cero.

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Soñé que todo iba bien, por un momento todo era perfecto, al menos para mí.


El sol de la mañana se colaba entre mis infinitas cortinas, las que puse con la particular necesidad de esconderme de las miradas del exterior. Los rayos de luz se posaban sobre mi rostro, la única parte de mi cuerpo descubierta. Sin siquiera haber abierto los ojos del todo, mi mano ya se había encaminado en la búsqueda de mi teléfono, el cual guardaba un mensaje que llevaba esperando toda la noche: "buenos días, cielo, ya queda menos para vernos y es lo único que importa". Sonreí aliviada tras volver a dejar el teléfono a un lado, durmiéndome de nuevo sin apenas darme cuenta.


Cuando volví a despertar, aquellos amigos que me habían dado la espalda, ahora se encontraban en mi salón esperando a que saliera para desayunar. "Está bien, supongo que ya están bien, todos necesitamos nuestro tiempo", fue lo que pensé mientras me dirigía hacia el lugar. Todo estaba mucho más iluminado que de costumbre, más limpio, más pulcro. Me ofrecieron una manzana, la cual no tardé en coger entre mis manos para acto seguido poder darle un mordisco. Algo que se retrasó más de lo debido ya que no dejaban de darme conversación, de llevarme de un lado a otro, alargando así mi preciado bocado. Cuando por fin pude estar a solas, alcé mi mano en dirección hacia mi boca, y mis labios solamente pudieron saborear la ausencia de jugo, la sequedad, la podredumbre de una manzana podrida, una manzana que no fui capaz de tirar, pero tampoco de volver a morder. Me limité a observar mi entorno, todas las personas volvían a estar de espaldas, y cada vez se encontraban más alejadas de mí, hasta que desperté; con cero mensajes en mi buzón.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2019 ⏰

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