Te amaré hasta el final de mis días.

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Nunca pensaron que volverían a encontrarse después de tanto tiempo. El cruzarse en una Guerra del Santo Grial parecía imposible, pero allí estaban, ambos siendo Saber de dos bandos distintos. Era un evento único en la Guerra por el Santo Grial y podría nunca volver a repetirse.

Para Bedivere y Arturia fue impactante volver a verse. Ninguno quería luchar contra el otro, la primera razón era el respeto mutuo que ambos tenían y la otra era el amor, ambos se amaban, aunque el otro no lo sabía. Bedivere siempre amó a su rey con sinceridad y saber que era realmente una mujer no le decepcionó en lo absoluto, al contrario, estaba más que encantado con ello; hubiese sido hombre o mujer, él le serviría hasta el final de sus días, porque la amaba, la amaba tanto que en su pecho no cabía tanto amor. Para Arturia fue como si su corazón diera un vuelco, no recordaba tener tales sentimientos por su caballero, pero los tenía, tan sólo verlo provocaba una calidez indescriptible en su pecho y solamente deseaba correr hacia sus brazos y nunca separarse de ellos.

Arturia se encontraba en la habitación que le había dado su master. Era un lugar bastante cómodo, pese a que ella no necesitaba dormir, le gustaba recostarse en la cama y recobrar energías. Esa noche oyó como alguien se colaba en la casa, lo cual la hizo ponerse alerta, pero sus guardias bajaron al ver al hombre se finas facciones y cabello platinado frente a ella.

—Bedivere. — Dijo con suavidad.

—Mi rey.— Dijo él haciendo una reverencia y tomando la delicada mano de la rubia para depositar un beso sobre su dorso.

Sus ojos se encontraron y en ese momento se sintió como si el mundo a sus alrededores desapareciera. Bedivere se puso de pie mirando a su rey, era tan hermosa y se veía tan delicada como una flor, aunque sabía que ella era más fuerte que todos los hombres que conocía. Temió tocarla de nuevo, pensando que podría ser reprimido.

El rey de los caballeros estaba esperando algo, no sabía qué, pero ver a Bedivere sin hacer nada la decepcionó. Si decir nada se recostó en su cama, en silencio, no sabía que hacer o que decir. Temía dejar fluir sus sentimientos y que él pensara mal de ella.

Después de unos minutos de distancia y silencio, Bedivere tomó el valor de recostrarse junto a Arturia y finalmente envolverla entre sus brazos como había querido hacer desde hace tanto tiempo, sus mejillas estaba muy rojas y cerraba los ojos por la vergüenza. Arturia se sorprendió por las acciones de su caballero, pero en seguida cedió, correspondiendo el abrazo y dejando que una sonrisa se asomara pos sus labios.

—Te amo. — Confesó el caballero —Te amo como no tienes idea. Siempre te amado, rey Arturo. Te he amado desde que te conocí, te seguí amando aún cuando habías muerto y te amaré hasta el final de mis días. Soy devoto a ti, mi rey, siempre estaré a tu lado, no importa cuanto tiempo pase. Mi fidelidad no tambaleará y mi respeto por ti se mantendrá, aún cuando sé que eres una mujer. — Los ojos azul violáceo del varón se dirigieron a ella, para mirar aquel encantador rostro sonrojado y esos grandes ojos verdes brillando —Es tan hermosa, mi rey. Eres el ser más hermoso que mis ojos hayan visto nunca.

Arturia no supo que decir. Su corazón estaba latiendo con fuerza y sus mejillas estaban sumamente rojas ante las palabras de su caballero. Su mano se dirigió al rostro de Bedivere para acariciarlo, solamente para brindarle una amorosa sonrisa ¿cómo nunca se dio cuenta de que lo amaba? Estaba tan ocupada siendo rey que nunca pensó en sus sentimientos.

—También te amo, Bedivere. Desde hacía mucho tiempo, aunque nunca me di cuenta de ello al estar tan ocupada siendo rey. Estoy muy feliz de que sepas la verdad y que me aceptes como tú rey aún.—

—Ya le dije, mi fidelidad no va a tambalear por algo tan trivial. Usted es el mejor rey que existe y yo la amo.

Tras verse unos breves segundos, Arturia fue quien dio el primer paso para besar sus labios. Bedivere sintió que su corazón iba a estallar de la felicidad cuando probó los dulces labios de su rey. Él correspondió a ese beso con todo el amor y la ternura del mundo. Amaba a su rey, realmente lo amaba y ella amaba a su caballero como nunca amó a nadie.

El rey y su más fiel caballero [Bedivere x Arturia One-Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora