Adiós

21 6 6
                                    

Eras un chocolate.
Una buena botella de vino.
Una carne asada cada domingo.
Cajas y cajas llenas de deliciosa fruta.
Siempre leías el periódico.
Tenías pilas de ellos en tu garage, cada día comprabas uno nuevo.
Eras puro amor hacia ella.
Eras quien la cuidaba, quien le recordaba que debía desayunar cada día y quien la sostenía y atendía cuando se mareaba.
Eras amor y ayuda hacía tus hijos, no hubo un día en que no los apoyaras.
Eras dedicación.
Nunca faltaste al trabajo y eras querido y respetado por tus trabajadores.
Eras fortaleza.
Así te cayerás o te tuviesen que operar nunca te quejabas.
Recuerdo un día en que te resbalaste y te raspaste toda la cara, todos estábamos preocupados y fuimos a verte a tu casa. Recuerdo que nos decías con tu típico tono de voz juguetón: "Eso pasa por andar saludando, no vi la banqueta y ¡Zas! Qué me caigo".
Eras una sonrisa y un saludo.
Eras una voz apasionada cuando se hablaba de politica.
Siento que aún podría verte sentado en ese banco tan desgastado pelando mangos para todos.
Siento que aún podría escuchar tu voz ofreciendome un chocolate que te dije incontables veces que no podía comer.
Siempre me decías que cuando cumpliera 15 me dejarías elegir entre un viaje, auto o fiesta. Siempre te respondía que no hacía falta nada de eso y me decías lo mismo: "No te preocupes, hasta te comprare un vestido para que te veas bien guapa".
Nunca te dije que no me gustaban los vestidos.
Recuerdo cuando me quedaba a dormir a tu casa porque me aterraban los disfraces de Día de Muertos.
Abuelita y tú hacían todo su esfuerzo en prepararme algo de cenar. Nunca olvidaré todas las veces que se les quemaron las tortillas por estar hablando conmigo.
Aún en tus últimos días no perdías la compostura. Cuando fui a verte al hospital te veías cansado y todos creíamos que pronto ibas a salir.
Qué pena que no haya sido así.
Eras muchas cosas, eras el pilar de la familia.
Gracias por nunca darte por vencido, por siempre estar ahí.
Gracias por siempre cuidarnos a todos, siento que aún lo haces.
Créeme, abuelito, si existe un cielo estoy segura de que estás ahí.
Adiós.

AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora