Capítulo 10: Bon Appétit

93 15 3
                                    

♫ Andrew ♫

Apoyo nuevamente mi guitarra acústica encima de mi muslo izquierdo para poder afinar cada una de las cuerdas, pruebo todas esperando tener el sonido correcto que necesito para crear la melodía de una canción. Nuevamente posiciono el instrumento en el muslo de mi pierna derecha, acomodando mi espalda y poniendo mi antebrazo derecho de forma diagonal logrando que mis dedos queden abiertos y arqueados cerca de las cuerdas mientras que mi dedo pulgar queda en la quinta cuerda y mi mano izquierda tome el mástil de la guitarra dejando mi dedo pulgar en el traste dos por detrás del mástil.

Comienzo a tocar de forma progresiva unos sencillos acordes de las cuerdas graves componiendo una melodía de repetición de primero SOL RE y luego otras repeticiones de DO SOL logrando focalizar en mi mente el sonido de la guitarra con la letra de una de las canciones que escrito pero que sigue incompleta.

Al tener una melodía agradable, dejo de tocar para poner la púa en mis labios para sostenerla mientras agarro un lápiz y anoto la tablatura con ritmo de la canción en la agenda, en donde no solo compongo sino que también escribo las tablaturas de mis canciones; me quedo pensando por un momento sobre que otros trastes puedo utilizar para seguir formando los acordes que necesito sin perder el ritmo de la canción.

Mis dientes y mi lengua terminan por tocar la punta de la púa, dejo de concentrarme por un momento en la melodía de la canción al quedarme observando la ventana del estudio de grabación en donde me dedico a componer mi música; el lugar es tan silencioso que él único eco que se transmite es el de mi zapato derecho que ha empezado a chocar varias veces seguidas en el suelo de madera. El día ha estado un poco nublado, a punto de preguntarme si llegará a llover en algún momento, pero el pronóstico del clima que se dio en la mañana en las noticias no mencionaron nada de lluvias, simplemente de un día nublado en el que no nos llegáramos a preocupar si podía darse una fuerte tormenta con ventiscas.

Termino por apoyar una parte de mi cuerpo encima de la guitarra esperando que las dudas de mi cabeza se marchen una vez que dejé de pensar que nada malo sucederá esté día, ni siquiera tengo idea como es que pude proponer mi casa cuando pude haber aceptado la oferta de Ángela en hacer la gelatina en su apartamento, eso sin decir, sobre qué estoy haciendo... Nunca he entrado a una competición que no sea de música o canto y ahora me encuentro participando junto con una chica, en una competencia para saber cuál es la mejor gelatina hecha por todos los concursantes presentes.

La verdad es que cuando ella me hizo la pregunta pensé que todo era más que una broma pero al ver su rostro no tan serio proponiéndome entrar en una extraña y estúpida competencia fue cómo: «¡Hazlo! De todas formas, no tienes nada que perder. Solo debe ser una broma para impresionarte».

Y que ingenuo me sentí cuando empezamos a planear todo y fue entonces que me percate que todo lo dicho fue como una promesa de matrimonio, en donde imaginas cosas sin saber que te estas comprometiendo a algo que no estás ni seguro de dar el siguiente paso.

Y así, es como hoy me encuentro encerrado en mi estudio de música, superando aquella ansiedad que me hace creer que sí Ángela pone una vez un pie en mi propiedad, se volverá loca y terminara por montar un espectáculo del cual no olvidare. Eso sin añadir la parte magnifica—hablando irónicamente—, en la que empezara a contar esta experiencia a todas las personas que conoce a punto de agregar detalles que ni siquiera sucedieron pero pueden convertir la historia de una forma más caótica. No debería seguir pensando en eso cuando tuviese que tener confianza en ella y prometer que me comportare como si todo fuese normal y ninguna sorpresa se llegara a presentar, pero creo que he llegado a tener varias experiencias complicadas y difíciles que logran que vuelva a tener dudas de esas personas que no conozco con mucha profundidad y que están viviendo un momento con su cantante favorito porque aunque Ángela no me haya expresado eso, sé que soy uno de sus cantantes preferidos.

Corazones de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora