Recuerda(me) [hernandrei]

Capítulo Tres (2)

Cuando llegaron donde Hernán, Juan Ángel saludó al conserje en la entrada del edificio. Charlaron lejos por unos minutos antes de tomar el ascensor hasta el piso de Hernán. Juan Ángel abrió la puerta con la misma facilidad que la había abierto la última vez que Andrei había venido aquí con él.

Era como si estuviera en su propia casa.

"Hernancito", gritó Juan Ángel al entrar en el departamento "¿Cuantas veces tengo que decirte que no debes dejar la puerta abierta?"

"Si no lo hiciera, no entrarías aquí cuando quisieras, ¿verdad?" Hernán respondió, su voz provenía de otra habitación.

Andrei entró por fin, cerrando la puerta detrás de sí mismo. Se quitó los zapatos y la chaqueta, sintiéndose repentinamente nervioso. Su corazón latía con fuerza en su pecho con la idea de ver a Hernán de nuevo. No se había dado cuenta de cuánto lo había extrañado hasta ahora.

"No has..." Hernán se detuvo cuando entró al living y los vio.

"Estábamos en casa de Andrei", explicó Juan Ángel mientras se dejaba caer sobre el sofá. "Y pensé que probablemente te gustaría algo de compañía".

Hernán ni siquiera miró a Juan Ángel. Sus ojos estaban pegados en Andrei. Abrió la boca, pero luego la volvió a cerrar.

"No me dijiste que estabas esperando a alguien", dijo Felipe cuando entró en la habitación.

Andrei parpadeó dos veces, preguntándose si había visto un fantasma. Sin embargo, cada vez que volvía a abrir los ojos, Felipe seguía allí. "¿Pipe?"

La sonrisa en la cara de Felipe se retrasó un poco, pero se acercó a Andrei con los brazos abiertos. "¡Andrei!" Lo envolvió en un cálido abrazo. "¿Qué estás haciendo aquí?"

"Queríamos visitar a Hernán", respondió Andrei, apoyando las manos en la espalda de Felipe. "¿Qué estás haciendo aquí?"

"Me quedaré con Hernán mientras esté en la ciudad". Felipe se echó hacia atrás, apretando los hombros de Andrei. "Por negocios."

Andrei frunció el ceño y miró a Hernán, que estaba mirando al suelo. "No me dijiste nada acerca de venir a Santiago".

Felipe se encogió de hombros. "Es una cosa espontánea. Ya sabes lo que pasa con mis clientes."

"Ya", respondió Andrei, todavía sin sentirse convencido. Algo en la forma en que Hernán no lo miraba a los ojos le decía que había algo más en esta visita.

"Debes ser Juan Ángel", dijo Felipe mientras extendía una mano. "Hernán me ha dicho mucho sobre ti. Soy Felipe".

"Encantado de conocerte por fin". Juan Ángel le estrechó la mano. "También he oído mucho sobre ti".

"Este es Rodrigo", dijo Andrei mientras Felipe miraba a Rodrigo. "Es un amigo del trabajo".

Rodrigo simplemente asintió, y Felipe le devolvió el saludo, pareciendo un poco aprensivo.

"¿Deberíamos bajar a un pub?" Hernán preguntó. Todavía llevaba su traje de trabajo. "No tengo mucho aquí".

"Ya", estuvo de acuerdo Juan Ángel. "Yo también podría comer algo".

"Voy a cambiarme de ropa". Hernán señaló su habitación. "Vuelvo al tiro."

Andrei lo vio irse, contemplando cómo Hernán se movía. Rodrigo, Juan Ángel y Felipe estaban ocupados poniéndose las chaquetas en la puerta principal.

"Um," comenzó Andrei. "Voy al baño antes de irnos".

Felipe lo miró con el ceño fruncido, mientras que Juan Ángel se apoyó en una rodilla para ponerse los zapatos y murmuró: "No te demores tanto".