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Jonghyun pensó que el día no podía ser peor, para su mala suerte, desde el cielo comenzaron a caer pequeñas gotas cristalinas que de un momento a otro se convirtieron en grandes gotas y dando inicio a una poderosa lluvia que al parecer no iba a cesar durante unas horas, el frío se hizo presente y apresuró el paso para llegar a su casa lo más rápido posible, tampoco quería morir en plena calle de hipotermia.

Llegó a su hogar y azotó la puerta cuando finalmente entró, ni siquiera le importó mojar todo el suelo de la casa a causa de toda su ropa mojada, de hecho, no tenía ganas de hacer nada, solo quería tirarse en su cama y seguir llorando hasta el maldito amanecer; no pensaba que su relación con el menor llegaría a su fin, fue terriblemente tonto seguir pensando que Minki seguiría aguantando sus farsas ya que él lo perdonaba y terminaban bien, debió hacerle caso a su corazón cuando sintió que algún día todo se iba a salir de control y terminarían las cosas mal, desafortunadamente fue así. Oh Kim Jonghyun reaccionaste demasiado tarde.

—Dios soy un imbécil... ¿en qué estaba pensando?— cayó de rodillas al suelo poniendo sus manos en sus cabellos para luego jalarlos de la frustración comenzando a sollozar. Minki... Minki... mencionaba aquel nombre que se había perforado en su cerebro, aquel nombre que amaba con locura, aquel nombre que había conquistado su corazón; llamaba y llamaba pero la respuesta que recibía era un silencio.

Luego de un largo rato llorando y lamentándose fue a su habitación casi arrastrándose por una pijama para proceder ir al baño a cambiarse su ropa húmeda, comenzó a quitársela y la tiró a quién sabe donde, ya se preocuparía por eso después no estaba con los ánimos necesarios para ponerse a recoger y limpiar la casa, se puso su pijama y tomó una toalla para secar su cabellera negra, al terminar se miró al espejo; sus ojos rojos de tanto llorar y lágrimas secas en sus mejillas, estaba hecho un completo desastre, ese brillo tan característico en sus ojos se había esfumado y lo único que expresaban era tristeza y dolor.

Fue directamente a su habitación y encerrarse en esta durante lo que quedaba del día, agradecía que viviera solo, así nadie lo estaría molestando a cada rato. Se sentó en una silla frente a su escritorio y se recostó en este ocultando su rostro con sus brazos, cerró sus ojos por un momento para intentar calmarse y olvidarse un poco de lo sucedido pero era imposible, sentía como le pulsaba la cabeza y sus ojos comenzaban a picar de nuevo, sin querer, recordó las palabras que Minki había escupido con tanto desprecio hacia él.

"¡Te odio, Kim Jonghyun!"

Esas palabras se habían clavado en lo más profundo de su ser sintiendo todo su mundo derrumbarse, nunca se imaginó a Ren decirle esas palabras tan sinceras y duras, quería recuperar a su pequeño, quería recuperar a la persona que siempre le sacaba una sonrisa, quería recuperar el amor de Minki, hacerlo feliz como se lo merecía, cuidarlo y protegerlo, Jonghyun claro que estaba decidido, no lo iba a pensar dos veces, costara lo que costara conquistaría nuevamente al rubio, no le importaría empezar desde cero solo quería de nuevo a su luz, esta vez si que iba a cambiar.

La noche comenzó a caer y la luz de la luna iluminó poco a poco la habitación del azabache, un mar de recuerdos lo inundaron, quería volver el tiempo atrás, todas las noches las pasaba con el menor entre caricias, pequeños y suaves besos y palabras bonitas hasta que juntos cayeran rendidos en los brazos de morfeo, sonrió con nostalgia al recordar todas esas veces que estaban en la cama de Minki y el mencionado le decía el "te amo" más dulce del universo mas sobre lo afortunado que se sentía al tener a Jonghyun en su vida mientras ambos reían y se perdían en la mirada del otro, tristemente esos momentos no volverían. ¿O si?

No sabía por donde comenzar, tenía que actuar ya antes de que sea demasiado tarde y pierda por completo a su pequeño, levantó su mirada para echar un vistazo a la habitación a ver si se le ocurría algo, miraba con desesperación a cualquier rincón de esta pero nada, hasta que en el escritorio donde estaba recostado anteriormente había una hoja de papel y en la esquina de este un pequeño envase con varios lapices dentro; entonces ¿le escribiría cartas a su amado? no le parecía mala idea más bien le parecía buena, ojalá no esté cometiendo otro error y se retracte de lo que comenzará a hacer, será un nuevo comienzo, eso cree.

(...)

Ren.

Me pregunto ¿algún día me podrás perdonar? ¿algún día volveremos a entrelazar nuestras manos mientras vemos el cielo estrellado?  ¿algún día podré verte de nuevo? quisiera despertar de esta pesadilla porque odio saber el hecho de que te perdí, no sabes cuanto quisiera regresar el tiempo y arreglar todos los errores que cometí, jamás voy a perdonármelo porque dañé a la persona que más me importa en este mundo, si tan solo fuera un sueño todo esto... No olvides que te amo, mi querido.

JR.

If you (Jren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora