Imaginary Ent.

v.

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Mike y Delsin no solían pelear.  Si bien tenían arrebatos y Michael descargaba su ira sobre su amigo, jamás discutían totalmente, se querían demasiado y no podían pasar mucho tiempo separados. Pelear significaba eso.

Pero esa mañana Delsin estaba cansado, hambriento y furioso.

Y Mike estaba siendo irritable y molesto.

Delsin no lo soportó más.

De repente los diecisiete años con Michael pegado a él fueron suficientes.

Tomó un cuchillo de la cocina y lo ocultó en su pantalón. Mike solía jugar con su cabello, acariciar sus brazos, morder su cuello, recorrer su torso, pero jamás lo encontraría en sus pantalones.

Guardó su mano ocultando el cuchillo y volvió con Mike. Estaba observando por la ventana. Estuvieron en calma por unas horas. Sentados al lado, observando al vacío, disfrutando de su compañía mutua.

Hasta que Michael explotó, de la nada. Comenzó a empujar y a gritar a Delsin.

Los oídos del chico pitaban y se sentía mareado.

Entonces, sacó el cuchillo y atravesó el pecho de Michael. Sintió como si hubiera atravesado chorro de agua corriente.

La sangre abandonó su rostro, su mirada quedó en blanco.  

—Me ibas a apuñalar… —dijo Mike sin aliento, observando el cuchillo —¡Querías matarme!

Delsin no hablaba. Su mandíbula calló. La presencia de Michael jamás lo había asustado tanto.

—¡¿CREÉS QUE PUEDES DESHACERTE DE MÍ?! —Gritó con rabia.

Le arrebató el cuchillo y señaló a Delsin con él.

—¡JAMÁS TE DESHARÁS DE MÍ! ­—Gruñó y cortó una fina línea la mejilla de Delsin con un movimiento rápido. —Acéptalo.

Delsin se apretó la herida por la cual sangraba. Michael desapareció ante sus ojos.

Más tarde su madre le preguntó qué le pasó en la mejilla.

—Michael lo hizo.

Delsin arrojó todos los cuchillos de la casa al otro día.

Y jamás volvió a atacar a Michael.