Capítulo 2: Everything Has Changed

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♫ Andrew ♫

Me ajusto los lentes del sol al ver que de nuevo empiezan a deslizarse por el puente de mi nariz, hace demasiado calor para sugerir algo más refrescante que tener que estar sentado en una tumbona cerca de la piscina, bebiendo una limonada, escuchar música fuerte y sentir esa paz que me ofrece mi vida al tener lujos que antes no podía complacerme.

Me acomodo en el asiento para cerrar los ojos y descansar un poco más, puedo sentir como cada vez mi piel se humedece de sudor al percibir como los rayos del sol recaen en mí, no me preocupo por contraer algún cáncer de piel o una quemadura después de haberme puesto protector solar y cambiarme a cada diez minutos de lugar para que mi cuerpo pueda obtener en cualquier lugar un signo de bronceado.

Respiro hondo y dejo salir el aire al sentirme despreocupado y tranquilo al saber que por fin tengo unas hermosas vacaciones que las aprovechare hasta sacar la última gota de estrés de mi trabajo; puedo decir que fue un año exitoso y gratificante, no esperaba superarme más de lo que mis jefes hayan calculado, es decir, sé que he hecho un buen trabajo pero no estaba ni el cincuenta por ciento seguro de lo mucho que ganaría con mis nuevos proyectos en la industria musical; en realidad, no es nada fácil, no resulto ni siquiera viable tener que haber escrito como treinta canciones de las cuales solo dejé quince y opte por trece sencillos que seis de ellos se convertirían en los más escuchados de manera mundial, de los soundtrack de unas películas que tuve que preocuparme unos días antes de revelarle mi nuevo trabajo a mis patrocinadores, de las mezclas rítmicas que tuve que hacer durante horas para que cada una de ellas tuviera que darle un buen sonido a la canción, de las tardes o noches que compuse en el piano o en la guitarra y en unas veces con la batería unas canciones que tendrían un toque especial, espectacular y llamativo... Y eso sin decir, de las incontables tazas de café, los insomnios, el estrés, el cansancio, la ansiedad, las enfermedades temporales, las peleas con mi equipo y las arranques de enojo que tenía cuando creí que escribía mal una canción que podía convertirse en un éxito del año; sinceramente todo eso rindió buenos frutos y eso sin decir, de una buena renovación de contrato que Universal Music me concedió al ver que aun requieren de mi trabajo durante otros par de años en su disquera.

Mi vida está más que asegurada, bueno, por lo menos hasta ahora y dentro de un par de años más. No me puedo quejar de nada, después de todo, amo mi trabajo y no lo reemplazaría por nada en el mundo; ni siquiera me arrepiento de no haber elegido la universidad en vez de mi carrera musical, además, es para lo que fui preparado, para seguir mis sueños y ahora cumplir cada uno de ellos, no solo dentro de un cubículo en donde ensayo cada melodía y letra de mis canciones, sino que también en un escenario.

—Vamos, es hora que te levantes de esa tumbona —sentí como una toalla me caía en la cara.

¡Ah! Y aquí vamos de nuevo, con la inspección rutinaria de mi vida y de mis labores como humano en el planeta Tierra.

—Deja que tenga unos minutos de libertad —protesté aturdido al escuchar el sonido de golpes de zapato chocar en un pequeño charco de agua proveniente del salpicado que hice cuando me tire hacia la piscina.

—Ya los tuviste, te he dado nueve horas y lo único que hiciste fue quedarte todo el día en la tumbona, asoleándote como un reptil y bebiendo limonada o cerveza —bufé quitándome la toalla encima.

Y ¿qué más puedo hacer? Si no he tenido la intención de salir fue porque sé que pronto estaré rodeado de cámaras que no dejaran que respire, además si quiero quedarme en casa creo que ese es mi problema, porque para eso compre una casa, para habitar también en ella en mis estadías o vacaciones antes que se me ocurra la idea de viajar a otro país y visitar los mismos lugares turísticos u otros nuevos que aún no he descubierto pero que siguen programados en la lista de mi cabeza antes de perder el nombre o rastro de su paisaje.

Corazones de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora