15: Jaemin

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2019

Crecí.

Para ti.

Así comenzaba el poema que Taeil hyung escribía en sus descoloridas hojas. No me dejaba echar siquiera un vistazo, pero cuando algo le parecía tan sublime que debía compartirlo, yo era el primero en estar a su lado para oírlo.

Y es que mi Hyung favorito tenía el don de la palabra. Nunca hablaba demasiado, no con mamá, siquiera con John... pero él parloteaba de toda clase de cosas conmigo. Decía que era un gran oyente, que me interesaban cosas fascinantes y era fácil hablar cuando tenía a alguien tan dispuesto a escuchar.

Ciertamente, me encantaba escucharle. Moon Taeil hablaba de historia, literatura, repostería y su tema favorito, la música. Desde pequeño, incluso antes de ser el omega de mi hermano, Taeil se quedaba en casa tardes enteras, contándome historias que había inventado y tocando el viejo órgano que la abuela me había heredado.

Y me enseñó a tocarlo. Yo no era el mejor, mis dedos gorditos y no tan largos, apenas me permitían llegar a las composiciones difíciles, pero podía lograr Claro de Luna, lo cual era suficiente para enorgullecer a Hyung.

Él me ayudaba a mantenerme sentado por más de media hora, ya que, yo era el pequeño cachorro travieso de la manada y nadie me había podido quitar ese puesto. Incluso ahora, ya crecido, todos me trataban de la misma forma.

Pero Taeil incluyó un nuevo tema en nuestras conversaciones diarias: Omegas y Alfas.

No me interesaba demasiado oír sobre esas cosas. Aun así, escuchaba atentamente lo que Hyung decía y a cambio, él me dejaba leer lo que escribía.

Yo era más de la fantasía, pero Moon Taeil prefería el romance y la tragedia, de cierta forma, me daba gracia y me encantaba ver a mi hermano ser todo un "alfa duro" y a Taeil expulsar amor por cada poro.

En cuando a nuestro nuevo tema de conversación, dijo que debía ser paciente y tal vez, si se hacía la voluntad de la luna, el destino me llevaría a los brazos de un Alfa, pero que debía tener cuidado de cegarme. Los lobos éramos criaturas impulsivas, voraces y muchas veces nos dejábamos llevar por emociones fuertes. Hyung me aconsejó siempre estar al mando de mis sentimientos.

-Antes se esperaba a la luna llena para que alfas y omegas se enlazaran. Los ancianos dicen que la Luna vuelve una unión, verdadera, pero para ser sincero, creo que la luna es como Dios para los humanos, ya sabes, todos necesitamos algo en que creer- Asentí varias veces y Hyung prosiguió-. Escucha Jaemin, eres joven y cometerás algunos errores, pero siempre sigue tu instinto, es lo que hace al lobo ser el único animal que no puede ser enjaulado.

Mis ojos brillaban. Me gustaba la facilidad con que me trasmitía sus enseñanzas. Hyung era joven, pero sabio. Mamá siempre decía que su yerno iba a pertenecer al consejo cuando creciera. Yo estaba de acuerdo.

"El consejo" era uno de los pilares más importantes para cada manada. Conformado por ancianos llenos de sabiduría, ayudaban no solo al alfa, también contribuían con la enseñanza de los cachorros.

Cada Luna Llena, justo antes de la media noche, cuando el cambio era algo irrefrenable, los ancianos reunían a los cachorros y narraban historias de nuestros antepasados.

Claro que yo tenía mis favoritas. Mamá solía contarme aquella vieja leyenda donde la luna, cansada de la soledad, decidió utilizar todo su poder para crear a quien jamás se separaría de su lado. Pero ningún alma que ella creaba era la indicada, entonces, desbastada, partía a cada alma a la mitad y dichas partes caían a la tierra separadas, buscándose eternamente, continuamente unidas por el hilo que ni siquiera la mismísima luna podía cortar.

Inferum  {Nomin//Markhyuck}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora