Los chicos recorrían las calles de Hawaii mientras reían y disfrutaban el viaje. Era un tanto cansado, puesto que habían muchas cámaras sobre ellos; pero eso no evitaba que lo pasaran bien. Al final, esto era para ARMY, y estaban más que encantados por hacer algo para sus fans.
Todos los chicos hablaban escándalosamente y llamaban la atención del resto de los turistas. Ya llevaban un una distancia considerable así que se detuvieron a tomar un descanso.
JungKook encontró una banca vacía y sentándose allí simuló ser un músico callejero. JiMin, siguiendo con el juego del menor, colocó frente a él un billete simulando ser un extraño más colaborando a la interpretación de un supuesto extraño. Más no esperaba con que JungKook tomaría ese billete (que por cierto, era lo único que JiMin tenía) y saldría corriendo.
La risa de los chicos nuevamente se hizo presente, claramente podía distinguirse la escandalosa risa de SeokJin. Y JiMin no dudó en salir corriendo tras el joven pero aún así más alto maleante que había tomado su dinero.
Las cámaras que estaban grabando todo sólo captaron una parte de la persecución.
—¡Vuelve aquí, ratucán estafador! —gritaba JiMin intentanto alcanzar a su menor, quién reía como loco al ver al más pequeño intentando seguirle el paso —¡Sólo espera que te ponga las manos encima!
Los demás turistas veían extrañados. Unos reían y otros los miraban con desaprobación. Pero a JiMin no le importaban, el quería de regreso su dinero.
JungKook disfrutaba el momento, a pesar de estar corriendo no dejaba de voltear para divisar a JiMin. Reía al verlo tan alterado. Ah, nada como molestar a sus hyungs.
—¡Cuidado! —gritó JiMin desde atrás, disminuyendo la velocidad.
JungKook no tuvo tiempo para reaccionar, ya que al voltear tropezó con una pobre chica que no había visto venir por no mirar por donde iba. Tanto JungKook como la joven cayeron al suelo con un fuerte impacto.
Así fue como la persecución llegó a su fin.
Aún estaba aturdido por es impacto, pero cuando sus sentidos se aclararon se percató de lo que acababa de suceder. De golpe, se puso de pie y le extendió una mano a la chica con la que había tropezado. Ella la tomó y se dejó ayudar.
—Lo siento mucho —decía JungKook avergonzado, haciendo una reverencia —no presté atención por donde iba. De verdad lo siento. Espero no haberla lastimado.
Levantó la mirada esperando encontrarse con el rostro furioso de una joven pero en su lugar vió como ella le sonreía tímidamente. Recordó que no estaban en Corea del Sur, por lo que difícilmente le entenderían hablando en su idioma natal.
—No te preocupes, estoy bien —respondió ella en coreano, sorprendiendo a JungKook —¿Tú estás bien?
JungKook estuvo por responder pero JiMin llegó a su lado. Este colocó su mano sobre el hombro del más alto, tomando aire pues aún no se recuperaba del maratón de su vida.
—Vaya forma de detenerse, Jeon —dijo una vez recuperó el aliento. Luego se dirigió a la joven frente a ellos —Excuse Me. My... my friend... not... not normal.
El de más pequeña estatura intentaba disculparse graciosamente en inglés. Mientras tanto, JungKook intentaba no reírse.
—Hyung... —intervino JungKook aún sosteniendo la risa —ella habla el mismo idioma que que nosotros. Te entenderá si le hablas en coreano.
—Oh... ¿enserio? —preguntó su mayor a lo que ella asintió tímidamente. Un intento fallido de hablar otro idioma en vano —Bueno, en ese caso, disculpa a mi amigo, suele ser un tonto despistado.JungKook se quejó y le dió un leve empujón a su mayor y la chica rió por el comportamiento de estos dos.
—¿Dónde quedó el respeto, Jeon? Se supone que soy tu mayor —se quejó JiMin con un puchero.
Había algo que no parecía normal. Y no, no era que JiMin no se había tropezado en todo lo que llevaban de recorrido.
No era por alardear ni nada pacerido, pero BTS era un grupo mundialmente famoso, y que esta chica no hubiera llamado la atención de más fanáticos por medio de gritos y emoción no le parecía lógico. ¿Tal vez pensó que eran un par de asiáticos comunes y corrientes de vacaciones? No, no parecía posible. Ni que fuera todos iguales.
El teléfono de ambos chicos vibró, sacando a JungKook de su trance mental. Era un mensaje de sus mayores pidiendo que regresaran.
—Oh, ya tenemos que regresar —dijo JiMin con una sonrisa; sus ojitos desaparecieron —Lamentamos lo que pasó, no fue intencional. Y muchas gracias por no tomarlo mal.
Ambos chicos se despidieron y empezaron a alejarse el la chica los detuvo.
—¡Esperen! —dijo y se acercó a JiMin. Le extendió el billete que anteriormente le había quitado JungKook y que había soltado al chocar con ella.
—¡Muchas gracias! —dijo JiMin emocionado por recuperar su dinero.
—Rayos... no debí soltarlo... —se lamentaba JungKook.Ahora sí, se despidieron propiamente y cada quién retomó su camino.
—¡Al fin aparecen! —les dijo Nam —A Jin estuvo punto de darle un ataque.
—Lo sentimos, hyungs —se disculpó JiMin.
—Lo importante es que ya estan aquí —dijo Jin Vamos, aún tenemos mucho por hacer.Todos empezaron a caminar dejando a JungKook atrás.
Ni siquiera él sabe como, pero en sus manos tenía un teléfono celular que definitivamente no era el suyo y no era de ninguno de los otros miembros. Seguramente era de la pobre chica a la que había hecho tropezar.
«Necesito devolvérselo» pensó. Miró hacia todos lados esperando encontrarla, pero no fue así.
—¡JungKook! No te quedes atrás —gritó a distancia el más pálido de todos.
—Voy enseguida —respondió.Guardó muy bien este teléfono y siguió a sus mayores.
Ese teléfono sería la excusa perfecta para hablar de nuevo con ella y comprobar su teoría.
¿Ella lo había reconocido?
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¡Hola, hola!
¡Yah! Nunca me imaginé haciendo algo parecido.
Pero aquí está este libro con pequeños fragmentos de un hermoso ship que nuestras cabecitas han creado.
Espero que les guste mucho. ¡Por favor, dénle amor!
Kim&Kim.