Especial Alan Navarro. Dos veces.

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TN no es la típica adolescente con problemas de amor o amistad...

Narras Tú.

Tengo problemas como todas las personas, no le hagan caso a la escritora soy normal y lo único que me diferencia de los demás es que mi problemas son psicológicos extremos.

De acuerdo no soy normal aunque ¿Qué es normal? Todos tienen diferente forma de ver lo pero en mi caso para "ser normal" debo tomar pastillas, prácticamente drogarme.
Después de visitar a varios psicólogos comencé a aceptar que todo era falso, mis alucinaciones y todo aquello se podía controlar con medicamentos pero cuando cumplí los 18 ya nada sirvió.

Mis sueños se volvieron más frecuentes y todo el tiempo me seguían incluso despierta, me volví paranoica al grado de tener que sedarme para que me pueda controlar.

Estuve internada por un año hasta que engañe a todos fingiendo que estaba bien. A mis 20 años sigo tomando los medicamentos y fingiendo ser normal cuando realmente me estoy pudriendo por dentro.

Cada que mis ojos se nublaran era señal de que una alucinación se acercaba justo como en este momento, mis ojos se cerraron de golpe y no los podía abrir.

- ¿Estás bien? ¡Tn? ¿Qué tienes? - caí al piso.

Mi compañera de trabajo me sacudió. Ella sabía sobre mis problemas pero no sobre mis ataques y lo peor de todo era que estábamos en un restaurante comiendo.
Intenté abrir mis ojos e ignorar todas esas voces, todos esos sueños pero juro que se sienten reales, como si hubiera pasado antes.

Abrí los ojos minutos después e intente no perder la consciencia de nuevo. Miriam me miraba preocupada y habían más personas alrededor observando, unos se notaba preocupados, curiosos y risueños, bueno en realidad el único alegre era aquel hipogrifo pero como todos dicen - no es real.

- Estoy bien.

Después de repetir lo un par de veces nos iríamos a descansar pero alguien tomó mi mano.

- ¿Podría decirme su nombre?.

El chico era alto, apuesto y delgado. Su mirada era confusa y curiosa. Su mirada me dejó tonta, no porque fuera muy hermoso, sentía esa sensación de conocerle.

- soy TN tu eres ¿Fred?.

No sabía porque había preguntado eso yo ni siquiera conozco algún Fred.

- No, soy Alan.

Y se fué, intentaría detenerle pero estaba confundida.

-¿Pasa algo?.

- El a estado en mis sueños.

Mi respuesta fue divertida para ella y sólo subió a su auto. Imite su acción mientras pensaba en Alan ¿Me estará mintiendo? Su nombre es Fred...Que estoy haciendo, ni siquiera conozco a ninguno Fred o Alan.

Miré la hermosa ciudad que nos rodeaba y pronto mis ojos se cerraron.

Era 1617 cuando tuve mi primera hija a causa de un hombre desconocido. Mis padres me habían obligado a tener la pero ellos querían un niño para que heredará las tierras así que me encerraron junto a mi hija.

Siendo la única tuvieron que adoptar a un joven de mi edad y fingieron ser mi gemelo.
Cuando me dejaron salir para la fiesta en honor a el, me tuve que arreglar muy buen y fingir que los tres meses estuve lejos junto al padre de mi hija.

- El joven Fred Olsen es muy apuesto.

Las mujerzuelas no podían guardar sus comentarios y me alegro que mi hija aya salido sorda o escucharía las barbaridades de estas mujeres.

- Joven María Olsen ¿Donde está su hermano? - un señor bastante bajo se acercó a preguntar.

Si respondía me mandarían lejos de mi hija, no podía cometer algún error.

Al poco rato lo ví por primera vez, Alfredo Juárez el joven que se convertiría en mi hermano y dejaría de llevar su apellido de origen pero ese nombre no es adecuado para el, no tanto como Alan.

Mi amiga me sacudía con fuerza hasta que me tiró al suelo.

- al fin despiertas.

- ¿Crees en la reencarnación?- ella me miró mal.

-No.

Su respuesta fue seca y después se fué dejándome en el césped de mi casa.

- Yo si, me enamore antes y creo que de nuevo lo haré.

One Shots - CD9.Historias cortas, CD9 y tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora