CAPITULO 1

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21 de marzo de 1982

Querido diario mamá ha dicho que escribir en tus páginas los pensamientos que son difíciles de explicar me ayudaría a sentirme mejor y si mamá lo dice entonces debe ser verdad.

Papá tuvo un ascenso, sería el nuevo encargado de uno de los despachos de la firma de abogados Larson, pero para ello tuvimos que dejar la capital y mudarnos a esta pequeña ciudad. Aunque fue muy de repente no me sentí tan triste como debería lo cual es un poco raro ya que he pasado toda mi vida allí no es que doce años sean muchos ¿verdad? Quizás se debiera a que papá y mamá no me dejaban salir mucho del edificio. Pero lo cierto es que no extrañaría la escuela, ni los ruidos de los autos, el horrible smoke que suele haber o el vivir en un pequeño apartamento porque nunca podía jugar con mi balón.

En este lugar a papá le dieron una bonita casa de dos pisos ¡con un patio trasero para jugar fútbol! ¡incluso mi cuarto tiene baño! Solo espero que en la escuela nueva no me molesten como en la anterior pero shhhh... eso es un secreto.

Espera... si hay algo que extrañaré mucho de la ciudad... mi única amiga; Helena. Hemos prometido seguir en contacto y enviarnos muchas cartas.

Posdata: en la tarde  una familia del vecindario vino a darnos la bienvenida; con ellos venía un niño como de mi edad. Su sonrisa de encías y diente chueco me cayeron en gracia.

Corazones ErrantesWhere stories live. Discover now