Huellas talladas

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Me desperté sudada y con un severo ardor y una marca de una quemadura en el brazo, me asusté un poco pero no le preste atención, vi la hora y eran las 5:00am ya no podría concebir el sueño así que me quede observando el techo una vez más.

Escuche voces a eso de las 7:30 y supuse que ya se había despertado María, la cual era como una nana para mí, siempre que viajábamos ella estaba aquí, ya que Kendall dormía mucho y era imposible que fuera ella. Pero al salir de mi habitación no vi a nadie y me dirigí a la habitación de Maria pero  para mi sorpresa esta seguía dormida, luego fui a la de Kendall y lo mismo, solo me quedaban 2 hipótesis, 1-estaba asustada por el sueño y la marca. 2- había alguien más en la casa, pero ¿quien? Eso es imposible, me fui a curar a poner una venda en el brazo sobre la quemada la cual me tenía muy confundida pero no le diría nada a nadie para que no me tomen de loca

-Buenos días mi niña~dijo maria detrás de mi~
-Me asustaste jaja~dije nerviosa, tapando mi brazo para que no notara la quemadura~.
-Se te ofrece algo?~pregunto mirándome preocupada~.
-Nada, aunque tengo un poco de hambre.
-Está bien niña, ya te preparo el desayuno.
-Nana me voy a cambiar y bajo mientras está la comida.
-Claro niña si quieres preparo la tina que te duches en agua caliente.
-No hace falta, me quiero bañar en agua fría~dije mientras salía de la cocina~.
Justo cuando iba a entrar a mi habitación note como la de Kendall se abría y entre rápido para que ella no me viera. Entre al baño de mi habitación y me mire en el espejo, justo detrás de mi había una sombra me asuste pero no le tome mucha importancia, solo me estruje los ojos y desapareció, me di la ducha de agua fría que tanto quería para que se quitara un poco el ardor del brazo y así fue, al salir del baño busque una venda y me la puse al rededor del brazo para que no rozara con el suéter, me termine de vestir y me puse un poco de maquillaje, sentí un frío en mi espalda y al ver el espejo que estaba sobre la peinadora, vi a Alex recostado en mi puerta pero cuando me di la vuelta el no estaba. Pensé que había sido una ilusión, así que decidí ir a tomar mi desayuno con Maria y Kendall.
-Buenos días Ken
-Buenos día Martu
-Aquí está su comida niñas
-Gracias Mari y la tuya~pregunte mirando que solo había servido dos
-No niña yo no puedo comer con ustedes
-Claro que puedes ~respondió Ken con una sonrisa~.
-Bueno si insisten ~Dijo maria devolviendo la sonrisa~.
Al traer la comida, ella se sentó con nosotras y empezamos a contar chistes y anécdotas que habían ocurrido en esa casa y como había sido nuestro curso.
-Bueno ya que estamos aquí y seremos como una familia, qué tal si vamos al parque ~propuse yo rápidamente~.
-Por mi esta bien ~dijo Ken con esa sonrisa que la caracterizaba~.
-Bueno señoritas está bien
-No, nos digas señoritas Mari ~dijo Ken~.
De pronto Mari puso los ojos totalmente en blanco y cayó desmayada en la mesa, minutos después reaccionó.
-Mari te pasa algo ~preguntamos Ken y yo acercándonos preocupadas a ella~.
-No niñas estoy bien ~Dijo ella algo confundida~.
-Bueno igual toma un poco de agua y vamos para q t de algo de aire fresco~Dije yo mirándola de nuevo~
-Oh claro, claro vamos~respondió con entusiasmo y confusión~.
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Enamorada de un demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora