Capítulo VI - "Enjambre"

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Dante los interrumpió, pues la horda cada vez estaba más cerca, se formaron en fila frente al portón con todas las armas, comenzaron a disparar a la enorme horda, había un gran ruido, el aire olía a pólvora quemada y a muerte, por varios minutos estuvieron disparando, en un momento un podrido tomo la camisa de Tadeo, estaba a punto de morderlo y Raúl comenzó a despertar, vio a Tadeo en las manos del podrido y gritó…
-¡Hey, hey!
Alan lo vió y jaló a Tadeo, se comenzaron a amontonar los podridos en el portón, Alan gritó...  -¡Granada!-
Todos saltaron hacia atrás y Alan lanzó dos de las granadas que tenía en el cinturón, cayeron y todos los podridos del portón, volaron y murieron al estallar las granadas, y Raúl grito…
-¡No mames!  Se murieron- Y todos rieron.
Pasaron un par de horas y descansaron todos, Alan curó y suturó la herida de Raúl con hilo y aguja, vendó su cabeza y Alan y Sebastián se pasaron toda esa tarde conversando de como habían sobrevivido, incluso Alan le contó que había encontrado un cuerpo con un gafete con su mismo nombre…
-¡Wey!, No soy el único Sebastián- Le dijo Sebastián golpeando su hombro.
-Tenia la cara quemada, ¿¡Qué querías que pensara?!- le respondió Alan notablemente estresado.
-Oye,  tranquilo viejo- le dijo Sebastián a Alan imitando a un famoso.
-¿Por qué mejor no nos cuentan un poco más de ustedes?- dijo Tadeo avivando un poco más las llamas del fogón- ni siquiera sé quien es tu amigo Sebastián.
-Ya te había contado de él Tadeo- le dijo Sebastián- el es mi amigo desde antes de que esta mierda comenzara a ponerse fea.
-¿El que estudió medicina?- lo cuestionó Tadeo arrojando el palito con el que avivaba las llamas para que se consumiera.
-Si- esta vez respondió Alan- estudie 4 años de medicina, junto a este de aquí- Refiriéndose Alan a Sebastián.
-Yo estudie ingeniería en sistemas computacionales- le dijo Tadeo- terminé la carrera, pero siempre que quería preguntar por vacantes o no contestaban o no habían, así que comencé a trabajar en RadioShack durante mi primer verano después de terminar la carrera, y en Steren antes de que esto comenzara, fue un año aproximadamente, por eso sé de tecnología, además de un poco de todo por investigar por mi cuenta.
-¿Así que sabes de cosas chico?- le preguntó Alan mirando a Tadeo.
-Si señor- le contestó Tadeo- sé hacer algunas cosas, todo me lo enseñó mi madre- dijo recordándola con nostalgia -También se muy poco de psicología y psiquiatría, aunque sé que eso no es necesario ahora, pues lo importante es no perder la cordura.
-No me digas señor- le dijo Alan poniendo su mano en su hombro- me haces sentir como un ancestro.
Tadeo soltó una risa nerviosa y siguió cocinando la cena del día; culebra rostizada.
-Bueno, ¿Y tú?- preguntó Tadeo a Raúl- ¿Cuál es tú nombre y desde cuándo conoces a Alan?
-Haces muchas preguntas, ¿No crees niño?- le dijo Raúl con una expresión de enojo a Tadeo.
-No te preocupes- le dijo Alan a Tadeo- solo tuvo un mal día, y cuando tiene malos días se pone así.
-Bueno, ¿Qué día no es malo ahora?- dijo Tadeo filosofando.
-Creo que vas a querer enseñarle a este chico muchas cosas Alan, es muy curioso y está preparado para aprender- le dijo Sebastián a Alan sonriendo.
-¿Te parece si en la mañana te enseño a disparar un revólver?- le preguntó Alan a Tadeo.
-¡Por supuesto!- respondió entusiasmado el más joven del grupo- siempre quise aprender a disparar un arma, siempre me pareció emocionante.
-Entonces ve a dormir- se levantó Alan y corrigió- mejor vayamos a dormir, que ya es tarde ¿Hay más casas disponibles?-
-Si- respondió Sebastián- puedes tomar la que está a lado de la de Tadeo, Raúl puede dormir con Dante, es la casa que está más hasta el fondo.
-Tu vas a dormir en la habitación que está al fondo de la mía, no te conozco y mejor ni te me acerques- le dijo Dante a Raúl con cierto desagrado.
-Como sea, de todas formas ya quiero dormir- dijo Raúl levantándose y yendo en dirección a la casa de Dante.
-¿Siempre es así?- le preguntó Sebastián a Alan.
-Se desmayó por deshidratación, insolación, perdió mucha sangre en la pierna y lo ayudaron a escapar- enumeró las razones por las que Raúl podría estar así- el es muy orgulloso y esas cosas, en fin, vamos a dormir de una vez.
-Yo apagaré el fogón- le dijo Alan a Tadeo, el que siempre lo apagaba- vete a descansar de una vez.
-¡Gracias!- y el chico se echó a correr a la casa 38.
-Bueno amigo- dijo Alan tomando el hombro de su compañero fraternalmente- es genial tenerte de vuelta.
-Digo lo mismo compañero- y se abrazaron fraternalmente- nos vemos.
Y todos fueron a descansar.
Todos se despertaron a la misma hora 9:30 a.m., aunque Tadeo era el que tenía más energía por la petición de Alan.
-¿Desayunamos?- dijo Tadeo ofreciendo pan algo duro y dos botellas de agua entre los cinco.
Todos tomaron sus platos y comieron, el pan tenía un poco de moho, el único que no estaba comiendo era Raúl.
-¿Vas a seguir de diva Raúl?- le dijo Alan comiendo su pan.
-Sabes que yo soy así- dijo Raúl apoyado en la pared de una casa.
-No hay nada malo, solo un poco de moho- le decía Tadeo.
-La verdad, solo tenía hambre- dijo Sebastián.
-Bueno chico- dijo Alan dejando su plato en el suelo y levantándose -Te prometí enseñarte a disparar con el revólver, vámonos-
Tadeo se fue atrás de Alan, se notaba que estaba emocionado.
Pero de repente empezaron a disparar al condominio. Los disparos se oían desde donde estaban y todos se pusieron a cubierto.
Tadeo fue lentamente hacia su casa y no salió más.
-¡Ustedes!- gritó una voz fuera del condominio- van a darnos todo lo que tienen, o los mataremos. Además, sabemos que aquí están esos idiotas que escaparon sin dejarnos nada.
-¿Conoces a estos tipos Alan?- le preguntó Sebastián a Alan.
-Si- le respondió rápidamente- esos son los que  atacaron nuestro campamento, quieren matarnos, son los anarquistas.
Los anarquistas comenzaron a disparar con metralletas, así que todos se cubrieron detrás de los autos, las balas volaban encima de ellos, tirados en el piso, se acercó Raúl a Alan y le dijo -¡Sabía que nos encontrarían!, no debimos venir en primer lugar- dijo alarmado y Sebastián le preguntó a Alan -¿Qué hacemos?- Alan sintió inmediatamente una enorme carga de responsabilidad, en ese momento sonó la radio, Alan la tomó, en ese momento los balazos pararon para que los anarquistas recargaran.
-¿Hola?- dijo Alan confundido y susurrando -Soy yo Tadeo, tengo un rifle de cacería, ¿Qué hago?- dijo Tadeo muy asustado -Necesito que les des desde arriba- dijo Alan.
Tadeo abrió la escotilla improvisada que había en el techo de su casa, y tomó un rifle de caza modelo Remington 700.
Apuntó a la cabeza de un anarquista, pero primero le preguntó a Alan -¿Cómo funciona esto?- Alan apresuradamente le dijo cómo -Debajo de la mirilla hay una palanca, la levantas, la jalas hasta que tope y la regresas a su lugar y ya- Tadeo lento y algo pausado, recargó el rifle, apunto y disparó.
La bala perforó la cabeza del tipo, dejando un charco de sangre.
Al momento de disparar Tadeo se recostó sobre las tejas, escondiéndose y tomó su radio diciendo…
-Alan, he visto cuantos son, son como diez, nueve con el que maté.
-Fue un buen disparo chico- dijo la voz de Alan con el típico ruido de la radio -ocúltate y dispara si es necesario.
