocerme si o si, ¿No?

La noche acabó y yo ni sabía donde me encontraba tras hacer mi presentación y brindar las cosas volvieron a su normalidad dentro de lo que cabe, cuando me quedé sola en el local rodeada de todos mis cuadros con los tacones y móvil en mano me acerqué al cuadro estrella. Lo contemplé de nuevo, me sabía todos sus rasgos y por primera vez en toda la noche me permití decir el nombre del dueño cuyo rostro estaba enmarcado.

-Peter Lanzani...-susurré

Esta vez no iba a escaparse de mi de todas formas es imposible olvidarme de él.

Peter

Sentado en mi despacho me tallé los ojos, la noche pasada había sido caótica y apenas conseguir dormir mas de dos horas. Mi secretaria me había dejado preparado todo para la reunión que estaba por tener, revisé que estaba todo en orden y con maletín en mano me dirigí hacia la sala de reuniones en la que ya había varios trabajadores del hospital incluyendo a mi hermano, con paso apresurado me senté a su lado.

-La que formaste ayer fue buena hermano -me dijo Dom en tono bajo

-¿Qué se supone que hice yo ayer? -le pregunté

-No sabía que tenias a Lali Esposito loquito por tus huesos, tanto como para enmarcarte en unos de sus cuadros estrellas -rio Dom

-No conozco a esa tal Lali Esposito -le aseguré

-Vamos no me jodas la chica te dibujó a la perfección -aseguró

-Te digo que no sé quien es y el porqué alguien como ella me dibujaría, preguntale a ella si tanto quieres saber y deja de molestar

-Si es verdad lo que dices permíteme decirte que tienes un gran problema porque ella por lo que se ve te conoce perfectamente.

Le gruñí y con toda la molestia del mundo finalicé la conversación para dar comienzo a la importante reunión que tenía por delante. Salí de la sala de reuniones frotándome la nuca, la falta de horas de sueño empezaba a pasarme factura, tras despedirme con un apretón de manos de algunos residentes del hospital recogí el café que mi secretaria me tendía desde su mesa

-Gracias Marta, ¿algo nuevo? -le pregunté

-Señor Lanzani usted es portada en mas de diez revistas y en algunos periódicos -dijo como si tal cosa

Casi escupí el café tras escuchar lo que me dijo

-¿Estas cachondeándote de mi verdad? -dije molesto

-Aquí tiene, se le vincula con una tal Lali Esposito, por lo qué sé esa chica es alguien importante.

Casi echando humo salí disparado a mi despacho dejando con la palabra en la boca a mi secretaria, luego me disculparía, no creo que fuera nada importante. Abrí la puerta de un empujón y deseé no haberlo echo, allí sentada tenía a nada mas y nada menos al mas grande de mis errores, Lali Esposito.

La sonrisa que me dió era de todo menos amistosa.

Estaba jodido, muy jodido.

Nunca había creído en las casualidades y no iba a empezar ahora.

Bastante me habían seguido mis errores en el pasado para que de nuevo en el presente siguieran haciéndolo.

¿Que es lo que pasa aquí? Uy uy uy esto va comenzando con ganas🔥

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Como te imaginéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora