CAPITULO 5

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28 de abril de 1982

Querido diario a la hora de la salida Cadell y yo nos fuimos juntos a nuestras casas. Montados en nuestras bicis emprendimos marcha a un trayecto silencioso. Fue raro, durante todo el día lo noté distraído y triste pero no le pregunté nada y el tampoco se veía con ánimos de hablar.

Me pregunto si los demás sabrán algo.

No me gustó verlo así; su sonrisa es bonita... siempre debería de sonreír.

Le pediré a mamá que haga sus deliciosas galletas con chispas de chocolate para él. siempre me siento mejor después de comerlas ¡son como mágicas! Espero que también le funcionen.

Luego te digo que tal le parecieron.  


Corazones ErrantesWhere stories live. Discover now