-¡Mataron a Jaime!- gritó la voz de un muchacho de los anarquistas- ¡Nos la van a pagar!, También el estúpido de arriba.
De repente se empezó a oír el ruido de un camión, iban a tirar el portón.
Dante aprovechó ese momento para ir corriendo a abrir una casa, en ella guardaban las armas que habían conseguido.
Tomó una Colt1911, una M16 y una AKM y se las entregó a Sebastián, Raúl y Alan respectivamente.
-Acabemos con esos malditos- les dijo Alan a todos los que estaban ahí.
Todos recargaron sus armas y el camión se estrelló contra el portón, haciendo que este se torciera y que el camión se detuviera, dejando un charco de gasolina e inaccesible la entrada a los condominios.
Sebastián vio como Tadeo se preparaba para disparar otra bala, y le disparó al radiador del camión y este comenzó a humear.
Después de eso se comenzaron a oír gritos, eran gritos de los de afuera, una gran horda se acercaba y Tadeo fue quien les avisó a todos:
-¡Horda!-
Cuando los que estaban abajo se asomaron a ver qué tan grande era comenzaron a dispararle a todos los no muertos que cruzaban su rango de visión.
-¡Son demasiados!- gritó Raúl disparando.
-¡Chico, vas a dispararle al camión hasta que explote- dijo Alan tomando su radio mientras los demás disparaban.
-Puedo hacerlo- dijo Tadeo -La explosión tal vez sea lo suficientemente fuerte para acabar con todos.
-Sebastián- dijo Alan, ordenándole -Quiero que atraigas la horda desde la puerta de la reja, lleva Raúl contigo, Dante y yo mantendremos a los anarquistas del otro lado del camión, pero cerca de la horda y del camión.
-Tadeo, le dispararás al camión, sólo espera mi señal- dijo Alan a Tadeo guiándolo.
-Vamos, tú, Raúl, al portón de este lado- ambos corrieron al portón y dispararon, los podridos los siguieron a ellos, comenzaron a disparar a matar, así que comenzaron a morir.
-Ven acá Dan- contendremos a los anarquistas, corrieron al camión, contuvieron a los podridos y a los anarquistas en un radio cercano al camión, los contuvieron abriendo las puertas de los autos para que no salieran de ahí.
Pasaron pocos minutos para que el líder de la anarquía tomara por el cuello a Sebastián.
¡Suéltalo! - gritó Alan
-No más trucos hijo- dijo el líder anarquista -Sólo queda un laboratorio de Nec-Tec y quiero llegar a él vivo- Alan confundido y sorprendido le preguntó…
- ¿De qué hablas? Mejor cállate y dame a mi amigo para después considerar no matarte- dijo alteradamente Alan.
- ¿A cambio de qué?- y Alan bajo su arma y se ofreció…
-A mí, llévame a mí- dudoso el líder anárquico fue relajando su mano del cuello de Sebastián poco a poco, Alan tomó el brazo de Sebastián y gritó…
- ¡Ahora Tadeo! -  Y pateó al líder, mientras Tadeo disparaba al camión y los podridos. El líder anárquico gritó desesperadamente, mientras veía como disparaban al camión para hacer explotar la gasolina:
- ¡Por favor, déjanos entrar y te diremos todo, todo sobre Nec-Tec, y dónde están, ten piedad, por el amor de Dios!
Sebastián y todos los demás se detuvieron para ver cómo Tadeo daba balazos al contenedor de gas, eso se hubiera visto como una escena de película de acción, lamentablemente ya no se pueden hacer más de esas.
Después de diez disparos, el charco comenzó a flamear la gasolina y empezó a arder, en una de esas le dio al candado de una puerta trasera del camión por la cuál salieron 3 personas.
Alan se acercó lentamente al líder y le dijo detenidamente, -Mataste a mis amigos, conocidos y seres queridos… y a Dana… ¿y me pides misericordia?- Se acercó Alan aún más y dijo -¡No te la mereces!-
-Se les acabó el tiempo imbéciles- dijo Tadeo y disparó una bala más a la gasolina derramada haciendo que todos los no muertos explotarán y algunos cuantos más se quemaron, junto con los anarquistas.
