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Ciudad de México, 5 años después.

—¡Deja de correr, me estoy cansando horrible! —gritaba el castaño mientras perseguía a su novio por las calles de la capital. Habían estado jugando un rato, hasta que el rizado le dijo que le tenía una sorpresa y que lo siguiera, echándose a correr.

—Ya, lo siento, tahi. Pero no es mi culpa que no tengas condición para correr. —el rizado rió ante la mala cara de su acompañante. Besó su frente y tomó su mano.

Comenzaron a caminar hasta donde el rizado le aseguró estaba su sorpresa. Se sorprendió al ver que estuvieron dando vueltas a la manzana durante una hora. Un poco frustrado, miró a su novio.

—Llevamos dando vueltas a la cuadra, ¿qué estás haciendo? —el rizado ignoró al castaño y siguió caminando, Temo suspiro y siguió al mayor. Notó que regresaron al edificio de este, frunció el ceño.

Caminaron dentro de este y subieron al ascensor con destino al piso del castaño.

—¿Recuerdas cuando te pedí ser mi novio? —recordó el rizado mientras sonreía. —Estaba tan nervioso que olvidé por completo el pequeño discurso que tenía para ti. Y todo lo que hice fue completamente improvisado.

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Nota: No agregue esta parte a la historia en si porque no lo vi taaaan necesario. Pero si lo quieren como un extra, dejen un comentario. Sigan con la lectura jajaja •3•
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Ambos soltaron una pequeña risa.

—Quiero llegar a algo más...

Las palabras quedaron al aire, cuando la puerta del elevador se abrió, dejando ver un camino de flores. El cuál, ambos siguieron.

Temo se encontraba verdaderamente sorprendido. Entraron al departamento del castaño, donde pudo ver un letrero que lo hizo estallar en lágrimas.

¿Quieres casarte conmigo?

El rizado lo abrazó por detras y besó su cabeza.

—Ya entendí que quiero estar contigo toda la vida. Quiero formar una familia contigo, quiero que me regañes por olvidar nuestro aniversario, quiero que me regañes por darle dulces a nuestros hijos, quiero que me acompañes a todos mis conciertos, quiero salir contigo en la portada de alguna revista, quiero dormir contigo todas las noches, simplemente quiero estar contigo. —se separó del castaño, quien seguía llorando ligeramente por, tan repentina declaración. Aristóteles sacó una pequella caja del bolso de su suéter, haciendo que Temo se sorprendiera aún más al ver el anillo que el mismo le había dado meses atrás. —¿Aceptas casarte conmigo?

Hubo algunos segundos de silencio, donde el rizado se ponía cada vez mas nervioso.

—Si.... —susurró el castaño en voz baja. —¡SI! — termino gritando de la emoción antes de colgarse a su -ahora- prometido en forma de koala. —Mil veces si.

El rizado soltó el aire que estaba reteniendo en sus pulmones. Sonrió en grande antes de besar a su prometido varias veces.

[…]

Habían pasado dos meses desde aquella propuesta, y ambos no podían estar mas felices por ello. Pensaban todo el tiempo en como sería su boda, el lugar y la fecha en la que la harían.

Todo parecía ir perfecto. Sucedió aquella noche.

—Entonces, ¿En la playa te parece bien? —preguntó el castaño mientras caminaba de la mano del mayor.

—Mmm, buena idea. Es perfecto. —sonrió el rizado y besó la mano de su pareja.

—Quiero adoptar. —soltó de repente el menor, haciendo que Aristóteles se parara en seco meditando lo antes dicho. Estaban justo a la orilla de la banqueta, la noche era tranquila y ningún auto pasaba por ahí.

Pensó por un momento la propuesta de su pareja. ¿Adoptar? Claro que quería formar una familia con el castaño. Sonrió imaginando a un pequeño o pequeña corriendo por la casa, o saliendo del kínder con una estrella en la frente.

—Está bien, me parece perfecto tahi. —el castaño sonrió y se colocó frente al rizado. Juntaron sus labios en un dulce beso. Se perdieron en su mundo.

Si hubieran escuchado aquel claxon desesperado. Aquellos gritos de las personas.

Todo hubiera sido distinto. Pero el hubiera, no existe....

Déjame enamorarme de ti una y otra vez, hasta que mi corazón deje de latir

Fall in love #3 ➳AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora