La noticia

213 6 0
                                    

—Desperté en un lugar que no es ni mi hogar, ni mi habitación pensé que era todo un sueño escucho una voz suave y no es la de mi madre. Es una mujer con uniforme de policía me observa como cachorro abandonado, se ha levantado del sillón y se acerca a mi

—¡Ey niña por fin despertaste!.

Trate de incorporarme para levantarme pero todo el cuerpo me duele

— ¡No trates de moverte, te acaban de operar tienes varias lesiones por todo el cuerpo y costillas rotas y el fémur izquierdo fracturado con varios hematomas!

— ¿Y mis padres como están puedo ir a verlos?

La mujer se queda callada por unos instantes pero después intenta cambiar de tema pero no sabe cómo hacerlo, así que me pregunta:

— ¿Cuál es tu nombre pequeña?

—Acacia Leyre...

La mujer sonríe diciendo

— ¡Bonito nombre y es poco común?

— ¿Qué significa?—.

—Acacia significa "Espina".

— ¿Y cómo es que lo sabes si eres una niña tan pequeña? De hecho creí que no lo sabrías

—Mi mami me lo dijo una vez cuando toque un cactus que estaba en la ventana de su recamara y termine con la mano repleta de espinas y me las saco con sus pinzas después de eso jamás toque nuevamente ese cactus

— ¡Oh vaya qué interesante!

— ¿Y Leyre qué significa?—.vuelve a interrogar

Estas preguntas con falta de ingenio me están fastidiando demasiado así que trato de responder lo más cortante que pueda para dejar de hablar de gilipolleces.

— ¡No sé qué signifique, solo sé que a mi papi le gusta ese nombre!—, digo de manera cortante

—Yo me llamo Estefanía es de origen friego y significa "Bien coronada".

Se presenta extendiéndome la mano pero yo estoy demasiado adolorida para regresar el saludo.

— ¡Ah, qué bien!—.a veces es bueno fingir interés

Estefanía trata de interactuar conmigo con temas sin importancia para distraerme pero seguramente está fingiendo para no hablar sobre mis padres. Los policías son buenos creando personalidades e historias para su propio beneficio.

— ¿Mis padres cómo están? Vuelvo a preguntar exaltada

Toca mis manos para intentar tranquilizarme y no puedo evitar llorar de desesperación, miedo, preocupación, dolor y remordimientos.

— ¡ Por favor Estefanía dime como están mis padres?— exijo gritando.

Miro que ella traga saliva, su expresión es seria e incluso persivo que algo está pensando o simplemente se está armando de valor para decirme algo que no quiero escuchar...

Baja la mirada y me dice:

— ¡Han muerto Acacia!.

Trago saliva y grito.

— ¡Todo esto es mi culpa, todo esto es mi culpa, todo esto es culpa! Repito una y otra vez.

Pero Estefanía dice que me calme e incluso trata de callarme pero no puede.

Lloro desgarradamente y me siento impotente, llena de miseria.

¡Cálmate por favor sino tendré que llamar a una enfermera y decirle que te aplique sedante!

AUSENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora