Capítulo I: It’s my life.
Yo no voy a ser solo una cara entre las multitudes, vas a escuchar mi voz cuando grite bien alto; Es mi vida. Es ahora o nunca, no voy a vivir para siempre. Solo quiero vivir mientras siga vivo, es mi vida.
-No pienso ponerme esto, así que olvídate, Amy –repliqué quitándome el vestido azul cielo.
-Primero que nada señorita, así no quieras te lo pondrás –dijo pasándome mi pantalón verde-. Y segundo, soy tu mamá. Nada de Amy.
-Pero o sea, ¿no hay otra cosa? –suspiré.
-Amber se pondrá vestido, ¿por qué tu no puedes hacer lo mismo? –se cruzó de brazos-. Por favor. Yo no conozco al amor de mi vida todos los días y mucho menos me caso, Bea.
-Vale mamá –rodé los ojos-. Me pondré ese vestido espantoso, para parecer una niña bien.
-Sabía que aceptarías –río y me abrazó-. Pero tenemos que hacer algo con tu cabello…
-¡No! ¡Ni se te ocurra Amy Knowless! –la amenacé con el dedo-. Joder, ¿por qué te empeñas en cambiar todo de mí?
-No es eso amor… es solo que pensaba que tal vez te gustaría hacerte un nuevo look –tocó mi cabello.
Mire mi cabello rubio con mechas escasas rosa en las puntas. Que mierda… parecía que un caballo hubiese mascado mi cabello. Miré a mi mamá, me reí en mi interio y le negué con la cabeza. Dándole por entendido que no cambiaría mi look para nada.
Aún no mi cabeza no procesaba la idea de que mi madre se iba a casar con un multimillonario. Pero sí, así era. En 24 horas mi mamá sería la señora de Jones y nos mudaríamos a una fabulosa mansión. Joder, esto tenía una cosa buena y mala.
La buena era que este tipo estaba forrado en dinero, en todo el sentido literal de la palabra.
La mala era que me iría de Queens, ¡joder! No tenía otra manera. Adiós amigos, adiós fiestas, adiós alcohol, adiós mi vida normal.
¡A quién engañas, perra mentirosa!, gritó mi sub-consciente, si siempre has hecho lo que te da la gana.
Me reí internamente y me recosté en mi cama. En una hora llegaría el camión de la mudanza y yo no había ordenado absolutamente nada. Tenía una cosa más importante que hacer, tenía que ver a Emma, Todd y Bruno antes de irme. Tal vez debía llamarlos y decirle que viniesen a mi casa, o ir yo a la de ellos.
Tomé mi teléfono y envié un mensaje a los tres.
‘’La reina de Queens se va dentro de una hora. Así que espero verlos en mi casa, mal nacidos.’’
Lo envié y me levanté, busqué un cigarrillo y lo prendí.
Comencé a sacar mis cosas y ordenarlas; camisa por camisa, pantalón por pantalón, etc etc. ¡Wow, mamá tenía razón! Puros shores había en mi closet. ¿Desde cuando no limpiaba mi closet? Encontré camisas con logotipos de Los Simpsons y muchas caricaturas más. Saqué una camisa azul con un fondo que decía; SUPERHIJA. No pude evitar la risa, ¿qué mierda? ¿Cuánto tiempo tendría eso ahí guardado? Me la puse y aún me quedaba, un poco apretada y corta. Me quedaba un poco más arriba del ombligo. Me la dejaré. Después de todo, soy una Superhija, ¿no?
