Prólogo

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Septiembre de 2015

Otro año más. Qué ilusión (nótese el sarcasmo).

Era el primer día de mi penúltimo año de secundaria. Un año más y podría salir de aquel infierno llamdo instituto.

Estaba acompañando a mi mejor amiga Lucy ( y cuando digo 'mejor amiga' me refiero a 'única amiga') a la que sería su nueva aula, ya que, gracias al estúpido cambio de clase que hacían cada año, la habían separado de mí.

- ¿Seguro que estarás bien, Kyler?- me preguntó. Lo hacía debido a que no era capaz de hablar coherentemente con ninguna persona fuera de mi entorno más íntimo, lo que se resumía a mis padres, mi hemano Charlie y ella.

- Tranquila, estaré bien.- respondí, intentando convencerla, aunque también me estaba convenciendo a mí misma.

- ¿De verdad?- insistió.

- Que sí, joder.- no es que quisiera ser borde ni nada por el estilo, simplemente me salía así, sin pretenderlo siquiera.- Anda, tira, que ya hemos llegado.

- Bueno, adiós pequeña cascarrabias- dijo soltando una carcajada, como acostumbrada que estaba ya a mi constante humor cambiante.- Nos vemos luego.

- Vale.- le contesté. Cuando me di la vuelta para irme,me choqué contra un pecho bastante duro.

- Lo siento.- dijimos los dos a la vez. Levanté la cabeza para ver con quién me había topado, y todo lo que pensé fue como:

Santa. Madre. De. Dios.

El chico era muy alto, me sacaba una o dos cabezas, algo extraño puesto que medía un metro ochenta. Su pelo del color de la obsidiana prometía ser muy sedoso, y sus ojos, ¡qué ojos tenía el chico!. Eran de un azul increíble.

- Ha... ha sido culpa mía, lo siento.- dijo, despertándome de mi repentino trance. Parecía nervioso, ya que no paraba de rascarse la nuca y de mirar a todos lados.- Soy nuevo aquí, no conozco nada, estaba buscando la secretaría, y...

- Hey, no pasa nada, de verdad.- ¿Qué coño te pasa Skyler Natalie Mason?¿Qué ha pasado con tu nula capacidad de interacción social?- Si sigues todo recto por este pasillo, encontrarás una escalera. Bueno, pues súbela y a la derecha encontrarás la secretaría.

- Muchas gracias, en serio, me acabas de salvar la vida.- respondió el chico, con una gran sonrisa en su cara. Acto seguido, se fue por el camino por el que le había indicado mientras yo estaba parada en medio del pasillo contemplándole mientras se perdía entre la multitud.

Despierta, Kyler, venga,muévete me ordenó mi subconsciente, por lo que seguí andando hasta que llegué a mi clase, que no estaba demasiado lejos de allí.

Cuando llegué, la mayoría ya estaba en sus determinados grupitos: los populares y los malotes se encontraban en el fondo, los frikis y los nerds delante y los que ni les daba igual el resto del mundo (como yo), en el medio, por lo que tranquilamente fui hacia el tercer sitio en la fila de la ventana. Mientras que no venía la señora Collins no llegaba, me puse a observar a los que serían mis compañeros este año. Había pocos frikis, ya que, de las dos filas que solían ocupar este grupo, solo había una, y sin embargo, demasiados populares para mi gusto. A ver, no es que no me cayeran mal, pero tampoco me hacían mucha gracia. Como me aburrí de estar mirando al personal, saqué el libro que me estaba leyendo de la mochila, Hush hush, uno de mis libros favoritos. Estaba empezándolo ya por tercera o cuarta vez, pero nunca me cansaba de leerlo. Iba por la parte en la que Nora y unos de mis muchos amores literarios, Patch Cipriano, hablan por primera vez, cuando la Sra. Collins, una de las profesoras que llevaba más tiempo en el instituto (por no decir la que más), entró en la clase subiéndose las gafas por el puente de la nariz. Cuando la Sra. Collins llegó a su escritorio, cargada de bártulos la pobre mujer como iba siempre, los que habían en la clase, enmudecieron. La Sra. Collins no era especialmente temible, pero cabréala y verás las consecuencias.

- Bueno, clase, ya sabemos que es el primer día y que tenéis que poneros al día con vuestros amigos sobre lo que habeis hecho durante el verano, pero ya tendréis tiempo en la hora del descanso.- dijo la maestra-. Ahora, hay alguien que quiero que conozcáis, puesto que va a ser vuestro compañero a partir de ahora.- de repente, todo el mundo prestó atención sobre lo que la Sra. Collins tenía que decir. Esta última se dirigió hacia la puerta y le hizo señas a alguien para que entrara.

Cuando vi quien iba a ser "el nuevo", no podía creer lo que veían mis ojos. ¡Era el chico guapo del pasillo! Como si hubiera oído mis pensamientos, la mirada del chico se posó en mi cara y al parecer se alegró de ver a alguien medianamente conocido entre tantas caras nuevas, porque esbozó una sonrisa casi más grande que su cara.

- Este chico de aquí se llama Luke, ehh... ¿Harrison, cierto?- preguntó al tal Luke, y el asintió con la cabeza.- Bueno, Luke Harrison va a ser vuestro compañero este año. ¿Puedes decirles a tu nueva clase algo sobre ti, Luke?- . En serio, Sra Collins, aún a día de hoy sigo sin saber como le pudo tratar como si tuviera 5 años.

- Pues, aparte de que, como ha dicho la Sra. Collins, de que mmm... mi nombre es Luke Harrison emmm... no, no hay mucho que contar.- dijo con cierta ironía, lo que provocó las risas entre la multitud, y una mueca de desagrado por parte de la Sra. Collins.- No, es coña, ahora en serio. Tengo 18 años y vengo de Washington DC. Si, ya sé que pensaréis que qué hace alguien de una ciudad tan grande en una ciudad tan pequeña como ésta. Pues esto se debe a que mi querida madre quería cambiar de aires. Bueno, eso y que le pagan una pastón en su nuevo trabajo.- sin duda el chico sabía como hacer reír a la gente, puesto que la clase estalló en una gran carcajada.- Y ahora, con las presentaciones pertinentes ya hechas, me gustaría sentarme ya en un sitio al que ya le echado el ojo - dijo mirando hacia mi fila, concretamente al sitio todavía vacío delante de mí-, si usted me lo permite Sra. Collins, por supuesto.- concluyó, haciéndole una pequeña reverencia a modo de burla.

- Sí, claro, Luke, ve a sentarte donde quieras.- dijo la aludida algo desconcertadas por las palabras de Luke.

El chico fue al sitio "al que le había echado el ojo", que, como ya había supuesto, era el anterior al mío.

- Hola, supongo que otra vez nos encontramos, eh... - dijo. ¡Ah, claro! Él no sabía cómo me llamaba yo.

- Skyler Mason, Kyler para los amigos.- respondí yo, tendiendole la mano para estrecharla con la suya, a lo que él la cogió gustoso. En cuanto su mano tocó la mía, sentí como una especie de electricidad entre ambos, y podría jurar que él también la sintió, por la forma en la que sus ojos se abrieron más de lo normal.

- Bueno, Kyler, creo que tu y yo vamos a hacer grandes cosas juntos.- dijo con un deje de seducción en su voz.

- Oh, eso ya lo veremos Harrison.- contesté yo.

- Claro que sí, Mason.

Desde ese instante, supe que ese año iba a ser diferente.

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Multimedia: Kyler

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