OS: Sizzy training together

One Shot

Mi nombre es Meg, y es la primera vez que escribo algo así, esta idea surgió gracias al tuit de una mutual (Angie, si ves esto tkm), después de un tiempo me dije "por qué no hacerlo?".
Realmente no espero que lo lean muchas personas, lo hice por puro gusto y placer (y porque necesitaba algo así de ellos). Sean bienvenidos.

Sizzy training together

—Separa las piernas.–dijo la pelinegra golpeando su tobillo hacia afuera con la vara.

–Eso dolió–soltó Simon con un jadeo, llevaban apenas una hora de entrenamiento pero estaba exhausto luego de la misión con su parabatai.

–Esa era la intención–exclamó Isabelle.– Te dije que separes las piernas.– lo retó.

–Hey, sé como hacerlo– se defendió, mientras la señalaba.– Simplemente hoy estoy algo cansado–.

–Te recuerdo que fuiste tú quien tuvo la idea de venir aquí– soltó Isabelle mientras lo contemplaba divertida, estaba hermoso con sus rizos algo aplastados y ligeramente alborotados, su respiración estaba acelerada debido al esfuerzo.

–No me refería a esto cuando mencioné que deberíamos reunirnos en la sala de entrenamiento en medio de la noche– repuso moviendo las cejas de forma sugestiva.

–Deja de hacer eso– contestó riendo.– Aunque... Si logras vencerme, luego podemos hacer lo que quieras.

–¿Lo que yo quiera? – susurró, mientras caminaba hacia ella.

–Si, lo que tú quieras.

–No puedo rechazar tal oferta.– dijo él.

–¿Podemos seguir?– sugirio, mientras se posicionaba frente a el rizado. Simon asintió.

Sus varas chocaron con un estruendo una y otra vez, Simon levantó su pierna para bloquear la vara pero Izzy fue más rápida y golpeó su otra pierna con un limpio movimiento que lo llevó al suelo.

–Vamos Lovelace, ¿acaso no has aprendido nada en la Academia?– dijo mientras apoyaba la vara en su hombro y caminaba a su alrededor con una sonrisa ladeada.

Ella lucía preciosa, incluso en ropa de deporte y con algunos cabellos que escapaban de sus trenzas. Sus marcas resaltaban en su pálido pero fuerte cuerpo, sus cicatrices lucían brillantes y hermosas, salpicando la piel de su cuello y sus brazos; había personas, incluyendo la misma Isabelle, que creían que las cicatrices la hacían menos atractiva, pero no era así, no podría haber nada en ella que la haga menos hermosa ante sus ojos.

-Deja de mirarme así- dijo ella con fingido enojo, arrojando su vara a un lado de la sala de entrenamiento.

- ¿Cómo lo hago?- contestó él, cruzando los brazos por detrás de la cabeza, acomodándose en el suelo.

- Basta Simon, no hemos terminado ¿o acaso tienes miedo de volver a caer ante la increíble Isabelle Lightwood?– espetó levantando una ceja.

- Oh por el Ángel- dijo el castaño levantándose del suelo y yendo hacia su prometida.– Quiero besarte– murmuró mientras acercaba su rostro al de ella. Pero Izzy giró su cabeza hacia un lado, y lo miró sonriente.

–Izzy– bufó, alejando sus manos de la cara de la chica.

—Teníamos un trato.

Simon rodó los ojos, retrocedió, y lanzó un golpe hacia Isabelle que fue esquivado por ésta sin esfuerzo.
Cuando Izzy se movía con rapidez, era difícil de predecir sus ataques, su cuerpo giraba con total agilidad, vió que algo se movía en su brazo, y al instante oyó el sonido del látigo de electrum siendo disparado por encima de su cabeza.
En un parpadeo tenía el látigo enroscado en ambas piernas, Isabelle tiró de él hacia adelante y cayó, quedando tumbado en el suelo.
Él sonrió hacia ella. Ella retiró el látigo y puso un pie en el pecho del otro, acomodó su brazo en su rodilla y lo miró atentamente. Simon estaba maravillado.

–Me rindo ante la autoridad de la Clave. – exclamó, sin quitar la sonrisa de su rostro, mientras colocaba las manos a la altura de su cabeza.

Isabelle comenzó a reír, no podía creer que estuviese completamente enamorada de ese lindo idiota.

Quitó su pie y se acercó lentamente hacia el castaño. —Te amo.– murmuró sobre los labios de él. Y lo besó, rozó sus labios suavemente varias veces, delineó con la lengua su labio inferior y lo mordió sin prisas...

.–Y yo a tí– murmuró Simon entre beso y beso.

Las manos de Simon recorrían suavemente su espalda, bajando hacia sus piernas, mientras ella acariciaba sus hombros delicadamente.
Isabelle sentía su cálido toque como si le pasase una antorcha encendida por su piel en lugar de sus dedos. Se separaron lentamente, bajando la intensidad de sus besos. Sus miradas chocaron y en ellas se reflejaban el amor tan puro que sentían, el cual aumentaba día a día.

–Sabes, no gané pero aún podemos ducharnos juntos– dijo el castaño, tenía los labios rojos y los ojos brillantes.

–Por supuesto, futuro esposo–exclamó riendo, volviendo a besarlo.