Capítulo 13: No Lie

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⸙ Ángela ⸙

Llego al trabajo y susurrando varios saludos de «Buenas tardes» a mis compañeros hasta que me dirijo pronto a la bodega de la librería, en donde busco mi casillero y del bolsillo de mis jeans saco una llave para poder abrirlo, en donde recojo mi pin de identidad y la camisa con logo que representa la empresa para ponérmela; al hacerlo, antes de salir a trabajar y marcar mi hora de llegada, me acarició las sienes y aguanto las ganas de gritar de la frustración y del enojo con el fantástico día—de forma irónica—que he llegado a tener en la universidad.

Si realmente no pierdo la cabeza es porque la tengo pegada a mi cuerpo y eso sin añadir que aún no ha terminado este día porque tengo que trabajar y por la noche, debo de reunirme con mis amigas para poder arreglar varios puntos de la tesis; cierro los ojos y repito una y otra vez los ejercicios de respiración antes que golpeé el mostrador de madera que se encuentra a unos metros de mí con el pie, eso sin decir, que no soy capaz de contener las lágrimas porque lo que más puedo odiar de mi forma de ser es que cada vez que me hacen enojar, tiendo a llorar cuando debería verme más molestar que pretender a aparentar estar herida.

Muerdo mi labio a punto de casi desangrarlo y cuando normalizo mi estado anímico, termino por pasar mis manos por mis cabellos, el cual tampoco me hace un favor al no enredar varios mechones en mis dedos. Agarro mi botella de agua y tomo un poco de ella hasta que estoy a punto de ahogarme, me relajo y es así como fingiendo que no me ha sucedido nada, termino por cerrar la puerta de mi casillero, meter la llave nuevamente en el bolsillo de mi pantalón y salir de la bodega para poder empezar a trabajar.

Hubiera deseado que esté día no comenzara mal y no sé si es porque tiendo a tener mala suerte o porque en serio esté no ha sido mi día; pero lo que en serio hubiera querido es ir a casa y no trabajar; cuando estoy de malhumor no suelo ser la Ángela tranquila y pasiva que todo el mundo conoce y ve en mí, sino que puedo convertirme en el ser más frío e irracional que nadie habrá pensado que soy.

Doy varias vueltas de forma lenta a los alrededores de la librería mientras me encargo de ver que todo se encuentre bien, ajustando un par de libros de su lugar o moviendo otros que han sido mal colocados en su temática.

Heaven pronto se da cuenta que estoy molesta, así que intentando despistar las cámaras de vigilancia en donde nuestro jefe puede estarnos supervisando, ella se acerca a mí e intenta hablar conmigo sobre un libro que se ve en mal estado y parece que algún cliente pudo haberle doblado unas páginas y rasgado la cubierta.

— ¿Qué te sucede? —pregunta abriendo el libro como si me estuviera hablando de él.

—Es probable que nos nieguen la tesis si no cambiamos unas partes de la metodología de investigación y de los resultados —murmuró muy bajo.

— ¿Qué? Pero, ¿qué les han dicho? —intenta no mostrar signos de sorpresa.

—El asesor le dio una revisión y hay partes que dicen que no coinciden o que pueden estar mal estructuradas o explicadas —tomo el libro de sus manos y disimulo que lo estoy revisando.

—Pero, ¿no sé supone que deben de entregar está semana la tesis? —asiento.

—Eso es lo que me tiene molesta, ni siquiera puedo pedir que me den unos días de vacación cuando ya las tome —le comento disgustada.

—Y si hablas con Tom, ¿quizás te ayude a ausentarte unos días? —suspiro.

—Sabes que si me ausento, no tendré pago completo y dudo que alguien me cubra mis horarios cuando la mayor parte de nuestros compañeros también estudian o tienen otro trabajo. —Heaven hace una mueca.

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