-Ahora sólo tenemos que esperar a que el camión termine de quemarse y lo movemos- dijo Alan.
Tadeo salió de la casa en ese instante.
-¿Pero como lo vamos a mover?- preguntó Tadeo -No creo que podamos moverlo con fuerza bruta.
-¿Qué tal si ponemos unos autos a funcionar y lo empujamos con ellos?- sugirió Dante.
-Dante- le dijo Sebastián golpeando su hombro y repitiendo dos veces más su nombre- es la idea más estúpida que te he oído decir, en esta calle y en todo este municipio no hay gasolina.
De repente oyeron que algo se cayó cerca de la casa de Alan.
Todos tomaron sus armas y se acercaron ahí, y al asomarse vieron algo que no se esperaban.
-Por favor, no nos maten- dijo un chico de cabello castaño, piel blanca y algo fornido y de unos 25 años, a lado del chico había otras dos chicas, una con el cabello atado en una cola de caballo, tez morena y la otra con cabellera cobriza y tez blanca- nosotros vimos la explosión del otro lado de la calle  después de salir corriendo del camión y supimos que nuestros raptores habían muerto.
-¿Quiénes son ustedes?- preguntó Tadeo.
-Soy Christopher- dijo el chico levantándose lentamente- la chica de cola de caballo es Lara, y la chica pelirroja es Edith.
-¿Por qué vinieron a pesar de ver la explosión?- preguntó Alan aún apuntándoles.
-A cada uno nos amenazaron con matar a uno de nosotros- dijo Edith- me dijeron que matarían a Christopher si no iba.
-Y a mí me dijeron que matarían a las dos- dijo Christopher temblando de las piernas.
-Hey- les dijo Tadeo -No se preocupen, no vamos a matarlos.
Sebastián jaló repentinamente a Tadeo…
-No podemos estar aceptando y aceptando gente, si no es casa hogar, o ¿Tú qué piensas Alan?- Alan lo pensó unos segundos y dijo -Los vamos a ayudar, les haremos creer que están siendo aceptados, moverán el camión y después, afuera- así que les dijeron.
-Necesitamos mover ese camión- les dijo Alan- ¿Alguno de ustedes sabe dónde podemos encontrar algo para moverlo?
-Si- dijo Lara- en nuestro campamento hay una grúa lo suficientemente fuerte para mover ese camión, podemos llevarlos si nos aceptan en su grupo.
-Tendrán que esperar a que tomemos una decisión- les dijo Alan- no podemos simplemente hacer ese trato tan fácilmente.
-Además, ¿Cómo sabemos que no nos están mintiendo?- agregó Dante.
-Nosotros odiábamos a esos tipos- dijo Christopher- ellos nos tomaron como mano de obra barata, hacíamos todos los trabajos de todos.
-Uno de esos cerdos me tocaba siempre que quería- decía Edith con la cabeza gacha.
-Vayan a mi casa- dijo Tadeo -Es la 38, Tadeo volteó y le dijo a Alan y Sebastián -esperen ahí hasta que tomemos una decisión, la cerraré por dentro y me quedaré la llave, por si intentan algo.
-Aceptamos esa condición- dijo Christopher y las chicas lo siguieron -Aunque de verdad no planeamos nada contra ustedes, se ve que son buenas personas-
Los recién llegados entraron en la casa y Tadeo la cerró quedándose la llave como dijo.
Y se reunieron en la casa de Sebastián a pensar.
Alan se levantó en medio de la sala y le dijo a Sebastián, Raúl y Tadeo…
-Queda un laboratorio Nec-Tec-
-¿Qué es Nec-Tec?- Preguntó Tadeo mirándolos a todos, que tenían una cara de asombro enorme.
- ¿Estás hablando en serio Alan?- le preguntó Sebastián- ¿Quién te dijo eso? Esa compañía ya no existe desde que la infección se propagó a gran escala.
- Estás seguro de haber escuchado eso, no quiero perder el tiempo buscando algo que no existe- dijo Raúl advirtiéndole a Alan.
-Entonces, ¿Quién lo dijo?- preguntó Sebastián alterado.
-Fue el líder- dijo Alan.
Todo quedó en silencio.

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