La dinámica era simple, sería inscrita en una nueva preparatoria por los meses que le quedan. Sin embargo, por aquellos rumbos escuelas donde se hablará un poco español eran nulas con la equivalencia a que Erre tendría que adaptarse sin hablar.
La madre de Erre consiguió trabajo en una empresa grande lo cual significaba menos mamá y más abuelos.
Erre practicaba su habla con su abuelo y ayuda de su abuela, pero la pronunciación se le seguía dificultando.
En la preparatoria hizo un grupo de amigos gracias a su buen humor y mímica pero el simple hecho de venir de México le costó racismo entre algunos alumnos, maestros y personas de la calle que valga la redundancia solo se dedicaban a tratar de hundir su persona en el lodo sin conseguirlo.
Erre tuvo apoyo de sus compañeros para avanzar en la preparatoria y saco un permiso para poder ir a cortar árboles secos con debida moderación gracias a la ayuda de los contactos de su abuelo.
Los tiempos libres Erre se dedicaba a ir al bosque en búsqueda de troncos secos y pasado ya el invierno le convendría aún más usualmente llevaba un machete, hacha y una motosierra la cual casi no utilizaba y en muchas ocasiones ni siquiera cargaba con ella ya que siempre cortaba árboles ya caídos, los ordenaba en montones fáciles de llevar para cargarlos.
Fue así que todo comenzó...
Un sábado de abril, el clima era simplemente perfecto el calor era contrarrestado con la brisa fresca y Erre se encontraba comiendo el lonche que su abuela le preparo. La anciana acostumbraba a preparar más de la cuenta en caso de que Erre se llegase a perder o se encontrara con un amigo.
La adolescente se encontraba sentada en una enorme roca observando la tranquilidad de los árboles notó movimiento no muy lejos de ella por lo que cerró bien su lonchera, tomó su machete con firmeza y caminó hacia aquel que emitía movimiento tratando de evitar ser vista pero las hojas y ramas no le eran de ayuda. Una vez suficientemente cerca observó a un hombre de tal vez ¿23 años? que se notaba confundido, de inmediato pensó que estaría perdido pues aquel bosque era un poco denso y Erre lo había explorado muy poco.
–Hey, ¿estás bien?– Preguntó acercándose al tipo que la miró observando directamente el machete que tenía en su mano, Erre lo guardo en la funda que se encontraba sujeta en un lado de su pierna.
La chica se quedó en blanco, ya no sabía qué hacer o decirle.
—¿Sabes cómo salir de aquí?— El chico habló emprendiendo un paso hacia ella con total desconfianza, la chica solo ascendió con la cabeza para después apuntar a un agujero en el cual el chico casi caía.
El chico observó esquivando aquel hoyo al tiempo que la chica se ponía de espaldas avanzando haciendo la seña con una de sus manos para que la siguiera hasta llegar a la roca.
—Mi nombre es Timothy Wright, puedes decirme Tim—. El chico observó a la chica que se detenía soltando un suspiro para después mirarlo, Tim acercó su mano que fue estrechada por la chica en forma de saludo.
Extendió su mano señalando a él para después señalar la roca haciendo movimiento con ambas manos para que se moviera.
—¿Quieres que me siente en la roca?— El chico estaba confundido y perdiendo la paciencia un poco, la chica movió la cabeza ascendiendo.
—Oye, no tengo tiempo para esto—. El chico sonó impaciente así que la chica insistió con sus señas hasta que el hombre accedió sentándose soltando un bufido.
Erre le ofreció algo de comida a lo que el chico lo dudo por un momento, dejó la comida a su lado y fue a acomodar los maderos para después sujetarlos firmemente con una soga.
Se acercó a donde el chico el cual vencido por el hambre decidió aceptar la comida, Erre lo reviso por un momento sin encontrar daño físico, guardo sus cosas y con señas nuevamente dio la orden para que la siguiera, cargo los maderos en su espalda junto al resto de sus cosas para caminar con algo de dificultad pues no hizo calentamiento antes de emprender su caminar.
—Erre, mi apodo es Erre—. Se limitó a contestar a la pregunta anterior, además que no sabía responder u hablar bien, aunque lo quisiera.
—No eres de muchas palabras—. Dejó en claro el chico mientras Erre se detenía un momento para beber agua, al terminar le ofreció al chico el cual acepto.
—No hablo inglés—. Fue lo último que dijo para seguir su camino.
—Oh, entiendo—. Expresó regresando la botella de agua, saco un cigarrillo que tenía en una de sus bolsas del pantalón para después encenderlo fumando tranquilamente cuando notó que la chica se detuvo en seco girando a verlo algo molesta.
Apunto el cigarrillo he hizo una señal para que lo apagara, Tim con un gesto de enojo se negó haciendo que la chica se cruzara de brazos negándose a seguir avanzando. Al entender que no se movería hasta seguir su indicación decidió apagarlo para continuar.
Erre lo guío hasta el camino a la carretera, se detuvo mirando al chico he hizo un gesto con su mano despidiéndose de él con una sonrisa haciendo que el chico correspondiera sin darse cuenta que no sería la única vez que se verían.
Erre llegó a casa extrañada de lo que había ocurrido, pero no toco el tema, las dos horas de caminata le habían servido ya que casi no comió por ayudar al otro chico. Estaba adolorida por haber omitido sus calentamientos así que su abuela la recibió con una deliciosa sopa.
Charlaron, rieron y Erre fue a darse una ducha para arreglarse que el show debía continuar casi de manera literal.
Tocaron a la puerta cuando Erre salía de la ducha, tocaban con euforia a lo que la anciana abrió dando paso a una pequeña niña de cabello rizado, castaño oscuro y largo, por su parte la menor soltaba risitas.
—¿Esta Erre?— Daba saltitos, la anciana fue por un par de cupcakes para ganar tiempo para su nieta.
—Lamentamos la molestia, ya es hora de irnos—. La voz del padre de la niña era fuerte y notoria, Erre bajó por las escaleras con prisa sujetando su máscara en sus manos saludando al hombre y a la niña.
Ambas habían creado un show de baile y mímica el cual habían creado en conjunto ya que Erre era niñera de la pequeña niña empezó como una actividad para pasar el tiempo mejorando con el paso de las semanas hasta que finalmente tomaron la decisión de presentar su actividad en público a modo de entretenimiento y para pasar el rato por lo que se presentan desde el fin de semana pasado en una plaza a 20 minutos en auto junto al padre de la niña, ese día nuevamente iban emocionada por presentarse y así ganar unas cuantas monedas para comprar dulces y en el caso de Erre rotuladores/marcadores de colores para decorar sus apuntes.
Los shows eran entretenidos y un fiel tributo a los Jabbawockeez de quién Erre tomaba inspiración para las coreografías que hacía con su pequeña acompañante. El público ríe, aplaude y participa ganándose un dulce a cambio, Erre no era reconocible debido a lo que le cubre el rostro y la vestimenta.
Sus días eran ocupados provocándole llegar cansada a casa, pero ese día había algo extraño que no encontraba manera de describir, pero gracias al cansancio la hizo pasar de largo quedando dormida en su cama.
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《Quebrado》
Random[Imagen de portada temporal] Las personas le llamaban Mimo pero su seudónimo se modificó a Memo, su familia le nombra "Erre" y su verdadero nombre le cuesta recordarlo ahora. Persona común, nada en especial. Gracias a su distracción y bondad termina...