*UN AMIGABLE ENCUENTRO*

94 5 0
                                    

Luego de que entrara la luz por la ventana de la habitación que nos habíamos metido, desperté a Sam para comer unos bocadillos y seguir con la búsqueda.

Desarmamos la carpa, guardamos todo y salimos lentamente.

No había rastros de lo que nos estaba persiguiendo ayer pero no me lo quisiera encontrar de nuevo.

Cada vez que avanzábamos nos perdíamos más y más. Era como un laberinto.
Puertas corredizas por aquí, escaleras por allá, ascensores por doquier...

Seguimos caminando por horas, pareciera que el tiempo se complotaba para que nos agarre la noche.

Creo que eran las 7 PM en el momento que escuchamos el rechinar de una madera dentro de un compartimiento. Fuimos a investigar.

Cuando me acerqué a la puerta de dicho lugar, había un hombre...un soldado correctamente hablando. Pero estaba de espaldas y agachado, además de que no había mucha luz en el lugar por lo que decidí alumbrarle con mí linterna (previamente me armé con un hierro que tenía a mí alcance).

(Encendí la linterna).

-Disculpe señor- le dije.

El soldado se para rápidamente, saca su pistola y me apunta a la cabeza.
Solté el hierro y me puse en posición de vulnerabilidad.
Coloqué mis manos entrelazadas a la cabeza y me agaché en cuclillas.

-Tranquilo Señor, soy Marc Nilsson. Vengo del exterior en busca de los padres de mí amiga- le alcancé a murmurar ya que es lo único que me salió en ese momento.

-Cómo Diablos entraron? Sabes que esto es una zona restringida y nadie puede salir ni entrar a este lugar?.
Cómo se que no eres una de esas maldita cosas que me pase matando estos últimos días?- acotó el uniformado.

-Los padres de mí amiga son de cargo importante aquí adentro así que les sacamos todos los códigos que pudimos encontrar en su ordenador y pues aquí estamos.-

-No van a sobrevivir mucho tiempo solos, si sería ustedes volvería por dónde vinieron y trataría de ir a un psicólogo para olvidar todo lo que ví en éste maldito lugar-

-No podemos señor, prometí a mí amiga que iríamos con sus padres y eso haré.
Así que con todo respeto señor me gustaría ir con usted y que  nos enseñe a sobrevivir en este lugar-

-No me queda otra opción, tendré que sumarlos al equipo pero tengo varias reglas.
_Nunca vuelvo atrás. Te caes, te mueres.
_No andar de noche.
_Evitar ser mordido, de lo contrario tendría que volarte la cabeza ya que te convertirias en esa cosas.
_debes aprender a manipular las armas quieras o no.
Y creo que esa serían todas.- Dijo el soldado.

-creo que no tenemos opción, así que sí, acepto sus reglas.
Por cierto, cómo se llama?- le dije.

-Me llamo John Lemar, jefe segundo de la división de anomalías del sector 4- respondió.

Luego de esa interesante charla con el Jefe Lemar, éste nos llevó a la sala de armas. Allí nos iba a enseñar a manipular las mismas a mí y a Sam. No les voy a mentir estaba feliz. Por fin iba a agarrar un arma y Sam iba a verme como el adolescente que salvó a la familia de la chica que le gusta o al menos eso me imagino en la cabeza.

 Por fin iba a agarrar un arma y Sam iba a verme como el adolescente que salvó a la familia de la chica que le gusta o al menos eso me imagino en la cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ÁREA 51Donde viven las historias. Descúbrelo ahora