Oceans

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Hola bellezas! Como lo prometido es deuda y mejor tarde que nunca, les traigo la continuación de esta cosa sad y rompe corazones.
Escribí tanto que lo tuve que separar en un par de capítulos asique van a sufrir un rato (?)
Como con el otro cap, les dejo una canción que se me hace acordé a la situación aunque va en general para esta parte y más que nada para lo que sigue pero bueno, ustedes verán.
Espero disfruten tanto como con la parte anterior y me dejen sus opiniones 💕


Tony Stark mentiría si dijera que lo ocurrido la semana anterior, aquella noche lluviosa en New York, no le había afectado y que no pasó la noche entera embriagandose y llorando. De hecho, esa era la razón exacta del retraso al vuelo se su avión privado, del fuerte dolor de cabeza y la cara de “odio al mundo” que llevaba, más no le dijo nada de lo ocurrido ni a Pepper ni a Rhody. Prefería guardarse las penas para sí mismo, eso y el hecho de que no se sentía listo para hablar de lo ocurrido aún, era una herida reciente y prefería mantenerla cubierta aún para que nadie le pusiera los dedos encima o la viera siquiera. Su corazón dolía, sus ojos estaban irritados y sus manos temblaban ligeramente por el coraje así como lo estarían haciendo las de Strange seguramente pero por razones diferentes.

Soltó un fuerte suspiro sintiendo el sol y el viento sobre la cara mientras al avión y su mejor amigo le regalaba por la tardanza. En ningún momento se quitó los anteojos de sol y uso cualquier tema banal para entablar conversación y distraer su mente de los dolorosos recuerdos. Para cuándo el avión aterrizó, ya había estado bebiendo alcohol nuevamente y el dolor de cabeza había pasado a segundo plano. Así como quien no quiere la cosa, dió la presentación del misil haciendo uso y gala de sus encantos y terrible sentido del humor. La idea de viajar en un convoy con un grupo de soldados ajenos a su vida, lejos de su amigo y cualquier otro conocido le daba cierta tranquilidad al saber que nadie preguntaría por Strange ya que a pesar de los años, su relación no era pública y eso le quitaba ligeramente el peso de los hombres.

Sus pensamientos se habían ido nuevamente a la noche en que su vida y la de Stephen tomaron rumbos separados. Dolía. Dolía demasiado. Perder a la persona que había sido su todo durante tantos años era como perder una parte de si mismo y ya no sabía cómo vivir sin el pero desde el accidente, meses atrás, Strange no era el mismo, no era el hombre del que se enamoró, no era la persona con la que había prometido pasar el resto de su vida.

Cerró los ojos con fuerza mientras apretaba el vaso en su mano con fuerza hasta que sus nudillos estaban blancos, podía jurar que el cristal estaba por ceder cuando los chicos que viajaban con el le sacaron de sus pensamientos y se dió la oportunidad de bromear con ellos momentáneamente y distraerse.

Todo pasó demasiado rápido. Pareció una fracción de segundo en la que pasó de estar burlándose y riendo con los jóvenes soldados a estar tumbado en la arena caliente, bajo el sol abrazandor, abriendo con desesperación su camisa para ver cómo había trozos de metal clavados en su pecho y este sangraba sin parar por una de sus propias armas. La respiración le falló y en lo único que pudo pensar antes de que sus ojos se cerraran y calleta en la inconsciencia fue en una sola persona y ese era Stephen Vincent Strange y en lo que daría por verlo una vez más y solucionar todo. Con aquel amargo pensamiento en mente, todo a su alrededor de sumió en obscuridad, una fría y profunda obscuridad, los únicos momentos de lucidez que tuvo fue cuando su cabeza estaba metida bajo el agua y le preguntaban algo que no entendía, la siguiente vez fue rodeado de un grupo de hombres hablando en un idioma extraño mientras sentía un terrible dolor en el pecho y lograba divisar unas gasas empapadas de sangre.

Para cuándo abrió los ojos una vez más, su mente le recordó esos breves lapsos de conciencia mientras la molestia en su pecho le hacía bajar la mirada horrorizado al notar los cables saliendo de entre los vendajes. Con desesperación casi nublado por el miedo, jalo de los vendajes dejando al descubierto el electromagnéto conectado a la batería de auto mientras el aire no alcanzaba para llenar sus pulmones y sus ojos se llenaban de lágrimas. Se habría largado a llorar de frustración y dolor hasta desgarrar su garganta de no ser por una voz llamó su atención pidiéndole tener cuidado de no abrir las heridas de la reciente cirugía improvisada.

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2019 ⏰

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