CAPITULO 4

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25 de abril de 1982

Querido diario, perdón por no haber escrito en estos días pero estuve muy ocupando tratando de adaptarme a la rutina de este lugar.

Papá y mamá se notan más relajados que cuando vivíamos en la capital; quizás porque entraba más dinero a casa aunque lo verdaderamente importante para mí era que podía pasar mas tiempo con papá; al parecer ser el jefe le daba ciertas ventajas y eso me hacía muy feliz porque cada tarde jugábamos fútbol ¿¡puedes creerlo!? En la ciudad él nunca tenia tiempo a mamá no le gustaba eso y tampoco dejaba que se jugara en el departamento.

Hablando de mamá, cada jueves visita a las vecinas de a lado. Unas hermanas ya ancianitas que me usan como mandadero. Son bien chistosas y agradables, me gustan a pesar de que apachurren mis mejillas cada vez que me ven.

Respecto a mí... ¿qué puedo decir? Me he adaptado rápidamente a la nueva escuela no hay mucha diferencia de la anterior tarea, tarea y más tarea.

En la hora del receso me sigo sentando con los niños del primer día, son muy agradables, me hacen sentir parte del grupo aunque la verdad no hablo mucho, mi timidez sigue siendo grande pero es un gran paso para mis habilidades sociales. Sin duda alguna Helen estaría muy orgullosa de mí y hablando de ella; hoy le he enviado mi primer carta ¡Estoy tan emocionado!

Posdata: El nombre del niño de sonrisa de encías es Cadell ¡Suena tan genial!

Corazones ErrantesWhere stories live. Discover now